"vidrios empañados"

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Me muevo y volteo para tocar a mi hombre y me llevo una gran sorpresa cuando no lo veo ahí, volteo y lo veo haciendo el nudo de su corbata frente al espejo, rio y voltea.

–buenos días mi pequeña dormilona–se acerca y me besa.

–Buenos días–digo con voz ronca y achinando los ojos por la luz.

–me tengo que ir temprano por una reunión, Spencer esta abajo; él te acompañara a todas partes Lucy, en la noche iremos a cenar a la casa de mi madre–sonrío y me levanto perezosamente de la cama.

–entiendo cielo–susurro mientras camino al baño a cepillarme, ponerme más ropa y arreglarme un poco. Cuando salgo él toma los gemelos con sus iniciales y los lleva a su camisa.

–Qué hombre más guapo– expongo y el voltea a verme.

–Y todo tuyo–sonrío y nos acercamos a besarnos, bajamos las escaleras juntos y lo despido en la puerta.

–te amo–susurra y sonrío.

–Que te vaya bien cariño–digo. Pasa su mano por mis rizos y junta nuestras frentes.

–Igual amor–me besa y sale por la gran puerta con su chofer Mack y dos otros chicos que se suponen que son sus guarda espaldas. Camino hacia la cocina y veo a un hombre (de unos 28-29 años) sentado en la encimera.

–buenos días–saludo melodiosa y todos voltean a verme. Camino hacia la nevera para sacar agua y tomo mi píldora, cuando volteo; El que supongo que es Spencer se levanta y me sonríe profesionalmente:

–Señorita Hart, buenos días, mi nombre es Spencer y seré su guarda espaldas–le sonrío a amablemente, me tocaría que convencerle que no le digiera nada a Alan sobre lo que haríamos esta semana.

–uno, solo dime Lucy, no me gustan las formalidades, dos–miro a los señores Nell que me sonríen emocionados–esta semana tengo que pedirte un favor. Pero no le puedes decir nada a Alan–el traga saliva nervioso.

–guardare el secreto señorita–lo miro mal–Lucy–corrige y rio. Me siento a su lado y todos 4 comenzamos a planear todo.

Toda la tarde nos la pasamos comprando muchas cosas de fiesta e invitaciones para los amigos de Alan, cuando estamos en casa; los señores Nell se encargan de guardar todo lo comprado; subo al cuarto de Alan y comienzo a vestirme para la cena.

Escojo un vestido corto de vuelo coral y un cinturón negro, unos tacos bajos del mismo color y me hago un moño desaliñado; dejando fuera varios rizos.

Cuando estoy lista veo a Alan sentado en una silla del salón, cuando me ve sus ojos se abren como platos y me sonríe.

–No sabía que habías llegado–digo y se levanta.

–Estas hermosa–me atrae hacia él y me besa dejando bajar sus manos por mi espalda–no sabes cuánto te extrañe–susurra entre mis labios–no puedo mirar por la ventana porque me acuerdo de ti–muerdo su labio fuertemente; sus palabras están haciendo efecto en mi sexo.

–llegaremos tarde...–susurro besándolo más fuerte y enredando mis manos a su cabello.

–No creo que se molesten mucho–murmura y muerde mi labio, sus manos toman mi trasero y me junta a su entrepierna–aparte no creo salir de aquí con una erección así–jadeo un poco y un carraspeo me hace alejarme.

–lo siento señor–volteo y allí está el chofer de Alan, ¡muero de vergüenza! –el automóvil y los guardias están listos.

–iremos solos Mack–lo miro y me guiña un ojo, sabía que no lo dejaría así.

AMARGO SABOR DE PERDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora