Bienvenidos al primer capítulo de está historia, si eres lector antiguo recuerda que algunos detalles de la historia cambiaron, así que te invito a releer la historia. Espero que la disfruten.
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Abro mis ojos y me quedo mirando el techo por lo que parece una eternidad, me siento en la cama y me cojo él cabello en una coleta. Observo mi cuarto, lo único que queda es la cama y una pequeña maleta que es la que llevaré hoy en el avión. Solo de pensar que en un par de horas este cuarto dejara de ser mío se me forma un nudo en el estómago, he vivido toda mi vida aquí, no conozco otra vida y no quiero irme.
Hace dos meses y tres días mi madre nos dio la horrible noticia de que nos mudaríamos a California porque consiguió un mejor trabajo, cuando nos dio la noticia estaba furiosa y por un par de semanas hice cosas que la sacaran de quicio, después los días pasaron y tuve que hacerme a la idea de que nos iríamos de Troutdale, que dejaríamos la casa donde crecí y que mi vida ya no sería igual, no había muchos amigos para despedirse, nunca he sido muy social, pero lo que más duele es dejar atrás la casa, no la casa, los recuerdos que hay en ella.
Alguien toca mi puerta y me saca de mis pensamientos. – Siga. – por la puerta entra uno de mis hermanos, algo que deben saber de mí es que vivo en una casa rodeada de chicos y hay que tener en cuenta que el mayor de todos ni siquiera vive aquí.
– Buenos días, Addy. – dice Joshua, Josh es un año mayor que yo, es un chico bastante intelectual, le encanta las ciencias, las matemáticas y todo lo que esté relacionado con eso. – ¿Por qué no has bajado a desayunar? – pregunta arqueando una ceja, tengo completa certeza de que mi madre lo envío para saber cuál era mi estado actual, así es ella y siempre utiliza a mis hermanos como mediadores. Josh me mira con sus ojos azules como si estuviera tratando de ver mi alma.
– Buenos días, Josh. – le digo con una sonrisa de niña buena. – Porque me acabo de despertar. – eso de hecho no es una mentira, bien ya sé que llevo un rato despierta, pero no es mi culpa que mis pensamientos no me dejen levantarme de la cama, además admitiré que tengo una leve y estúpida esperanza de que mi madre cambie de opinión.
– Addy, mamá está muy estresada y sería de gran ayuda que todos pusiéramos de nuestra parte para hacer que el día de hoy todo salga bien. – y ese es Josh, el defensor de los pobres, porque claro mi madre es la única estresada con la estúpida mudanza, si ella no hubiera tomado la horrible decisión de mudarnos, nadie estaría estresado, pero a quien le importa. – No hagas esa cara.
– ¿Qué cara? – digo desentendida y me maldigo a mí misma por no poder controlar mejor mis expresiones faciales.
– Iré en cinco minutos después de entrar al baño, así que ya puedes ir a decirle a mamá que todo saldrá perfecto y de acuerdo con su plan. – le digo con una sonrisa fingida. No me mal interpreten, yo amo a mis hermanos, ellos son todo para mí, es solo que algunas veces Joshua y Camden, mi otro hermano mayor, pueden ser realmente irritantes cuando empiezan a defender a mi madre como si ella nunca se equivocará.
– Me iré pretendiendo que tu sonrisa no es fingida. – dice mirándome divertido, así que le saco la lengua como una niña pequeña, pero en forma de broma antes de que cierre la puerta.
Después de ir al baño me dirijo a la cocina a desayunar, ahí me encuentro con mi madre sentada, una mujer muy guapa y joven, las personas se sorprenden bastante cuando les cuenta que tiene cuatro hijos, porque físicamente no lo revela. A su lado están sentados Josh y Kyle, mi hermano mellizo.
Todos nos parecemos bastante físicamente, mismo tono de piel, todos con pelo castaño, nariz recta y pequeña, y largas pestañas. Una diferencia que hay es que Josh y Camden tiene los mismos ojos azules de mi madre, mientras que Kyle y yo tenemos ojos marrones, esos los heredamos de papá.
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Eres Todo Lo Que Quiero (BK 1)
Teen Fiction[TERMINADA] Cuando una decisión cambia todo lo que conoces, adaptarse no es fácil. Pero a veces debes detenerte y pensar que esa decisión fue lo mejor que te pudo haber pasado. Eso fue lo qué le pasó a Addison Smith, cuando su madre decidió mudarse...