–Levántate–ordena y alzo una ceja–Lucy, no me gusta repetir–dejo la servilleta al lado de mi plato y obedezco encantada–ve al tocador y espérame allí –dice con voz ronca. Trago saliva y me concentro en sus pupilas dilatadas.
–No he terminado de desayunar– digo coqueta. El rasca su barbilla y me mira de la misma forma.
–no nos demoraremos–muerdo mi labio.
«Sexo duro y rápido»
Asiento y comienzo a caminar nerviosa hasta llegar al tocador, me siento en la barra de los lavabos y espero. No sé si el tiempo se me ha pasado muy lento o es que me ha dejado aquí sola, alzo la vista y lo veo entrando por la puerta.
–Me has dejado–le riño un poco enfadada. El frunce el ceño y luego me sonríe, pero no es la dulce de siempre, es la lujuriosa.
–Ven–ordena y bajo de donde estoy sentada, recorro los pasos que nos separan y cuando llego a él lo beso, desenfrenadamente.
Él toma mis caderas y me une a su cuerpo, comienza a quitar mi camisa blanca y yo a quitar su jersey sin parar de besarlo; cuando estamos desnudos de la cintura para arriba para de besarme y me rodea, deshace el botón de mis Jeans y baja la cremallera, tener sus manos ahí me envía una corriente por todo mi cuerpo. Comienza a bajar mis pantalones, con las bragas; dejando su mano derecha en mí intimidad
–sal de ellos–susurra en mi oído y doy un paso al lado–va a ser fuerte y rápido Lucy, no quiero que gimas ni grites fuerte–asiento y me voltea, vuelve a rodearme y pone mi cabello hacia un lado se inclina y besa mi cuello, arqueo el cuello para darle más ascenso.
–sostente del lavabo–murmura
Obedezco. Ahora estoy desnuda y mirando mí reflejo en el espejo (que se me asemeja a lo que paso esta mañana). Mientras él está de rodillas quitando mis zapatos yo solo miro mi doble plasmada en el espejo. Comienza a ascender dejando besos por mis muslos hasta llegar a mi trasero, lo muerde y jadeo. Se levanta completamente y desliza sus pantalones y el bóxer, mi cuerpo inclinado tapa su erección y mis piernas tiemblen cuando rozan mi entrada.
–mira tú reflejo–posa sus manos en mis pechos y comienza a da pequeños masajes en ellos, haciendo que me levante y pegue mi espalda a su pecho, su otra mano se va a mi entrepierna y comienza a estimular mi clítoris.
Jadeo y arqueo mi espalda dejándome a merced de él, sus manos retuercen mis senos y tira suavemente del pezón. Mi reflejo no es la misma chica que entro al tocador, es una criatura diferente con una pasión desenfrenada, retorciéndose en las manos de su amado y su sexo latiendo, cada vez más acercándose a un precipicio sin fondo...
«Se siente tan bien» grita mi subconsciente y concuerdo con ella.
Gimo con los labios cerrados, para no hacer mucho ruido, sus manos siguen haciendo movimientos intensos y sin más rompo en millones de pedazos en sus manos, halando mu cabello y experimentando cuan excitante es tener un orgasmo ocasionado por sus manos grandes y hábiles.
Me voltea y me besa salvajemente, introduciendo su mágica lengua, sabe gloriosamente bueno. Siento su respiración irregular y muerdo su labio–te amo–susurro
–te amo–musita–ahora vuelve a la posición inicial nena–suelto sus labios, me volteo y me sostengo del lavabo, tira de mis caderas, hasta que siento su gran miembro palpitante en mi sexo, gimo por lo bajo y me embiste con fuerza
«!Ah¡» gritamos mi subconsciente y yo.
Aferro mi agarre a la encimera del baño, jadeo y mis sentidos empiezan a explorar, Se mueve rápido y sin piedad, su piel rozando dentro la mía, establece un ritmo... dentro, fuera, dentro. Él toma mi clítoris con una mano, masajeando y dando círculos... mientras la otra descansa en mi trasero, gimo más fuerte y sin previo aviso me da una nalgada. Gimo y muerdo mi labio inferior con fuerza, eso ha sigo un castigo por haber gemido tan fuerte...pero que excitante castigo... jadeo ante mi pensamiento.
–Así nena–dice ásperamente y me da una última embestida que me deja volando en lo más alto de Londres.
Me vengo lo más silencioso que puedo y me aferro en cuerpo y alma al borde de la barra. Todo gira y solo veo a mi reflejo retorciéndose de placer y mordiendo su labio para no gritar. Solo soy consciente de que al llegar Alan dice mi nombre.
–¡Lucy! –su respiración es irregular en mi oído, al igual que la mía. Mis piernas comienzan a temblar y en un minuto estoy rodeándole con mis pernas y el estrechando mi cabeza en su pecho.
–Parezco un bebe–musito cuando me veo en el espejo.
–eres mi bebe–susurra y saco mi cabeza del hueco de su cuello–y te amo–lo beso lento y lo abrazo más fuerte.
–Es hora de vestirnos–musita cuando termino de besarlo, sonrío.
–Esto ha sido muy arriesgado–digo cuando estoy de pie colocándome las bragas.
–Tú lo has provocado–dice con una sonrisa y rio.
–es cierto, soy culpable. Pero ha valido la pena– digo acabando de ponerme la camisa y ríe.
–Eso parece señorita Hart–me anuda los zapatos y salimos tomados de la mano, al parecer nadie ha oído nada, ni siquiera se han volteado para vernos.
–¿se ha sentido mejor señora Ross? –pregunta el Maite y miro a Alan que está conteniendo la risa. ¿Señora Ross?
–se siente mejor –responde Alan y nos sentamos.
–¿Por qué le has dicho eso? –pregunto y Alan ríe
–Porque quiero que todos sepan que eres mía–murmura con toda la naturalidad del mundo. Pero no traigo anillo...
Rio ante el "señora Ross", sigo comiendo el desayuno (que fue tapado con una bandeja térmica) y comienzo a pensar, ¿quisiera ser la señora Ross?. Si, De eso no hay duda, amaría ser su esposa, pero todavía me falta conocer cosas sobre Alan.
holaaaaaaa
Señoras Ross
¿como están? ¿han extrañado a esta pareja?
bueno, ya estamos de vuelta, para que lean, comenten, den estrellita y disfruten. espero que les guste el capitulo, los y las quiero y no olviden escribirme al buzon si quieren saber algo o si tienen alguna duda.
gracias por leer y votar, de verdad mil gracias.
Con muchísimo amor
Kelly
ESTÁS LEYENDO
AMARGO SABOR DE PERDÓN
ChickLittodo no siempre sale como es planeado, el amor y el pasado afectan la relación entre Lucy y Alan , pero, ¿serán capaces de afrontar los problemas y seguir viviendo su vida de locura, lujuria y pasión o por el contrario terminaran con esta montaña...