Entre a mi departamento con los pies arrastrando. Me sentía sin ánimos de nada. Como pude subí las escaleras y llegue a mi habitación; me tumbe sobre la cama, tapando mi ojos con uno de mis brazos.
―Zayn… ― la voz de Liam se escucho en el marco de la puerta.
―Déjame solo… por favor. ― pedí sin mirarlo.
―Si necesitas algo, no dudes en llamarnos. ― Dijo. Oí como caminaba, hasta que sus pisadas se fueron haciendo más lejanas, hasta que deje de escucharlas. Destape mis ojos, dejando que aquellas lágrimas que quemaban mis ojos escurrieran por mis sienes.
Por una parte, le aliviaba el no tener que volver a Jessica, pero… me dolía que no vería a aquella pequeña criatura que habitaba en el vientre de esa horrible mujer.
¿Qué ganaba con esto? Quizá esperaba que fuera arrepentido con ella, y le pidiera matrimonio para poder verlo. Pero sabía que mi orden y el juicio le habían caído de sorpresa. Respire con un poco de dificultad y me limpie las lagrimas que mojaban mis sienes, y ahora la cama. Miraba el techo tratando de tranquilizarme.
*
―Shh… ― logre escuchar cuando mis oídos despertaron, al igual que todo mi cuerpo. Me revolví en la cama al momento en que abría los ojos. Me encontré con una borrosa imagen de Lyla, sonriente frente a mí. Sus manos pasaban lentamente por mi cabello, acariciándolo. ― ¿Estás bien? ― pregunto.
Bien, ahora sabia porque estaba aquí. Porque Liam no había insistido demasiado.
Había ido por ella.
―Si ― murmure mirándole. Tome una de sus manos y entrelace nuestros dedos. ― No me dejes ― mi voz sonó débil, quebrada, a punto de romper en llanto.
―Jamás te dejaría ¿entiendes? JAMAS ― se inclino hacia mí y me beso en la comisura de los labios. ― Venga, tenemos que ir con tu madre. ― Soltó mi mano y se levanto de la cama. Vestía un vestido rosa que le llegaba a las rodillas y unas sandalias blancas. ― Son las cinco Zayn, tenemos que irnos, tengo muchas ganas de ver a Tricia y Yaser. ― una sonrisa se ensancho en sus labios.
―Tus suegros ― dije, y ella solo sonrió mas apenada. ― Espera aquí, que me voy a cambiar. No tardo. ― Me levante de la cama, camine hacia ella, la tome de la cintura y la bese. ― Te amo. ― murmure sobre sus labios después del beso. Salí de mi habitación para quitarme la ropa que traía e ir por un cambio limpio. Entre de nuevo a mi habitación únicamente en bóxers y comencé a cambiarme. Lyla se encontraba sentada sobre la cama, mirando cada uno de mis movimientos. ― Entretenido eh.
―Mucho ― dijo riendo. Negué imitando su gesto y termine de abrochar mi camisa cuadrada. ― Creo que se te está pegando el estilo de Liam. ― menciono graciosa, mirándome.
―Bueno, quizás para la otra vaya desnudo como suele hacerlo Harry. ― bromee, y ella rio para luego fruncir el ceño.
―No quiero que te vean desnudo. ― dijo ― Solo eres mío ― se levanto de la cama y vino hacia mí. Paso sus manos por mis brazos, hasta llegar a mis hombros. ― Vamos, que se hace tarde. ― tomo mi mano derecha y me jalo hacia la puerta.
Salimos rápido del departamento y bajamos por el elevador.
― ¿Conduces tu o lo hago yo? ― pregunto mientras agitaba unas llaves entre sus dedos.
―Me encantaría verte manejar… pero, lo hare yo. ― le arrebate las llaves de entre sus delgados dedos y camine hacia la puerta del piloto.
―Zayn… ― dijo arrastrando mi nombre en cuanto subimos al auto. ― Estoy embarazada, no enferma como para que no pueda conducir.
―Ya, vale… lo se, pero no quiero riesgos aun así. ― encendí el motor ― por cierto… ¿este auto es de Louis?
―Sí.
― ¿Entonces has conducido hasta acá? ― gire mi mirada hacia ella.
― ¡Zayn! ― resoplo ― vamos, que se hace tarde.
El camino a casa de mi madre fue rápido, pero aun así llegamos 10 minutos tarde. Baje rápidamente del auto para abrirle la puerta a Lyla y ayudarle a bajar. Seguí con nuestras manos unidas y camine con ella hacia la puerta de la casa de mis padres.
Me sentía como un adolescente, a pesar de tener casi 24 años. Mi pulso se encontraba acelerado, mi garganta seca y mi cuerpo temblaba. ¡Maldición! ¿Por qué pasaba esto?
― ¿Estas nervioso? ― pregunto risueña Lyla.
―Creo que este día lo has tomado para burlarte de mi. ― mencione carraspeando. ― Si ― respondí después, apenado.
―Tranquilo Zayn, eres un hombre, no es que te vayan a reñir o algo por el estilo. ― dijo encogiéndose de hombros.
―Pues… tu eres toda una mujer ― la acerque a mi ― y aun así tu hermano mayor te riñe como si fueras una cría de 7 años. ― torcí una sonrisa. Me miro con el ceño fruncido y me golpeo el pecho. Solo reí, para después tomar su rostro con mis manos y besarla. Por un momento se resistió pero al final cedió, y paso sus manos por mi torso.
Una pequeña tosecita nos hizo separar de golpe.
―¡Tricia! ― exclamo Lyla mientras se abalanzaba a mi madre. Esta la recibió con un cariñoso abrazo y una bella sonrisa.
―Lyla cariño, me da tanto gusto de tenerte de vuelta. ― saludo mi madre con tono dulce― tenemos que ponernos al día linda.
―Por supuesto. ― Y entraron a la casa tomadas del brazo, dejándome a mi solo fuera.
