Jorge contempla como los escasos destellos de un tímido ocaso intentan penetrar el grisáceo cielo cargado de nubes melancólicas. Sumergido en sus pensamientos, acaricia juguetón las piernas descubiertas que Silvia mantiene ligeramente cruzadas reposando los pies en uno de sus hombros. Compartiendo en una hamaca, disfrutan del íntimo ambiente creado por los ecos de la lluvia y la refrescante brisa que roza sus mejillas.
- Te ves muy linda. Me gusta ese color de tu cabello ¿rubio? - rompe el silencio contemplando como toma un ligero descanso seducida por el constante masajeo a sus piernas.
Ella reacciona bebiendo un sorbo de vino y coloca su copa a un lado sobre el suelo, devolviéndole la mirada.
- ¡Rubio cenizo! Lo traigo así desde que regresaste - replica suspicaz - Pensé que no te gustaba.
Él esboza una breve sonrisa incómoda, negando resignado ante el fallido intento por adularla.
- Soy un idiota cuando me pongo orgulloso, hay cosas que no te digo a tiempo.
Ella suspira sentándose en la hamaca, casi encima de él, con las piernas ligeramente cruzadas entre sus muslos. Jorge afirma sus pies de lado a lado en el suelo para obtener la estabilidad de ambos en la hamaca y con las manos rodea sus caderas, introduciéndolas en los bolsillos traseros de su short en medio de una provocadora caricia a sus glúteos.
- Yo te prefiero con el cabello largo. Tenía que decirlo. - ella simula una mirada con desaprobación ante aquel corte de estilo militar.
- En mi defensa lo hice para el personaje, pero pedí conservar esta barba pensando en ti.
Ambos respiran lentamente, conectándose con las cercanías de sus rostros. Ella le acaricia el lóbulo de una oreja con ternura hasta perderse en la profunda mirada adormilada de su esposo.
- ¿Qué más tienes que decirme? Llevamos muchos días sin hablarnos.
Él observa dubitativo a ese par de expectantes ojos esmeraldas y carraspea.
- Sí tengo algo más que contarte, pero no sé cómo. Te conozco y eres algo impulsiva cuando recibes noticias inesperadas.
- ¿Yo lo soy? - resopla indignada- Es irónico que lo diga el más impulsivo entre los dos.
- Yo seré el más amargado, pero impulsivo, NO. - reprocha dándole una ligera nalgada, intentando amenizar el terreno de su suspicaz esposa.
- ¡Bueno ya dime! - se impacienta cual niña - Ya tenemos experiencia de lo que sucede cuando nos callamos las cosas.
Jorge se recuesta en la hamaca, reposando las manos sobre las rodillas de ella. Sin afán de reprocharle o refutar algo.
- Tiene toda la razón, señora de Salinas. - secunda encogiéndose de hombros.
A ella se le escapa una pequeña sonrisa, bajando los brazos en señal de rendición ante su inquietud.
- Cuéntame.
- Trabajaré con tu papá, mientras estemos lejos de las cámaras.
Ella frunce el ceño, tras un semblante extrañado e imita su movimiento al echarse de vuelta en la hamaca cruzada de brazos.
- O sea ¿cómo? - intenta asimilarlo.
- Tú padre regresará a la presidencia de sus empresas y yo seré su vice director.
- ¿Vivirás aquí o conmigo en la ciudad?
- ¿Por qué lo dices? Estaremos juntos todo el tiempo.
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¿Sabes cómo Amar?
FanfictionEs una historia fanfic #NavarroSalinas ORIGINAL y totalmente NUEVA. - Contemporánea - Una mujer en medio de las fuertes emociones que les hace sentir 2 hombres... Con dos opciones claras para escoger: Dejarse llevar por el destino o escribirlo por...