En familia 2

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Me despierto en una habitación que no es la mía. Siento una respiración suave junto a mi oído y unas dulces caricias en mis brazos.
Me giro y veo a Pablo mirándome fijamente, como si de algo valioso me tratase. Y ya vuelvo a la realidad, recordando que me encuentro en la casa de Pablo con su familia, disfrutando de unos días con ellos.

- ¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?.; le pregunto dándole un beso en la mejilla.

- Unas dos horitas. Estabas de verdad cansada.- ríe besando mi frente.

- Un poquito nada más.- le digo sonriendo.

- Tienes el tiempo justo para ducharte y ponerte guapa. Venga, levanta dormilona, que nos vamos a cenar.- dice cogiendo mi mano.

- ¡Eso se avisa antes Pablo!.- le digo dándole un codazo.

- ¡Auch! Eres muy bruta mi vida.- ríe Pablo.

- Pero esta bruta te quiere.- le digo acercándolo a mi y besando con dulzura sus labios.

Los minutos transcurren sin que nos demos cuenta, solamente disfrutamos el uno del otro.

- No es que tenga ganas de separarme de ti, pero siento decirte que no te va a dar tiempo como sigamos así.- me sonríe pícaramente.

- Tienes razón. No quiero hacer esperar a tu familia.- digo levantándome de la cama rápidamente.

- Nuestra familia.- susurra Pablo.

Busco en la maleta algo apropiado para ponerme. Son todos muy elegantes y no es cuestión de que vaya con unos pantalones vaqueros y una simple camiseta.

- Pablo, no se que ponerme.- digo suspirando.

- Estás guapa con todo mi niña, no te preocupes.- me dice sentado desde la cama.

- Es enserio Pablo... ¿Qué te parece esto?.- le digo enseñándole un vestido floreado.

- Preciosa, como siempre. Pero yo preferiría verte con menos ropa.- dice guiñándome un ojo.

Antes de que pueda reaccionar, siento a Pablo pegado a mi espalda. Sus manos van bajando con suavidad el fino tirante que recubre mi hombro, para dejar pequeños besos en esa zona, subiendo hacia mi cuello.

- Pablito por favor.- le digo con la respiración entrecortada.

- ¿Umm?.- susurra, siguiendo con la misma acción.

- Se nos va a hacer tarde y no quiero quedar mal con tus padres. Además...- intento decirle, cuando somos interrumpidos.

Me separo rápidamente de Pablo, el cual solamente ríe por la situación.
Una pequeña cabellera rubia se asoma por la puerta, la sobrina de Pablo.

- Tito Pablo, dice la abuela si ya estabais despiertos.- dice la pequeña.

- Como ves si.- ríe Pablo.

- Voy a decirselo.- se ofrece Sofía.

- Pero antes dame un besito, ¿no?.- dice Pablo, cogiendo a Sofía en brazos.

Una guerra de cosquillas comienza. Solamente se escuchan las risas de Pablo y la pequeña.

- Tita Adri, ayúdame a ganar al Tito Pablo.- me dice Sofí.

Tita Adri... como me gusta ese nombre.

- ¡Ya voy! Te vas a enterar Pablo.- río mientras me acerco a la cama a jugar con los dos.

Las risas de la pequeña se mezclan con las de Pablo y las mías, como si fueramos una familia.

- ¡Dos contra uno, esto es injusto!.- se queja Pablo.

El buen amor es quererse bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora