Capítulo XXIV

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—¿En serio estarás con eso desde ahora? —preguntó al ver el yeso que cubría el brazo de JiMin.

—Solo será por unos días. No me hice mayor daño. —El peli-anaranjado chasqueó la lengua y se dejó caer sobre la cama—. Insististe con que me pusieran esto para que sanara más rápido, ¿recuerdas?

JiMin tenía razón.

—¿Estás molesto?

—¿Por qué lo estaría? Nunca me he puesto un yeso en el brazo. Será divertido.

YoonGi lo miró de reojo y frunció el entrecejo—. No creo que sea divertido.

—Pero es algo distinto. Quiero conocer la experiencia —comentó el otro, se levantó de la cama y fue hasta él—. Además, tendrás que ayudarme.

—Te hiciste daño en el brazo izquierdo. No me molestes más de lo necesario.

El chico frunció las cejas e hizo un puchero—. Pensé que cuidarías de mí. Después de todo, eres mi novio.

YoonGi suspiró y se levantó de la cama con la intención de ignorar al contrario.

—¿Quieres beber algo?

El chico no le respondió y solo lo apuntó con la mano sana.

—No me contradijiste.

—¿Por qué lo haría? —interrogó y tomó una botella de agua del pequeño expositor de bebidas que había en la habitación.

—Pensé que te molestaría que dijera que eras mi novio.

—No soy tu novio —confirmó después de cerrar la botella.

El chico se encogió de hombros y sonrió—. Ahora todos piensan lo contrario.

—No debiste besarme ese día en el comedor. —Cerró los ojos y soltó un suspiro.

—¿Estás molesto por eso? —preguntó el chico mientras le sonreía y apoyaba las rodillas sobre la cama.

—En realidad, no lo estoy. —Dejó la botella sobre el escritorio y se acercó al contrario—. Me da igual lo que piense la gente.

No era cierto. Sí le importaba lo que pensaran los demás sobre él, al menos en su antiguo vecindario le importaba, ahí el más fuerte ganaba, pero ahora... ¿Qué más daba?

YoonGi se dejó caer en la cama de JiMin. Cuando estuvo bien acomodado el peli-anaranjada se recostó a su lado y este le pegó con su brazo enyesado en el estómago sin querer.

—Lo siento —susurró el otro y tocó la zona dañada.

—Eres tan idiota —murmuró para sí.

JiMin se acercó y le pegó unos cuantos golpes en el pecho para luego darle un lento beso en los labios. El celular de YoonGi sonó desde un costado, pero no contestó. Cuando empezó a sonar por segunda vez JiMin se alejó y apuntó con la cabeza el aparato.

—¿Hola? —preguntó apenas contestó. No reconoció el número.

Disculpa. ¿Eres YoonGi? —Frunció el ceño al escuchar la voz de una mujer y le envió una mirada a JiMin.

—Sí. ¿Quién es usted? —interrogó y, para su sorpresa, la mujer soltó un sollozo.

—¿P-Puedes venir al hospital? Por favor. —Se levantó de la cama con lentitud.

—¿Por qué? ¿Quién es usted?

YoonGi, ven, por favor. Aquí te lo explico. —Suspiró y la mujer cortó la llamada.

Versus • || YoonMin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora