—No puedo creer que tengas eso —susurró Aaron desde el desgastado sofá.
—Por favor, guárdalo. ¿Sí? —pidió y acomodó los frascos dentro de la caja de cartón.
—Esto cuesta mucho dinero, YoonGi. —El negro tomó uno de los pequeños frascos que estaba a un costado de la jeringa—. Es una de las mejores drogas.
—Ya cállate y pásame eso. —Le quitó al otro las cosas de las manos—. Por lo que más quieras en el mundo... Esto guárdalo donde está y no lo saques de ahí.
—¿Estás al tanto de cuánto dinero podemos ganar tan solo vendiendo una de esas pastillas? Si las vendemos todas no será necesario que trabajes cuidando al niño pijo —se apresuró a decir su compañero a la vez que se levantaba del sofá.
—No puedes tocar esto, Aaron. No es mío. —El aludido refunfuñó y se dejó caer de nuevo en el sofá—. Lo dejaré en mi habitación. Por favor, no lo toques.
—Está bien. No tocaré las cosas del niñito —dijo el chico en tono burlón—. Por cierto, ¿de dónde lo sacaste?
—De un chico que conocí en la universidad —formuló y fue hasta su desgastada habitación.
—¿Vas a la universidad? —interrogó Aaron con diversión y apareció por la entrada de su habitación.
—Y legalmente estudio medicina. ¿Qué te parece? —dijo burlón mientras ponía la caja en lo alto de uno de los muebles. El chico se echó a reír y se sentó en su cama desecha.
—Debería ser guardaespaldas, ¿eh? —se mofó Aaron.
—Es más horrible de lo que parece —confesó en un murmuro.
—¿Qué? ¿Acaso tienes que acostarte con el chico? —cuestionó el negro sin dejar su tono burlón y bromista.
Se quedó de espaldas a Aarón a pesar de que ya dejó las cosas de JungKook donde debía.
—¿Qué pasa si digo que me besé con un hombre? —murmuró, pero el chico lo alcanzó a escuchar, a lo que solo respondió con otra estruendosa risa.
—¿Te volviste maricón? Estoy muy orgulloso de ti —dijo el chico con sorna.
Suspiró y decidió que mejor dejaría el tema así. Aaron no era de las personas que se tomaban las cosas en serio.
—Entonces ¿esto es de uno de los amigos del niño? —preguntó el otro y apuntó la caja que estaba en lo alto.
—En realidad, es un amigo mío —dijo seriamente.
—¿Qué? ¿Acabas de dejar a tu mejor amigo por un chico pijo? —cuestionó el chico, fingiendo estar ofendido.
—No es eso, idiota —articuló jocoso y le dio una sonrisa.
Aaron chasqueó la lengua, pero luego le mostró una gran sonrisa que contrastaba con su oscura piel.
—Debo irme.
—Claro, entiendo. Tienes que cuidar al niño.
Miró al negro con una sonrisa en los labios antes de tomar la mochila que estaba sobre el mugriento sofá.
—Adiós, Aaron. Te quiero —gritó con diversión antes de salir por la puerta principal.
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—¿No tienes calor? —YoonGi miró rápidamente a JungKook cuando NamJoon le habló.
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Versus • || YoonMin ||
Fanfiction|•| Había que hacer lo necesario por dinero, ese era el punto. El que YoonGi tuviese que salir de los peores barrios de Seúl para meterse a la casa de un chico rico ya era un cambio, especialmente si ganaba grandes sumas de dinero solo por cuidarlo...