Versus • || YoonMin ||

Capítulo XIX

YoonGi miró al chico que estaba sentado en la orilla de la cama mientras movía frenéticamente la toalla sobre su cabeza para secarse el pelo.

—¿Ya terminaste? —preguntó el peli-anaranjado y levantó la mirada de su celular para verlo.

Asintió y se acercó al otro a la vez que colgaba la toalla en sus hombros. El chico tiró el celular sobre la cama, la cual estaba a unos metros de ellos.

—YoonGi —llamó JiMin, haciendo que él despegara la mirada del cielo nocturno que veía a través de la ventana.

Al voltearse se dio cuenta que el peli-anaranjado tendía la mano abierta hacia él. YoonGi frunció el entrecejo y elevó la cabeza.

—Ven —dijo el otro y se levantó un poco de la cama para tomarlo de la mano.

—¿Qué haces? —preguntó cuando sintió que el contrario lo puso entre sus piernas.

—Acércate —dijo JiMin y elevó la barbilla hacia él.

—¿Para qué?

El chico rodó los ojos, pero tenía una sonrisa en el rostro—. Solo acércate.

YoonGi bajó la cabeza a la altura de la de JiMin para descubrir qué quería hacer el otro. Para su sorpresa, el chico lo tomó de las mejillas y lo acercó hasta tener sus labios rozándose.

—Ahora bésame. —JiMin no lo dejó contestar porque inmediatamente lo besó.

Las piernas del contrario apretaron las suyas y eso provocó que se fuese hacia delante, cayendo sobre JiMin. Las extremidades ajenas se acomodaron mejor, envolviendo su cintura antes de apretarlas en torno a él.

El beso duro bastante, mucho más que cualquiera de los otros que tuvieron. Aquello tampoco le molestó. De hecho, deseó besar a JiMin más y más.

No se asustó, pero sintió un leve escalofrío cuando las manos de JiMin se metieron por debajo de su camiseta. Sin embargo, no lo evitó, simplemente dejó que recorrieran su espalda libremente mientras él jugaba con el suave cabello ajeno. JiMin lo hizo rodar sobre la cama, quedando encima suyo. Cuando esto ocurrió el chico se sacó la camiseta de manera lenta y volvió a besarlo.

YoonGi quiso evitar las preguntas, así que solo se concentró en el contrario y en como acariciarlo. Después tendría tiempo de arrepentirse si era necesario.

Ya más decidido se volteó para subirse sobre el chico y se sacó la camiseta. Volvió a acercarse a JiMin y sus labios se dirigieron directamente a su cuello.

Nunca le gustaron los hombres, pero tampoco ponía mucha atención en las chicas. Si tuvo alguna relación, fue simplemente porque ellas estuvieron interesadas en él. Por lo tanto, no era un inexperto, para nada. No obstante, aun así sentía que no podría controlar a JiMin.

Dejó de besar el cuello del peli-anaranjado cuando sintió que las manos del susodicho le rozaron el abdomen y bajaron hasta el comienzo de sus pantalones. A pesar de sentir terror por una milésima de segundo, movió la cabeza para ponerla al otro lado del cuello de JiMin, besó y mordió debajo de su oreja.

Cuando JiMin desabrochó sus pantalones él simplemente suspiró en su cuello y se dispuso a jugar un poco con el lóbulo de la oreja ajena. Las manos de JiMin viajaron por el contorno de su cadera hasta desaparecer por debajo de sus pantalones, recorrió por sobre sus bóxers y le tocó el trasero. El peli-anaranjado buscó su boca e inmediatamente él se apegó más al menor para besarlo, haciendo que cada vez que giraran las cabezas quejidos salieran de entre sus labios.

Las manos de JiMin empujaron lentamente sus pantalones, logrando que le llegaran a los muslos, y después continuó bajándolos con sus propios pies. Cuando los pantalones estuvieron cerca de sus tobillos YoonGi se los quitó sin despegar los labios de JiMin y fue hasta el inicio de los pantalones ajenos. Por puro atrevimiento apoyó las manos a la altura del miembro del contrario y presionó, ocasionando que JiMin soltara sus labios para echar la cabeza hacia atrás, gimiendo. Al tener esa oportunidad se dirigió a la clavícula del otro y mordisqueó la tostada piel. Mientras tanto, YoonGi siguió moviendo su mano sin evitar presionar de vez en cuando. Ya para cuando sintió que JiMin se afirmaba con fuerza de sus brazos se detuvo y con desespero desabrochó los pantalones del peli-anaranjado para sacárselos de un solo tirón.