¿Sabes cómo Amar?

Capítulo 1

El sonido de un fino llanto melancólico lleno de impotencia mezclado con aquel aliento que sale hiperventilado que retumba en las paredes de un corredor, a medida que se aleja de las exigencias impuestas por un padre que coloca sus expectativas sobre su única hija de tan solo ocho años, termina al momento en que suena un gran estruendo en una puerta al final del pasillo.

"¡Silvia! ¡SILVIA CARAJO! abre la puerta" repite una y otra vez la voz gruesa e imponente de su padre al ritmo de sus toques irritados en la puerta de su habitación, "Que abras la puerta niña" grita con furia aquel hombre alto, elegante, de traje y corbata.

"Luis, ya déjala... es mejor que volvamos con nuestros invitados y tratemos de disculparnos por el berrinche de nuestra hija"

-Dentro de la habitación-

Mientras hunde su rostro en la almohada tratando de calmar la aceleración de su respiración después de correr desde el jardín hasta su habitación, la pequeña escucha la discusión que ocasionó su reacción en sus padres.

"LA CULPA LA TIENES TU SILVIA, POR SER TAN CONDESCENDIENTE"

"¡LUIS BASTA! ES UNA NIÑA ARTISTA , TU SOLO QUIERES PREPARARLA PARA QUE SE ENCARGUE DE TU RANCHO"

"Tu no sabes nada Silvia, y ya vámonos deja que a la niña artista se le pase su berrinche" - toma del brazo a su esposa-

Después de disculparse con algunos invitados que presenciaron la rebeldía de la pequeña de la casa, la fiesta continuo hasta altas horas de la noche.

Mientras tanto Silvia después de tanto llorar se quedo dormida; a la mañana siguiente cuando despertó sabía que su padre la regañaría por lo ocurrido la noche anterior así que decidió mejor no salir de su habitación pero había un problema... tenía hambre.
Al cabo de una hora Silvia se armo de valor y decidió bajar para poder comer algo, no sabía si era desayuno o almuerzo... pero eso era lo que menos importaba. Cuando termino de bajar las escaleras soltó un poco de aire y corrió hasta el comedor; al llegar vio que sus padres estaban ahí y el miedo comenzó a invadirla, no podía hablar ni moverse temía a lo que su padre pudiera decirle.

Por fin alguien rompió el silencio que invadía aquella habitación...

-Buenos días hijita ¿como amaneciste?-saluda su madre-

-No sé, ¿Cómo le hablas de esa manera después de como se comportó ayer?
-Su padre utiliza un tono incrédulo-

-Luis por favor no empieces, deja que la niña desayune y ya después hablamos con ella-

-¡Esta bien! que desayune pero tu no hablaras con ella lo haré yo -dice enojado- Con permiso y cuando termines me buscas y si no lo haces yo mismo iré por ti (señalando a Silvia) Entendido -tono frío-

-Si papá -susurra mientas baja la cabeza-

-En otro lado de la ciudad-

Un joven peli negro de 16 años con buen cuerpo, ojos color miel, sonrisa coqueta y personalidad engreída solo se reía de lo que había pasado la noche anterior y de que en parte gracias a él la niñita de la fiesta lloraba.

"Jorge, ¿Viste cómo Silvia se sonrojo enojada cuando se tropezó con nosotros? era muy chistosa" -se ríe con ímpetu-

"Pensé que era el único en tener esa parte como favorita, hermano"
- explota a carcajadas-

Un fuerte manotazo en la mesa hace que los hermanos Salinas se exalten, intimidandose al observar como sus padres reflejan indignación:
"Dos varones burlándose de una niñita, ¡Gradiosos hombresitos estoy criando!" - Jorge siente la fuerte mirada de su madre al culminar su reproche.-