Me despierto en su pecho, respirando su olor a menta emanado de su cuerpo, el calor me envuelve y trato de despegar su cuerpo sudoroso del mío. Doy una vuelta y quedo boca abajo en mi cama, con su mano arriba de mis glúteos, vuelvo a repetir mi movimiento a solo una vuelta de poder salir de la cama pero su brazo se aferra a mi cadera y me atrae de vuelta a su pecho.
– ¿iras a algún lado? –pregunta sin abrir los ojos con voz ronca.
– ¿me dejarías ir a algún lado? –pregunto sonriendo, esperanzada de que diga que no me poder salir de cama en todo el día.
–no te retendría, pero tendrá que ser un motivo de peso para que te deje salir de estas sabanas calientes–murmura en mi oído y me besa la mejilla. Una carcajada surge de mi garganta al instante, una de las que no salían desde hace un tiempo. El abre sus ojos rápido y me mira curioso.
– ¿Qué pasa? –digo terminando de reír y le veo su cara con una expresión embobada.
–hace muchísimo tiempo que no escuchaba tu risa Lucy–me sonrojo y me escondo un poco acercando más mi cuerpo al suyo.
–No habían muchos motivos por los cuales sonreír–se escapa y me arrepiento al instante de lo dicho. Siento como su cuerpo se pone rígido, me separa un poco y se levanta–no fue mi intención...–. Ni se inmuta–Alan, mírame–se pone su pantalón rápido al igual que su camisa. Me levanto, tomo una bata y el me mira:
–Ponte algo más cubierto–dice mirándome de arriba abajo–, saldremos–no dice más, toma su móvil y sale de mi habitación, dejándome sola. Un sonoro suspiro sale de mi cuerpo y camino hacia la ducha, es mejor seguir órdenes, más en su estado.
Abro la puerta de la habitación y lo veo sentado en un taburete, huelo a comida y me acerco a él lentamente, si hacer ningún ruido.
–Sé que me estas mirando Lucy–dice y voltea para confirmar sus sospechas–te huelo a más de un metro de distancia–le sonrío y camino hasta el, abre sus brazos y ríe cuando me tiene entre sus brazos.
–yo a ti también–separo nuestro corto abrazo y lo miro, bajo la mirada a sus labios y el poniendo su mano en mi nuca me besa, lentamente, dejándome saborearlo, dejándome saber cuánto me ama. Su boca sabe a café y aunque no sea mi bebida favorita, en sus labios sabe a gloria, una gloria irreal.
Me suelta poco a poco hasta que estamos más separados, me sonríe y me sienta en una de las sillas, toma una que huele a chocolate y la pone en el bordillo de la mesa, luego toma un plato que contiene huevos, un tenedor, un cuchillo y comienza su tarea de cortarlos.
–Se comer sola–inquiero mientras abro mi boca para el primer bocado.
–lo sé pero quiero ayudarte, ¿objeciones?–pregunta alzando una ceja, pícaro, sonrío y mastico, trago y el vuelve a cortar un segundo pedazo de mi Omelette
–de ninguna manera–rio y el segundo bocado termina en mi boca, pero un pedazo de tomate cae de mi boca y es atrapado por la servilleta que sostiene Alan. Se ríe, limpia un poco de jugo de tomate que resbala de mis labios y acerca su boca a la mía.
–No sabes cuánto te amo Lucy Hart, no te lo imaginas– me da un beso en la frente y vuelve a sentarse a darme el resto del desayuno. Omelette, chocolate, fruta; creo que hace mucho no desayunaba así.
Alan acelerara por Barnabas no ha vuelto a hablar y lo agradezco porque la verdad sus palabras rotan por mi mente una y otra vez; "No sabes cuánto te amo Lucy Hart, no te lo imaginas.". Sé que me ama, se lo mucho que lo amo también, pero él dice que no, que no lo sé, ahora mi duda es... ¿que lo hace pensar de esa forma?. La dulce letra de Stay With Me de Sam Smith inundan el silencio prevaleciente que hay en el automóvil y yo logro imaginar en que si esto es real y si así se quedará.
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AMARGO SABOR DE PERDÓN
ChickLittodo no siempre sale como es planeado, el amor y el pasado afectan la relación entre Lucy y Alan , pero, ¿serán capaces de afrontar los problemas y seguir viviendo su vida de locura, lujuria y pasión o por el contrario terminaran con esta montaña...