~Capítulo 8~ Más problemas

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El chofer condujo de regreso a casa. Estuve todo el tiempo sentada allí, con DongHae a lado pero sin dirigirnos la palabra. Él parecía serio y pensativo, tal vez estaba pensando en su trabajo, puesto que me habían intentado matar de nuevo y su obligación era cuidarme, aunque nuestros sentimientos ya no estén aliados al otro. O eso es lo que quiero creer.

-Señora, lleguemos—Habló el chofer. Asentí de inmediato y esperando que me abriera la puerta bajé de este. Empecé a caminar en dirección de la casa, para ingresar y quedarme allí.

-(TN).- la voz de DongHae y su mano sujetándome del brazo haciéndome girar, perdiéndome en sus ojos—

-¿qué ocurre?—Pregunté sintiendo un cosquilleo que nacía desde el fondo de mí y me hacía temblar. Miré mi mano y nerviosa la jalé para que me soltara—

El soltó mi mano pero no dejó de mirarme. Me perdí en sus ojos marones y profundos, esa mirada que me fascinaba... esas facciones varoniles que ahora lo había hecho más guapo que nunca—

-No salgas de la casa sin llamarme. Alguien te sigue o quizás te observa siempre que sabe a dónde te diriges para encontrar el momento más adecuado para tratar de matarte—Habló con seriedad, haciéndome temblar y preocuparme ante su comunicado. Ciertamente no le había dicho nadie que iba a esa cafetería a fueras de la ciudad. No lo sabía más que DongHae, el chofer y yo... ¿Cómo es que me había llegado a disparar por allí?—

-¿Pasa algo malo?--- Pregunté mirándolo—

-Ya te lo dije, es probable que alguien te vigile—Donghae levantó el rostro y miró hacia todos lados de manera minuciosa—No salgas de la casa sin mí ¿Está bien?—

-Está bien—Asentí mordiendo mi labio. Tal estaba preocupada por mi seguridad, pero creo el simple hecho de estar con DongHae, tal cerca, me ponía más nerviosa— Me voy—

Me di la vuelta y caminé hacia el interior de la casa. ¡Dios! ¿Por qué me estaba volviendo tan débil? No importaba, tenía que dejar esos sentimientos y seguir con mi vida. Y en esa no incluye a DongHae.

Estuve en casa el resto del día. Había decidido no salir puesto que no tenía ánimos, además que era otro el problema de quedarme en casa: Donghae se había quedado en la sala, estaba con una laptop y con la mente fija en lo que hacía. Parecía estar preocupado... tal vez esté buscando información en relación a los enemigos de Siwon. ¿Quién atenta contra mi vida? No lo sé. Ala única persona que le he hecho daño es a DongHae. Por lo que, el atentado debe ser un ajuste de cuestas.

La noche llegó y Siwon también, pero tarde.

-Me contaron que nuevamente ocurrió—Me dijo acercándose para abrazarme--¿Estas bien? ¿No te pasó nada?—

-No—Sacudí mi cabeza—El nuevo guardaespaldas hace bien su trabajo—

-Eso me alegra o estaría en problemas—Habló sujetando mi rostro y besando mis labios-- ¿Quieres dormir temprano?—

Asentí sonriendo. Me dirigí a la habitación y me puse mi pequeña pijama. Cepillé mi cabello mientras Siwon se desvestía para meterse a la cama.

Un aire tibio por mis hombros mientras sus brazos me rodeaban para empezar a besar mis hombros.

-Cariño—Hable sonriendo—Hoy no. Estoy cansada y no tengo deseos de hacerlo—Sonreí hablándome agradable. Siwon respiró en mi hombro y se apartó lentamente para luego acostarse en la cama. La verdad, no es que estuviera cansada, la verdad es que no podía quitarme a DongHae de la cabeza, y podía sentí como si él se incrustara cada vez más en mi pecho, generándome una sensación de vació enorme.

Sacudí mi cabeza y traté de despejar mi mente. Ya olvídalo y quítalo de tu cabeza, él ya es parte de tu pasado.

Me dirigí a la cama y me recosté en esta, a lado de Siwon, quien ya estaba allí, debajo las sábanas, boca arriba y con los ojos cerrados, el cuerpo recto y sin decir una palabra más.

Apagué la lámpara y luego cerré los ojos para tratar de conciliar el sueño; sin embargo se me fue muy difícil, pero finalmente lo logré.

-mmmmm—gemí sintiéndolo penetrarme una y otra vez—Ohh, DongHae—Mordí mi labio con más fuerza apretando las sábanas mientras él me envestía con más fuerza y me penetraba cada vez más profundo---mmm—

-Eres preciosa—Habló con la voz ronca en mi oído, mientras tomaba con sus manos mis pechos, haciéndome delirara aún más.

-ahhh, ahhh. Más rápido, DongHae. Más rápido—Jadeé suplicando por más placer. Se sentía tan jodidamente bien— mmm,ahhhh—

Abrí los ojos de golpe y me encontré en plena oscuridad, en la cama con el cuerpo ardiendo, además que pude sentirme tan excitada hasta el punto que mis bragas estaban húmedas. ¡Joder! Que sueño tan vivo.

Mordí mi labio respirando agitado y son moverme mucho para no despertar a mi marido. Abrí los ojos y miré al techo, recordando el sueño que me había despertado.

Me moví a la derecha y me acurruqué allí, sin embargo a pesar de tratar de dormir, no podía.

Estuve tratando de dormir por maso menos un cuarto de hora, pero luego ya no pude más. Podía verlo acariciándome, besando mi cuerpo y haciéndome el amor... ya no podía más, mi cuerpo sentía una necesidad enorme de que Donghae me tocara.

Me levanté de la cama muy lentamente, tratando de no hacer ruido. Caminé hasta llegar a la puerta y luego, lentamente la abrí, salí y la volví a cerrar sin hacer el más mínimo ruido.

¿Qué estás haciendo (TN)? ¿Estas loca? ¡Siwon se puede despertar y notará tu ausencia! Es una locura, pero ya no puedo más. Necesito tenerlo conmigo, necesito que me bese y abrace, necesito que me haga suya.

Caminé por los pasillos en plena oscuridad, teniendo cuidado de dónde pisaba. ¿Qué hora era? Pues no tengo la más mínima idea. Posiblemente eran más de las 2:00 am, pero no me importó en lo absoluto.

Bajé al primer piso y entré al piso de la servidumbre, todo estaba oscuro pero recordaba claramente la ubicación de la habitación de él.

Llegué a la puerta del fondo, la habitación de Donghae. Mi corazón empezó a latir con fuerza mientras mis pensamientos se alteraban pero no podía dejar de pensar en él. Detente (TN). No sigas, no entres, solo terminarás en problemas.

Sin embargo, mis deseos pudieron más. Sujeté la manija y giré la perilla. Esta estaba sin seguro así que la abrí lentamente e ingresé. La habitación estaba oscura y en completo silencio. Estaba dormido.

Me apresuré y empecé a desvestirme, prenda por prenda hasta quedarme completamente desnuda y con mi ropa en el suelo. Me acerqué hacia la cama en plena oscuridad y caminé por el lado derecho de esta, al sentir que ya estaba en la cabecera de la cama, me incliné y levanté las colchas, para luego meterme bajo la cama y apegarme a él. Sentí su espalda desnuda en contacto conmigo. Pero me estaba dando la espalda y aun seguí dormido. Lo iba a despertar lento.

Subí las manos por su espalda e incliné mi rostro para oler su perfume impregnado en su piel. Me gustaba tanto. No había cambiado el perfume desde, nunca. Él siempre había usado el primer perfume que le regalé cuando éramos adolescente. Desde ahí siempre usó ese perfume. Me fascinaba. Empecé a besar sus hombros lentamente, y luego moví las manos para pasarlas a su torso, por delante, sim embargo fue otra sensación la que toqué... era... era el cuerpo de una mujer. Abrí los ojos de par en par al darme cuenta de lo que pasaba, pero fue demasiado tarde. Donghae se movió con rapidez y prendió la luz, empañándome los ojos-

-¿(TN)?—Habló somnoliento, sobándose los ojos y desnudo—

-Señora—Habló la sirvienta tapándose los pechos y estando en los brazos de Donghae.

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Daydream. Lágrimas de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora