Un sueño del que nunca quiero despertar

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Empieza un nuevo día, y como siempre con música puesta desde bien tempranito. Suena "Está permitido" y eso me hace pensar que... ¡me quedan horas para volver a verlo!

Adriana no empecemos, que se van a pensar que estoy loca.

Más que preparada para empezar mi segundo día trabajo, no tan nerviosa como la primera vez.

- Hola Adriana, ¿que tal?.- me saluda Antonio.

- Buenos días, con muchas ganas de trabajar.- le contesto con una sonrisa.

- ¿Tan temprano y ya estás lista?.- me dice riendo.

Asiento con la cabeza.

- Pues no te entretengo más, que te estaban esperando.- me responde dándome un abrazo.

Que simpático que es este muchacho. ¡Me transmite tanta confianza.

-Hola, buenos días.- digo a todos.

Di que Adriana, hay que empezar con buen pie.

-Buenos días guapa.- me contesta Lolo, acercándose y dándome dos besos.
¿Quieres que te diga lo que vas a tener que hacer?

Vale, tengo un buen trabajo, además de que me gusta. Soy una de las personas del equipo de sonido, y voy a ser una de las afortunadas que escuche antes que nadie las canciones de Pablo.

¿Podéis sentir mi felicidad? ¡Quien me iba a decir esto a !
Pues venga Adriana, ¡en marcha!

La verdad es que estoy encantada. Todos me tratan muy bien, no me dejan apartada... es como si me conocieran de toda la vida. De repente, se escuchan gritos fuera del estudio, y todos ríen.

- Como se nota que llega Pablete, se revolucionan.- dice Porty riéndose.

Entra Pablo y vuelve a hacer lo mismo que el otro día, saludar uno por uno a todos.

¿Esto lo hace cada vez que llega? Es un amor...

- Buenos días Adriana.- me saluda Pablo.

Se acuerda de mi nombre... ¿Es un sueño?

-Hola Pablo.- le contesto con la cara más roja que un tomate.

-¿Como va tu segundo día? Espero que te hayan recibido bien, sino los mato.- me dice de broma.

Aww, ¿ puede ser más bonito?

- Sí, no te preocupes Pablete, conmigo estará a salvo.- interrumpe Lolo, pasando un brazo por encima de mi hombro.

- Como aprovechas Lolo, nunca cambiarás.- ríe Pablo.

- Como me conoces.- dice Lolo.

Yo solo sonrío, no se que hacer. En estos momentos estoy muy incomoda.

- Bueno parejita os dejo, que me están llamando.- se despide Pablo.

¿He escuchado bien? ¿Ha dicho parejita? No se pensará que yo y Lolo... no por favor.

-Venga Adriana, te invito a un café.- me dice Lolo.

-Vale, gracias. Pero una cosa, ¿no se habrá pensado Pablo que tú y yo estamos juntos no?.- le pregunto.

Lolo me mira seriamente y comienza a reírse.

- No mujer, Pablo sabe lo bromista que soy.- sigue riéndose Lolo.

Ahora que estoy colorada, que vergüenza estoy pasando...

- No lo pienses más, y vamos que él café se enfría.- termina Lolo.

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¡Espero que os guste! El próximo capítulo promete.

El buen amor es quererse bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora