¡A vivir, que la vida son dos días!

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Última mañanita de trabajo y seré libre durante tres días. Hoy estamos en Madrid y me necesitan para terminar de grabar algo nuevo que está preparando Pablo.
¿Qué deciros? Que la canción es preciosa, desde que la he escuchado estoy en una nube. Tanto café para mantenerme despierta hace que me entren unas ganas terribles de ir al baño.

- Chicos voy un momento al baño, no tardo.- les digo mientras corro hacia el servicio.

Escucho como ríen. Al salir siento como una mano rodea mi cintura y un olor muy conocido ya para mí, inunda mis fosas nasales.
A continuación, agarra mi brazo con delicadeza y me lleva de nuevo al baño.

- Pablo, tenemos que tener cuidado que...- le intento decir.

Antes de que termine la frase Pablo empieza a besarme, como solamente él sabe. Estos momentos son únicos, los hace especiales.

- Te tengo una propuesta que no vas a poder rechazar.- me dice todavía sobre mis labios.

- ¿Si? ¿Como el qué?.- le pregunto.

- Fin de semana, los dos solos, sin nadie que intervenga en lo que sentimos. Y lo mejor de todo: con pizza.- me cuenta.

- Mira que eres tonto.- digo riendo.

- Entonces, ¿aceptas?.- me pregunta antes de volver a besar mis labios.

Me separo de él, el cual resopla cuando lo hago.

- Si me dejas te podré contestar Pablito.- le digo riendo.

- Lo que usted quiera señorita.- me contesta guiñándome un ojo.

- Claro que sí voy.- le digo mientras lo abrazo.

- No hacía mucha falta convercerte.- dice bromeando.

- Pues invita a otra mejor.- le digo.

- Ya sabes que a la única que quiero conmigo es a ti, no me hace falta a nadie más.- me susurra cerca del oído.

- Que bonito que eres madre mía.- le digo agarrando sus mejillas.

- Eso lo hace mi madre Adri. Tu si quieres tienes esta parte.- dice tocando sus labios.

- Pero que ya lo quiera es mi problema.- le digo riendo.

Suspira y se vuelve a acercar, pero yo me separo rápidamente.

- Nada, que hoy estás graciosa.- me dice medio enfadado medio en broma.

- Si, y mucho. Me voy que llevo aquí metida un buen rato. Ahora nos vemos Pablete.- le digo sacándole la lengua.

- No te vas a salir con la tuya, que lo sepas.- escucho como dice antes de irme.

Corro hacia dónde están los demás.

- Ya estoy aquí, sigamos.- les digo.

- Adri, ¿puedes venir un momento?.- me pregunta Rafa.

- Sí, claro.- le contesto.

Nos alejamos de los demás y me mira con cara seria.

- ¿Dónde está Pablo?.- me pregunta.

- Emm, pues no se. Cuando fui al baño él estaba aquí con vosotros.- le digo intentando evitar los nervios.

- Adri lo sé todo, no hace falta que disimules.

- ¿El qué sabes?.- le pregunto preocupada.

- Todo. Me lo contó Pablo. Bueno mejor dicho, yo ya lo sabía, él solamente me lo confirmó.- dice riendo.

El buen amor es quererse bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora