XIII

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Vivo sola y vacía,
Solo me acompaña el mal recuerdo.
Ese que me persigue e incluso a veces me hace llorar.
Estoy consumida por fuera pero muerta por dentro.
La rabia libera mi dolor, pero el dolor era mi centro.
Me había aferrado a él, a pesar de que odiaba la idea de vivir lamentándome por todo.
No hay espacio en mí para la autocompasión.
Mi campo de juego era el pañuelo que secaba mis lágrimas,
En eso me afianzaba,
Eso hacia mi piso más sólido.
Mientras consumía todo aquello que era familiar para mí,
Incluyéndome.

Diario de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora