Capítulo XXVI

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Besó otra vez los labios del chico con pasión y vehemencia. Se aseguró de que sus manos recorrieran cada parte del cuerpo ajeno.

—¿Qué debería hacer primero? —preguntó con impaciencia.

—El pote. —Asintió y le dio una rápida mirada al velador que estaba a un costado de la cama—. Eso lo echarás en tu mano.

—¿En mi mano? ¿Por qué?

—Para que metas tus dedos en mí, imbécil. ¿O esperas meter tu pene así como así? Mi culo es más estrecho que una vagina virgen.

Miró detenidamente al peli-anaranjado antes de soltar una estruendosa risa, la cual finalmente acalló para tomar el frasco que estaba a un lado. Ni siquiera se preocupó de leer la etiqueta y solo lo abrió para voltearlo en su mano como si fuera champú. Después de todo, confiaba en JiMin.

—¡No tanto! —El chico le quitó el frasco y lo dejó sobre el mesón.

—Bien... —dijo pausadamente—. ¿Qué hago ahora?

—Muéstrame tu mano. —Alzó su mano izquierda con el líquido—. ¡La otra!

Cambió rápidamente a la otra con una sonrisa burlona en sus labios. El chico tomó tres de sus dedos.

—Tienes que meter esto —susurró el otro, avergonzado.

—¿Tengo que meter mi mano en tu culo?

El chico rodó los ojos con el rostro sonrojado.

—Si no lo haces no dejaré que metas tu pene en mí —dijo el contrario y lo miró serio.

Asintió. Después de todo, fue YoonGi quien insistió en que le enseñara.

—Ahora cubre los dedos con eso. —JiMin apuntó el líquido viscoso.

YoonGi untó los tres dedos en el viscoso líquido y se aseguró de mojarlos hasta los nudillos. De vez en cuando sus ojos se dirigieron a JiMin para preguntarle con la mirada si lo hacía bien, pero el chico no hizo más que mirar sus manos, aparentemente interesado en lo que hacía.

—¿Qué debo hacer ahora? —cuestionó cuando decidió que sus dedos ya estaban bien bañados en esa cosa viscosa.

—Debes... meterlos —murmuró JiMin y se mordió levemente el labio inferior, sonrojándose.

YoonGi sonrió y se acercó hasta él para morderle la mejilla. Sinceramente, deseó pellizcarlo, pero no quiso poner los dedos húmedos sobre su mejilla.

Puso su cabeza sobre el hombro del peli-anaranjado mientras acercaba un dedo cerca de la entrada del contrario. Antes de hacer algún otro movimiento el chico lo tomó de los hombros y lo separó.

—Hazlo lento. Duele un poco —avisó el menor sin apartar la mirada de sus ojos.

Asintió e hizo lo que el otro le ordenó, tuvo sumo cuidado y estuvo pendiente de las expresiones ajenas. La primera reacción de JiMin fue cerrar los ojos y abrir levemente la boca. Luego, cuando metió el dedo hasta los nudillos, YoonGi le dio un casto beso en los labios para que abriera los ojos.

—¿Estás bien? —preguntó y el menor asintió—. ¿Qué debería hacer ahora?

—Mete el segundo —ordenó el menor con un quejido y un ligero movimiento de caderas, lo que hizo que el cuerpo de YoonGi se tensara.

De forma obediente introdujo el siguiente dedo. Al escuchar al chico gruñir y apretar los ojos no pudo evitar sentir su corazón palpitar más rápido, excitado.

—¿Podrías sacarte la camiseta? —interrogó el peli-anaranjado con los ojos cerrados—. Quiero tocarte.

—Quedamos en que no me tocarías —contestó entre dientes.

Versus • || YoonMin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora