~Capítulo 44~Pesadillas

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Una Caja de vidrio sobre una enorme mesa circular... no, no era una mesa y tampoco era una caja de vidrio. Había allí algo que flotaba... Voces-

"Mamá" la risita de un bebé. "Mamá" nuevamente se reprodujo la risita. Giré de un lado hacia el otro tratando de buscar el lugar de donde provenía aquella risa angelical, que en estos instantes sonaba como una tortura. "Mamá" Nuevamente la risita y esta vez pude captar de donde venía el pequeño sonido que se oía como una risa de un bebé. De la caja de vidrio. Caminé a pasos mesurados, estando cada vez más cerca de ella.

"Mamá" nuevamente la risita reproduciéndose una y otra vez. Me iba acercando cada vez más y la risa era ya más fuerte. No era una cajita de vidrio, era una incubadora... y un niño flotaba encogido en posición fetal, sujetándose los delgados bracitos y piernas, su columna vertebral erguida y su cabecita aun deformada. Llevé las manos a mi boca ahogando un gritito. De pronto el niño que parecía estar ya quizás de ocho meses de estado fetal, se fue encogiéndose... cada vez más pequeño, más pequeño hasta ser solo un pequeño feto que cabría en mi palma si la empuñara. Un punto... rojo... el agua se tornó roja... era sangre. Volví apretar las manos en mi boca sintiendo enormes ganas de llorar y salir gritando al poder sentirlo yo misma... era mi bebé.... Mi bebé-

El sabor dulce a sangre en mi boca me hizo apartar las manos, logrando ver que estaban manchadas de sangre... sangre fresca. De pronto mi ropa también estaba manchada de sangre. Sangre que emanaba de mi vientre perforado. El dolor se hizo notorio, ocasionado que me arrodillara, llevando las manos a mi vientre-

"Mi bebé" "Mi bebé"

Abrí los ojos de golpe, teniendo una asfixia y respirando desesperada al sentir que mi alma se escapaba. Un grito salió de mi boca, obligándome a levantarme de la cama y tirar de algunos tubos de suero que se conectaban a mí. Pasos se acercaron a mí tan deprisa, que en menos de dos segundos ya había un par de brazos fuertes abrazándome, y aferrándome a su pecho para consolarme. Su perfume y la forma de hombros y pecho se me fueron tan conocidos que no fue necesario de mirarle el rostro. Cerré los ojos y dejé mis lágrimas caer, humedeciendo mis mejillas y sin saber cómo quitar el vacío que tenía en mi pecho.

Él no decía nada, y esa acción me lo confirmaba... "Mi bebé"

Quería salir corriendo, gritar y llegar hasta Siwon para matarlo con mis propias manos. Era su culpa, había mandado a sus matones... era su culpa. Mi bebé...

Quizás me quede dormida en sus brazos después de llorar tanto. Donghae me consoló sin decir una sola palabra. Lo había oído sollozar, también, contra mi cabello, tratado de retener su llanto para que no lo oyera, pero lo podía sentir. Su pecho emanando una vibración generada pero su ahogado llanto, sus manos temblorosas sacudiéndose despacio contra mi espalda, sus lágrimas cayéndome por la nuca y hundiéndome la piel.

"No llores" Había querido decirle, pero no era capaz de pronunciar nada, y tampoco de dejar de llorar en el mismo modo que él lo había hecho.

Cuando me volví a despertar encontré a Donghae tumbado a mi lado, con los párpados cerrados y una tranquilidad apacible pero lastimera, en su rostro. Sus mejillas estaban endurecidas por las lágrimas que habían corrido antes, sus pómulos prominentes estaban marchados de rastros pequeños de sangre y magulladuras. Debajo de sus ojos había unas manchas oscuras, unas bolsas resaltantes, como si siguiera sin dormir.

"Te he causado muchos problemas" Hablé entre mí, llevando la mano derecha hasta su mejilla. "Soy solo un estorbo en tu vida ¿Verdad? Una inválida a quien vas a tener que cuidar si me quedo a tu lado"

Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora