YoonGi se removió incómodo sobre el asiento del auto. JiMin permaneció a su lado y jugó con el celular mientras se dirigían hacia el último regalo que le daría al chico. Lo preparó hace unos días, quizás el mismo día que se enteró que tendría que dejar a JiMin. A pesar de saber que estaba todo listo y bien planeado, no pudo dejar de sentirse nervioso.
Cuando notó que estaban por llegar miró de reojo a JiMin, quien observaba la pantalla del teléfono. YoonGi se aseguró de estacionar correctamente el auto en el estacionamiento y bajó para luego hacerle unas cuantas señas al chico.
—¿Por qué estamos aquí? —preguntó JiMin a la vez que entraban por las grades puertas de cristal.
—Tengo algo que mostrarte. —Lo tomó del brazo y se dirigieron hacia la recepción.
No tuvieron mayor inconveniente y de inmediato se encontraron los dos sobre el ascensor para llegar a uno de los pisos del edificio.
—¿Por qué me trajiste a un hotel?
De igual manera, no le contestó y se dirigió hacia una de las habitaciones. Dentro de su billetera buscó la tarjeta de color plata para pasarla cerca de la cerradura. La puerta hizo un sonido, dándole a entender que estaba abierta, así que se volteó a ver a JiMin.
—Te cubriré los ojos.
—¿Qué? ¿Para qué?
El chico frunció el ceño e intentó mirar dentro de la habitación, pero YoonGi puso las manos sobre los hombros ajenos para detenerlo.
—¿Confías en mí? —preguntó con la intención de escuchar una respuesta positiva.
—¿Debería confiar en ti?
Chasqueó la lengua, pero de igual manera le dio una suave sonrisa. Fue extraño, por supuesto que lo fue. Su pecho subió y bajó nervioso, ansioso. Lo esperaba, lo deseaba y quería quedarse con él. Sin embargo, no podía. Esas eran las reglas del juego y YoonGi las supo desde un principio, sin embargo, verlo ahí con esa sonrisa, como preguntándose qué le pasaba, no podía evitarlo, no podía dejar de mirarla.
Se puso detrás de JiMin para llevar las manos hasta el rostro ajeno y le cubrió los ojos. Abrió por completo la puerta de la habitación con uno de sus pies y se adentraron con dificultad. Con tan solo unos dos pasos sacó las manos de la cara del chico y volvió a cerrar la puerta con rapidez. Miró desde un costado la reacción de JiMin.
—Quería hacerte algo especial —murmuró mientras veía el perfil del contrario—. Dijiste que ningún chico se tomó el tiempo de hacer algo bonito por ti, así que...
—Así que me trajiste a un hotel para mostrarme esto —continuó su diálogo el peli-anaranjado y apuntó hacia la cama de sábanas blancas—. Esto para mí es más como una invitación sexual.
—En buena parte —admitió y sonrió.
Las manos de JiMin viajaron hasta los pétalos rojos que se esparcían por la cama sin un orden fijo y su mirada se dirigió hacia todos lados, pero se detuvo en el gran ventanal que daba una vista a la ciudad. Luego se giró hacia él y le sonrió ampliamente. JiMin lo tomó con fuerza por la chaqueta y lo acercó hasta él para besarlo en los labios apasionadamente. Las manos ajenas se enredaron en su cabello mientras lo besaba y YoonGi sintió cómo lo empujaba por las caderas para sentir sus pantorrillas chocar con la orilla de la cama.
—Hoy practicarás lo que has aprendido —se burló el peli-anaranjado sobre sus labios luego de separarse.
El chico lo empujó sobre la cama, se sacó la chaqueta y la tiró al suelo para luego posicionarse sobre YoonGi y así volver a besarlo. No obstante, él lo esquivó inmediatamente.
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Versus • || YoonMin ||
Fanfiction|•| Había que hacer lo necesario por dinero, ese era el punto. El que YoonGi tuviese que salir de los peores barrios de Seúl para meterse a la casa de un chico rico ya era un cambio, especialmente si ganaba grandes sumas de dinero solo por cuidarlo...