AMARGO SABOR DE PERDÓN

"No me dejes..."

Llego a esa casa y abro la puerta, oigo una voz desconocida y me alerto. ¿Quién es?, camino hasta la cocina y lo primero que veo me deja estática Kimberly está sentada en nuestra mesa, exactamente mi asiento. ¡MIO!. Tocándole la cabeza a Alan que está sentado a su lado con la cabeza entre sus manos.

–disculpen la interrupción–suelto y al oír mi voz Alan alza su rostro rápido.

– ¿Dónde estabas?, ¡cariño he estado buscándote! –dice y se levanta de la silla, mientras "Kimmy" me sonríe y se levanta.

¡Será sínica la perra esta! Y ¿"cariño"? que le den también.

Estoy furiosa, me pica todo al verla, pero que mierdas. ¿¿Escribe y esta con esta zorra en su casa y en MI asiento de la mesa??

–Querida, Alan estaba muy preocupado–dice la arpía–me voy, te quiero Alan, háblame luego y arreglamos una cena para hablar de la inversión–muerdo mi labio, ella no se tenía que ir, yo era la que sobraba. Pero sin querer decir nada, volteo y subo las escaleras.

Suspiro cuando llego a la habitación, no sé si salir corriendo o discutir algo que ya no vale la pena. Alan nunca cambio y eso lo demostró antes con la zorrilla de Julia. ¡Ay por el amor a Dios!, ¿cuantas veces caeré en esto?

Tomo las cosas que he sacado y las empaco en una de las pequeñas maletas que traía, era una gracia que no había sacado muchas cosas de mis maletas. Oigo que se abre la puerta y se cierra, no lo miro pero sé que el sí.

–Lucy...–murmura y no volteo, no quiero hacerlo–Lucy Hart, mírame–ordena. Cuando se enoja hace eso; llamarme por mi nombre completo. ¡Que se joda!

Camina, oigo sus pasos más cerca y cuando lo siento más cerca volteo y lo empujo.

–déjame en paz–grito furibunda y camina más cerca.

– ¿sabes qué horas son? –Pregunta– no son horas para que llegue MI novia–gruñe. ¿Ahora si soy su novia?

Ayyyy Dios. La que se va a armar.

–pues por mi parte no estaba con un ex recordando viejos tiempos–grito a la par yo, el toca su cabello frustrado y veo arrepentimiento en sus ojos, Estamos exaltados pero ¡Dios!, creo que era hora de dejar las cosas así y se lo hago saber con mi mirada.

–solo... vino a dejarle algo a mi hermana, luego por educación le ofrecí algo de tomar, vio le conté que no estabas, hablamos de negocios y llegaste, ¡Dios no sé cómo puedes creer que...–lo irrumpo.

–pues que se vaya a la mierda tu educación Alan Ross, pero eres una persona muy educada–digo con toda mi chulería colombiana y le sonrío sarcástica.

Volteo y camino hacia la salida, ¡será cagado el gran estúpido este! Oigo sus pasos y antes de abrir la puerta El, la empuja otra vez y la cierra.

–no vas a ningún lado hasta que me expliques donde putadas estabas–gruñe y lo miro a los ojos. Su rostro cambia y sé que es porque mis ojos parecen dos tomates; rojos e hinchados de tanto llorar, pero no me interesa, ¡no me importa nada!

–Mira, estuve todo el puto día pensando y en la biblioteca. ¡No más! –grito estérica–ahora, si no me das permiso pasare por encima de ti, ¡me vale un carajo lo que digan! –el me mira impasible, pero no se mueve.

Pongo los ojos en blanco, Tengo un filo, que si me agacho me corto; camino hacia la cocina y el corre para cerrar la puerta de la cocina. Cuando lo hace me arrincona contra la nevera y mi cuerpo se acelera.

– ¡Nena, te amo, solo a ti, solo tú! –susurra a pocos centímetros de mí.

Trato de quitarlo, pero no se mueve, estoy enojada, muy enojada pero no hablo, porque eso es lo que produce cuando su cuerpo toca el mío, suspiro, son muchas cosas...muchas cosas que se acumulan, muchas...

–Aléjate por favor– digo con un hilo de voz y mis lágrimas se reúnen para salir, él lo sabe y por eso hace caso.

–Amor, eres la única a quien amo, Kimberly es del pasado. Tu eres mi presente y mi futuro–dice el con un hilo de voz.

Lleva una camisa azul, unos jeans desgastados, tiene un aspecto fatal, pero entre todo ello. Allí está mi chico, mi amor.

–existen muchas cosas Alan, tal vez yo no sea tu futuro, tienes que solo mirar tu mundo y mirar el mío para darte cuenta, he escuchado que las relaciones a distancia no funcionan y eso ya nos ha pasado–digo mirándolo a los ojos y su gesto se contrae al recordar. Julia.

–No, no, eso fue por que pasaron cosas Lucy, cosas que no volverán a pasar–dice con un hilo de voz.

–Nos está pasando otra vez–susurro yo–no tengo ganas de discutir Alan, lo siento mucho, pero me iré mañan...

Sus labios se estampan contra mi boca, sabe que eso me pone débil y lo utiliza en mi contra. Pero acunándome en sus labios el beso como si no lo hiciera hace tiempo, mucho tiempo. Su lengua invade mi boca, tomando lo que necesitamos, subo mis manos a su cabello y lo toco, sus manos se posan en mi cintura y me pone en la encimera, detiene el beso y me mira.

–No me dejes amor, no lo hagas por algo que no importa, Te amo y si esto ocasionará la llegada de Kimberly la alejare, no dejare que ella nos separe–susurra y nuestras frentes se juntan.

–dime que harías tu Alan, esto es difícil, apenas cumplí los 18 y tú, tú eres mayor y no soy lo suficiente para ti y...–susurro con lágrimas bajando por mis mejillas.

–no lo vuelvas a decir pequeña, eres más de lo que necesito; eres perfecta, la mujer más sensual que he conocido–susurra en mi oído y sonrío. Lo abrazo con mis piernas y mis brazos y murmuro:

–te amo

–Te amo mucho más pequeña–sus brazos me acunan y por ahora me siento tranquila, calmada, sé que no pasaba nada, pero no quiero perderlo, no otra vez.

volvimosssssssssss

queria saludarlos, ¿como estan?.

los amo,  subire mas capitulos esta semana, asi que esperenlos.

Con amor

Kelly.