Capítulo 28

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Una sensación de incertidumbre la embarga, intentar ser comprensiva con Jorge... a pesar de su evidente actitud misteriosa es una gran proeza. En sí, no le es relevante el hecho, de que su novio no la pueda ir a buscar tal cual le aseguró; sino comprender el tipo de inconveniente por el que no pudo avisarle antes y esperó hasta el último momento, para informarle que estaba ocupado.

Aún al teléfono, se sienta con desgano en el cómodo sofá-cama de su camerino, se recuesta cruzada de piernas al respaldar... un tanto agotada por el día pesado que tuvo de trabajo entre: Cambios de vestuarios, retoques de peinados, maquillaje y las veces que se repetían las escenas porque algo salía inadecuado.

Llamada

- Mucho cuidado cuando tomes el taxi... avísame apenas llegues a tu departamento.

- Tal vez si me hubieses avisado con tiempo, yo ya estaría camino a mi casa... rechacé un aventón, por ti.

Jorge cierra sus ojos suspirando ante la incomodidad por dejarla plantada.
Como medida de escape, recurre a una mentira.

-Es que, se me olvidó que tenía ir a buscarte... de verdad no fue mi intención.

Ante esto, Silvia pierde cualquier porcentaje de comprensión y amabilidad... molestándose al sentirse tan poco importante.

- "¿No, en serio?... fíjate que no lo había notado ¡Eh!" - él presiona sus labios, arqueando un poco su ceja al escuchar las ironías de Silvia en su timbre: - "Primero me dices que no vienes... porque resulta, que estás en una cena negociando por algunos asuntos de tu rancho y eso no es lo que me molesta, Jorge... es el hecho de que yo te lo pregunté en la tarde, te pedí que me dijeras si tenías algún compromiso y me respondiste que no..." - Silvia frunce el ceño molesta, mientras coloca un tono de voz grueso y ronco intentando imitarlo de una manera sosa: -"Que me venías a buscar apenas te llamara" - lo único que hace Jorge es quedarse en silencio, queriendo serle sincero... pero el temor de que ella se aleje lo aterra, por un momento escucha como Silvia se queda en silencio inspirando hondo para relajarse un poco, exhalando aire lo suficientemente audible al micrófono: - "Me sales con que se te olvidó aquella reunión, hasta allí pude comprenderte... pero lo que me indigna, es que te olvidaras de mí, de avisarme apenas recordaste tu compromiso y hacerme sentir una carga a la que vives pidiéndole disculpas por el desplante".

- No vuelve a suceder, Silv...

- ¡Claro que no sucederá!, porque no te vuelvo a pedir un favor.

- No te pongas en esos pla...

Jorge escucha como la llamada es colgada, aprieta la mandíbula intentando calmar esa ansiedad que crea cada discusión con Silvia. Mira el reloj, son las 9:30 p.m. de la noche... ahora no solo se siente culpable por su evidente pelea con Silvia, sino también la preocupación porque ella salga a esas horas del foro y tenga que tomar un taxi, regresa al interior del departamento y sin perder más tiempo al verlo abrumado... Claudia lo presiona para que se siente a cenar junto a ella.

Él por inercia se sienta a la cabeza de la mesa, por más que tome sus cubiertos e inicie a cortar un trozo de lasagna como si nada pasara... su mente no deja de rogar, que su novia llegue a casa sin inconvenientes.

La única voz que se escucha es la de Claudia, quien disfruta de haber cumplido su antojo de comer aquél platillo.

Jorge solo come, intentando prestarle atención a todo lo "maravilloso que siente" Claudia con el embarazo.

Ella sirve un poco más de vino y alza su copa brindando a la salud de su hijo.

Él choca suavemente su copa con la de ella sonriendo brevemente al sentirse feliz por su pequeño, y bebe un sorbo de vino con la mirada perdida en la puerta de salida.

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