"Me reuniré contigo"

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Me levanto y camino hacia el baño, por si se lo preguntan; Alan no está, salió a trotar. Después de lo de aquella noche hemos estado más amorosos y por lo menos tiene más tiempo para mí; estaba tranquila, me sentía bien y eso era lo que más le importaba a él, mi tranquilidad.

Llegando al baño abro el grifo y quito mis bragas, estas caen al suelo seguidas por el sostén y sin amague me meto al frio chorro de agua que prontamente se pone tibia.

Las cosas no habían cambiado mucho respecto a los secretos de Alan y estaba a muy pocos días de irme de este país, necesitaba respuestas y las obtendría de "E"; si, al parecer a mi remitente le gustaba (desde ahora) firmar como E y me molestaba saber que siempre que enviaba un texto encontraba un poco más de Alan, algo que él no me había dicho.

Enjabono mi cuerpo lentamente, pasando la esponja por mi cuello, mi pecho, mis piernas; oigo como la puerta del baño se abre y se cierra segundos después, es el, no tengo necesidad de voltear. Oigo sus pasos y el suave movimiento de Él bajando la cremallera de su sudadera, oigo cada movimiento y la puerta de la regadera se abre, mi hombre entra por ella y en ese momento se coloca detrás de mí, sin tocarme, solo observándome; volteo y lo veo, cabello húmedo por el clima afuera, su torso brillante por el sudor, muerdo mi labio seductoramente y una sonrisa lobuna se apodera de su rostro, da un recorrido lento por todo mi cuerpo y vuelve a mis ojos; me pregunta con la mirada si le deseo tanto como el a mí y ¡Dios!, claramente sí.

Da un paso hacia mí y me arrincona en medio de los grifos de agua, mi espalda pegada a la pared, ahora caliente y húmedo por el vapor, el agua sigue corriendo y sus labios se plantan con brusquedad en los míos, saboreándome completa, y mis manos viajan a su rostro, sus manos bajan por si cuerpo y se quedan justamente entre mi trasero y mi cadera, aprieta un poco y gimo.

Me encanta que me bese de esa manera y de respuesta mis caderas se mueven en su erección que apunta en mi vientre como un cañón listo para el fuego.

Toma mis caderas y me empotra contra la pared, vuelve a besarme y comienza a bajar sus besos por mi cuello, lentamente, el jabón herbal mezclado con agua y su sudor me vuelven loca, lo quiero dentro de mí, ¡ahora!.

–amor, te deseo–susurro y el saca su cabeza de mi cuello y me mira.

–yo desde que salí a trotar, pero todo tiene su tiempo pequeña–posa su mano en mi vulva, comienza a trazar círculos en mi clítoris y a introducir un dedo, luego otro, roza mi centro con su pulgar, sigo gimiendo y subo mi cabeza para que mis labios queden en su oído.

–Más fuerte...ah... si...–aumenta la velocidad de sus manos y mi orgasmo llega arrebatador, enloqueciendo cada parte de mi cuerpo, saturándolo, sus caricias, mis jadeos y un gruñido que hace cada vez que he llegado a un orgasmo, me enciende de nuevo.

–voy a hacerte el amor rápido no quiero que te resfríes, más tarde te lo hare con calma en nuestra cama, ¿entendido? –asiento. Este hombre es un amorrrrr.

Su miembro me penetra rápido y sin esperas, su frente se junta a la mía y susurra:
–eres mi vida, mi todo, amor–jadeo en respuesta, él también es mi todo.

Sigue sus embestidas, rápidas, una tras otra, con fuerza, potentes y nuestros gemidos inundan mi radio de audición, mi abdomen se comprime y mi espalda se arquea; siento el miembro de Alan hincharse en mi interior y cada vez la embestida se hace un poco más profunda, mis mejillas se calientan al igual que su cuerpo, claro, gracias al vapor del agua...

Sus manos suben y bajan por mi cuerpo, deteniéndome en mis pezones, su boca se separa de la mía y se introduce uno en su boca, chupa, chupa y chupa, cada vez más fuerte y mis gritos no tardan en aparecer, deja ese y toma el otro, repite el mismo procedimiento y una mano baja por mi abdomen hasta llegar a mi clítoris, lo masajea, lo excita.

–oh...––grito y los dos explotamos en un inminente orgasmo, moviendo mis caderas para más placer caemos en el suelo de la ducha, exhaustos y abrazados.

–¿estás bien? –pregunta y asiento, en sus brazos estoy perfectamente–te amo–suspira y salimos de la ducha.

el me seca bien y me envuelve en una toalla (que pareciera un vestido) y nos encaminamos a la habitación, allí, con la calefacción a toda mecha, hoy Alan no iría a trabajar, la verdad era muy difícil convencerlo, pero una noche completa de sexo dejan muerto a cualquiera.

El reloj marcaban las 11:56 am, se hacía muy tarde como para salir, ya que luego almorzaríamos, quito mi toalla y la tiro a un lado de la cama mientras levanto las sabanas y vuelvo a mi estado calientito, Alan voltea, sonríe y le hago una seña para que se reúna conmigo en nuestra gran King size. Lo hace y cuando me abraza me quedo un tiempo allí, pasando mi índice por su–perfecto– torso , con amor toma mis rizos y comienza a "moldearlos".

–¿he dicho que amo tu cabello? –pregunta irrumpiendo nuestro silencio.

–unas mil veces–susurro y reímos.

–sí, lo amo–murmura, levanto mi rostro y veo su rostro inexpresivo.

–¿Qué piensas? –pregunto y levanta sus penetrantes ojos a los míos.

–en cuando te vayas, tu vuelo sale dentro de dos días y no se qué hare luego–murmura y mi sonrisa se amplia.

¡Me lo como!.

–amaremos a distancia–susurro y el ríe.

–yo te podre amar muy lejos de aquí–dice más para sí que para mí (según lo que pienso).

Algo seguía ocultándome, había algo que no me decía y tenía que averiguarlo, pero solo le sonreí y volví a bajar mi cabeza a su pecho.

horas después, ya con un segundo polvo en nuestra cama busco mi móvil en el cuarto; cuando lo encuentro veo que tengo un SMS:

*el café en las mañanas es necesario, pero si se va un poco más de agua caliente podrías dañarlo. E *

Suspiro, ¿¿ese jodido " E" sabia todo de mi??, no lo soportare más. sin mucha confianza teclee, dispuesta a ser rechazada como otras veces:

*me reuniré contigo*

Deje el móvil en la mesita de noche y a los segundos sonó, ¡¡SONO!!, vuelvo a tomarlo con mucha curiosidad y leo:

*mañana en la catedral de San pablo de Londres a las 14 h, ve sola y tal vez puedas encontrarme.*

Tome un screen y recorte el nombre de la catedral, por fin conocería a él o tal vez ella, solo dejémoslo en "E".



(no me maten, ¿esta bien?).

los y las amo, nos leemos pronto...

Con amor.

Kelly.

AMARGO SABOR DE PERDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora