Capítulo XXI

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—¿Por qué no viniste ayer? —preguntó JiMin cuando apareció el viernes por la mañana en la universidad. No le respondió y pasó por su lado para adentrarse por las puertas de cristal—. ¡YoonGi! —No se detuvo y continuó su camino hacia la siguiente clase—. ¿Acaso no me hablarás?

El chico se puso a su par, pero YoonGi no lo miró. JiMin refunfuñó y caminó un poco más rápido que él para entrar primero a la sala de clases.

Así pasó toda la mañana, con el chico peli-anaranjado alejado de él. Hubo veces en la que le intentó hablar, pero YoonGi lo evitó rotundamente. Todo estuvo perfectamente bien hasta que llegó la hora del almuerzo. Fue con su comida a la mesa en la que estaban todos sentados, pero no vio al peli-anaranjado por ningún lado y, a pesar de que lo estuviera evitando, tenía que estar al pendiente de él.

Dejó caer su comida con cuidado sobre la mesa y elevó la mirada hacia quienes comían.

—¿Han visto a JiMin?

Todos negaron, así que se sentó de mala gana sobre una de las sillas. No tenía que preocuparse demasiado por el chico, ¿cierto? Solo se le hizo extraño que el otro no intentara hablarle.

—YoonGi.

Se giró hacia JiMin, quien corrió hacia él. No pudo evitar sonreír y soltó el aire que se acumuló en sus pulmones. Cuando el chico llegó a su costado dejó una lata de refresco a un lado de su bandeja.

—Te traje una bebida —avisó el otro y le dio una gran sonrisa—. ¿Ahora me perdonas?

—No, JiMin. No estás perdonado —susurró y tomó los palillos para empezar a comer.

—Te enojarás por esto —susurró el peli-anaranjados en su oído—, pero creo que podría funcionar.

YoonGi frunció el ceño porque no entendió qué quiso el chico y por qué actuaba de esa manera. Por lo mismo, no pudo evitar sorprenderse cuando JiMin se subió sobre él de tal manera que sus piernas quedaron a cada lado de sus caderas. Lo primero que provocó en él fue la caída de los dos palillos.

—¡¿Qué hacen?! —Ninguno de los dos se volteó a mirar, pero claramente el grito de NamJoon resonó en la cafetería.

—No hagas escándalo y bájate —pidió en un susurro a la vez que le pegaba dos palmaditas en el muslo al contrario.

El chico no le respondió con palabras, sino que lo tomó de las mejillas y lo besó delante de todos. Al principio YoonGi lo evitó, de verdad lo intentó. Sin embargo, cuando el chico mordió su labio inferior no pudo evitar pasar los brazos en torno a la cintura ajena para apegar al chico a su cuerpo a la vez que giraba la cabeza para profundizar el beso.

El beso no duró demasiado, solo fue lo suficiente como para perdonar al chico, por muy cómico que sonara. JiMin bajó de su regazo y se sentó en la silla que estaba a su costado. YoonGi rio por lo bajo al ver la cara de todos los presentes en la mesa.

—Soy gay —soltó SeokJin de imprevisto, por lo que recibió un golpe en la pierna por parte de NamJoon.

Todos se quedaron en silencio y miraron al castaño mientras este mantenía la cabeza gacha.

—También soy gay —se apresuró a decir, no porque lo tuviera claro, sino porque sentía que SeokJin necesitaba ayuda.

—También lo soy —susurró JiMin mientras miraba a TaeHyung, quien tenía la boca levemente abierta debido al asombro. Luego el chico dirigió la mirada hacia JungKook, quien estaba sentando al lado derecho de YoonGi.

—¿Por qué me miras así? —susurró el pelo negro como un perrito asustado.

—También eres gay, ¿no? —El chico asintió un asustado y el castaño juntó las cejas con enfado—. Todo es tu culpa. Simplemente no debiste relacionarte con nosotros. Si nunca hubieras llegado esto no pasaría con mis amigos —expresó TaeHyung con enfado—. Vete de aquí, JungKook. No quiero verte.

Versus • || YoonMin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora