XXXIV

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Con el tiempo todo se ha hecho más duro.

No es fácil lidiar con los sentimientos que toman tu cuerpo sin interesarse por nada ni nadie.

Que irónico, los sentimientos son seres enteramente descorazonados al parecer, al menos los míos.

Asumen que quien debería tener corazón soy yo.

Y lo siento, mi corazón si cumple con lo que debería; bombear sangre a mi cuerpo,

Recargar mi cabeza con la presión que en cuestión de segundos me tenía rompiendo las lombrices que llevaba dentro de ella contra los escritorios.

Los fantasmas nos ayudan a no volver a cometer los mismos errores,

Los fantasmas no nos dejan olvidar.

Y en la vida real eso es un problema.

Hasta que un día te despiertas y ya no eres tú,

Aunque tu cuerpo sea el mismo a través del espejo,

No reconocerás tu mirada en él.

Créeme, te lo aseguro.

Diario de ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora