Capítulo 42

1.1K 89 34
                                    

- ¿Te gusta como quedó la habitación de nuestro príncipe, baby? - Claudia acaricia toda la espalda de Jorge con pertenencia, mientras él observa a detalle e ilusión su objeto favorito en aquella habitación infantil, el cunero... a pesar de que está decorada al mejor estilo de la realeza materializado por un asediado diseñador de interiores amiguísimo de la presuntosa Claudia, a él solo le conmueve presenciar aquel mueble listo para portar a su bebé... tal vez hubiese preferido preparar ese espacio por él mismo, para sentir esa ilusión de decorar las paredes o hasta de armar los muebles de su hijo y convertir esa experiencia en un inolvidable recuerdo, pero simplemente se resigna a la idea de que una vez más las cosas no siempre se dan como quisiese.

Justo en este momento, él siente que correrle los caprichos a ella es mal acostumbrarla a hacer con él lo que quiera sin replicar tan siquiera, pero al final necesita compensar su ausencia día a día en el creciente embarazo de ella, intentando hacerla feliz y con eso regocijarse en que su hijo estará bien, si su madre lo está.

- ¿Quedó tal cuál planeabas?... - dice adentrándose a la habitación donde se desborda el glamour y caché a cada paso que dan.

- Justo como quería... siempre lo mejor para nuestro hijo cueste lo que cueste ¿No es así?

Jorge entre cierra sus ojos dándole la espalda, para que no note su incomodidad ante la frivolidad que denota en su actitud.

- Tu amigo es muy... muy talentoso, aunque lo hallo un tanto sofisticado para ser de un bebé.

- Entonces ¿No te gusta?...

- Me encanta, Claudia - sonríe forzadamente.

Claudia sonríe complacida, tal cual lo hace una niña mimada y superficial. Se le acerca para tomar la mano de él y colocarla sobre su pronunciado vientre, mientras que con su otra mano le acaricia la nuca.

- En un par de meses conoceremos a Jorgito... - intenta sonar amorosa al acariciar las manos de ambos en su vientre.

- No se llamará así, disculpa si me impongo como un machista, pero prefiero Ricardo - replica Jorge decidido.

- Bueno, eres su padre ¿¡No!? - desvía su mirada intentando convencerse de ello: - Si quieres que se llame Ricardo, entonces así será - ladea su cabeza mientras su mirada se centra en su vientre: - ¡Hola, Ricky!

Jorge solo se queda en silencio admirando la imagen amorosa y tierna que crea Claudia dirigiéndose al bebé.

- En estos meses distanciados he analizado mucho lo que sucedió entre nosotros - él la escucha atento: - He aprendido que si quiero tenerte, debo dejar a un lado los rencores después de tanto - él traga un poco de saliva incómodo: - Te estoy esperando paciente baby, porque quiero que te des cuenta de lo felices que podemos llegar a ser el Ricky, tú y yo como familia... que lo pasado es pasado y puedo dejarlo a un lado con tal de estar juntos.

- Clau no te hagas daño - él se aleja con pesar: - En todos estos meses decidí ya no hacer las cosas solo por un requisito o compromiso - le cuesta expresarse, para no herirla: - El punto al que voy es que he cambiado mi perspectiva de ver la vida replanteando mis decisiones y entre esas están no hacerte ilusiones de algo entre nosotros que no será justo para ti, conformándote solo con mi cariño.

Claudia intenta seguir sonriendo comprensiva, pero la cólera comienza a consumirla por dentro llena de impotencia al no lograr atraparlo de una buena vez con el niñito en su vientre.

- Podemos darnos una oportunidad de intentarlo... no me ilusionarías si te das cuenta, Jorge, que podemos ser la mejor familia juntos - lo toma por las mejillas.

¿Sabes cómo Amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora