La alarma de mi celular se escucho por toda la habitación. Lo tome entre mis manos y apague la molesta alarma mientras me incorporaba en la cama y tallaba fuertemente mis ojos. Después de 2 largos días, por fin era el día en que Hazza haría su ‘grandiosa’ fiesta, como la había llamado el. El día en que había llegado, había venido a mi departamento y nos habíamos puesto a hablar. Conoció a una chica en Cheshire. Por lo que había platicado, era una amiga de la infancia que no veía desde hace mucho tiempo. Lo flecho en el instante en que sus miradas cruzaron, y ella le sonrió. Luego de eso, las cosas se dieron solas, y comenzaron a conocerse. Se dieron cuenta de que eran amigos desde una pequeña edad.
―Es tan hermosa… ― comento el luego de soltar un suspiro. Podía ver en sus ojos ese brillo especial, que ocurre cuando te enamoras. Por varios minutos, no había dejado de hablar de ella y lo maravillosa que era. Había pasado casi todas las vacaciones con ella, y podía describirme cada uno de sus defectos y virtudes. Estaba demasiado ansioso por que ella llegara. Quizá, en estos precisos momentos estaba yendo por ella al aeropuerto.
No podía negarlo, después de casi dos años de ser un vil mujeriego, al final, se había vuelto a enamorar.
Fui con un poco de pereza a la cocina y desayune tranquilamente.
Mire el reloj que colgaba en la pared de la cocina, y me di cuenta que eran casi las dos de la tarde. El tiempo había pasado rápidamente. Me dirigí hacia mi habitación, con la mayor intención de encerrarme en el baño que se encontraba ahí, y darme una buena ducha. Antes de entrar al baño, mire mi teléfono y note que tenía un mensaje de Jessica.
“Amor, no podre llegar hoy para la fiesta de Harry. Hubo un inconveniente aquí en Londres. Vuelvo en unos días más.
Te amo. Jessica”
No respondí. Tire el teléfono a la cama ya apagado y camine hacia el baño, mientras me iba desnudando y dejando la ropa en el suelo. Me metí a la bañera que se encontraba en el baño, y cerré los ojos, tratando de relajarme lo más posible. Lo único que quería este día era quedarme en casa, descansando tirado en la cama, sin hacer absolutamente nada.
~
7:30 pm
Harry había llegado a mi departamento no hace más de 20 minutos. Había decidido no asistir a la fiesta que el ruloso haría. Pero desde el momento en que cruzo la puerta, y se dio cuenta que no estaría presente en su casa, había insistido hasta que había logrado convencerme –sin muchas ganas- de ir.
Corrió hasta mi habitación y saco varios mudas de ropa. Fue como si mi madre hubiera escogido la ropa por mí. Aprobaba y desaprobaba la ropa que le disgustaba o viceversa. Luego de casi dos horas nos encontrábamos ya frente a la casa de Harry. El ruliento se encontraba vestido con unos jeans negros y una camisa a cuadros roja. Y yo… bueno, llevaba únicamente unos jeans negros con una camisa blanca, y un saco negro, igualmente.
Por alguna razón, me sentía nervioso. Sin poder evitarlo, mi cuerpo tembló ante los extraños nervios que sentía.
―Realmente te vez guapo…― dijo Harry mirando por decima vez en 5 minutos.
―Estoy pensando seriamente si no eres gay… ― comente a lo que él me fulmino con la mirada. ― Es como la séptima vez que me lo dices en casi dos horas. ¿Qué tienes en mente Styles?
― ¿Yo? ― asentí ― nada. ― me dio la espalda para dirigirse hacia la puerta y abrirla, dejando escapar la música que provenía de la casa, al igual que las incesantes luces de colores.