Los celos son veneno

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El sonido de mi móvil me despierta. ¿Quién será a estas horas?

- ¿Quién es?.- pregunto.

- Adri, te tengo una sorpresa.- escucho por teléfono.

- Ah hola Dani, sorpréndeme.- le digo entusiasmada.

Dani es un amigo mio muy íntimo, de hace ya bastantes años. Mi confidente, mi todo.

- Estoy cerquita de ti, muy cerca.- dice riéndose.

- ¿Estás de broma? Dímelo ahora mismo o te mato.- bromeo.

- Estoy en Córdoba, y como se que hoy también te quedas aquí no tendrás una escusa para decirme que no puedes verme.- me contesta.

- ¡Ay que ganas de verte! Dime hora, sitio, de todo... Pero rápido.- le digo gritando de la emoción.

Paso un rato hablando con él. A medio día he quedado para comer. Llevo tanto tiempo sin verle, y tengo tantas ganas.
De repente escucho como llaman al timbre de la puerta. Seguro que será algunas de mis vecinas...

- Buenos días bombón.- me dice Pablo, entrando a mi casa.

Me quedo asombrada. No me esperaba que viniera y que entrara de esta forma.

- ¿Has desayunado? Porque te he traído algo.- me vuelve a decir.

-Emm hola Pablo. No te esperaba por aquí.- le contesto todavía sorprendida.

Me mira fijamente y parece que está pensando en lo que le acabo de decir.

- Ah bueno no te preocupes, solo pasaba por aquí. Ya me voy, hasta mañana.- me dice desilusionado.

Cuando me quiero dar cuenta ya está abriendo la puerta de la entrada. Corro hacía allí y le impido que abra la puerta.

- No Pablo, es solo que no te esperaba. No te vayas por favor.- le digo poniendo morritos.

- ¿De verdad?.

- Que sí, anda tonto ven y desayunemos, que estoy muerta de hambre.- río.

Lo cojo de la mano y lo guió hacia el salón, haciendo que se sentara en el sofá.

-¿Café o cola cao?.- le pregunto.

- Cola cao, por supuesto.- escucho como me dice, riendo.

Cuando termino de prepararlos, vuelvo con él y empezamos a desayunar.

- Esto está súper rico.- digo mientras muerdo mi donuts.

- ¿Ah sí? Haber...

Se acerca más a mi y con un movimiento muy suave me quita con la boca el trozo de donuts que tenia entre los dedos.

- Jo Pablo, que era el último bocado.- le digo con cara triste.

- No me podía resistir, lo siento.- ríe.

- A mi no me hace gracia, que lo sepas.- digo resignada.

- Pero tengo algo que a lo mejor te gusta también .- dice con una sonrisa torcida.

Vuelve a acercarse y con cuidado roza mis mejillas con la punta de sus dedos. Mientras me mira fijamente se aproxima más si puede a mi cara, y con un rápido movimiento posa sus labios junto a los mios.
Momentos como estos me encantarían que fuesen eternos.
Con los ojos aún cerrados se separa despacio.

- No te había dado los buenos días en condiciones.- dice bajito, con la voz ronca.

¿Este hombre quiere que me muera?.

Solamente miro hacia abajo y me sonrojo. Cuando levanto la mirada veo como me mira sonriendo.

- ¿Te sigue dando vergüenza?.- me pregunta dulcemente.

- Sí, ya sabes lo que me cuesta... Además eres mi "jefe" y mi ídolo, y es difícil de asumir.- le digo aún sonrojada.

- Pues vete acostumbrando, que si por mi fuera estaría todo el día así.

- Si es que te gusta hacerme sonrojar, mala persona.- le digo riendo.

- Me encanta.

Ahora me toca a mí. Me levanto del sofá y me siento en sus rodillas, mirándolo fijamente. Empiezo a recorrer cada centímetro de su cara con mis dedos. Pablo cierra los ojos, rindiéndose a mi caricia. Y cuando menos lo espera beso sus labios, terminado el beso dándole un pequeño mordisco en el labio inferior.

- Menos mal que te daba vergüenza, si no...- dice con la voz entrecortada.

- Ponte de acuerdo Pablito, ponte de acuerdo.- digo mientras acaricio su barba.

Se limita a sonreír mientras deja que acaricie su cara.
En el momento menos oportuno llaman de nuevo a la puerta.
La abro y me quedo impresionada.

- ¿Dónde está la niña de mis ojos?- me dice Dani, abriendo sus brazos.

Chillo mientras me tiro hacia él, abrazándolo. Me engancho a su cintura mientras reparto besos por toda su cara.
De repente escucho como Pablo carraspea.

Dios Pablo, me había olvidado que estaba aquí...

Me bajo de la cintura de Dani y me atrae hacia él de nuevo.

- Os presento. Este es Pablo, este es Dani.- digo presentándolos.

Los dos se saludan con un choque de manos.

- Bueno yo ya me iba, te dejó con él.- me dice Pablo serio.

- Quédate si quieres un poco más.- le digo.

- No tranquila, seguro que tienes que hablar muchas cosas con él.- me dice enfadado.

Se despide de Dani y le acompaño hasta la puerta.

- Pablo no es lo que creo que estás pensando.- le digo.

- No somos nada Adriana, no me tienes que dar explicaciones. Adiós.- me dice mientras se va.

Vuelvo hacia el salón donde me espera Dani.

- Tu amigo está celoso, y mucho.- me dice riendo.

-¿Celoso? No tiene motivo ninguno. Si somos amigos desde la infancia.

-Pero eso él no lo sabe. Tendrías que haber visto la cara que se la quedado cuando te has tirado encima mía.- dice riendo a carcajadas.

-Mira que eres tonto, no seas exagerado. Luego hablo con él, ahora cuéntame como te va todo.- empiezo a hablar.

El día transcurre rápido, de un lado a otro lado con Dani.
Lo que no paro de pensar es en Pablo. ¿Es verdad que estaba celoso o solamente han sido imaginaciones de Dani? ¿Se habrá enfadado?
Mañana lo descubriré. Mientras me pongo su música y caigo rendida a la cama.

Los celos son veneno, creeme.

El buen amor es quererse bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora