Capítulo XXXII

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—JiMin —susurró y se acercó al cuerpo tumbado sobre el colchón. El chico miró a su alrededor y luego se levantó con lentitud, como si le doliera el cuerpo—, traje algo para que te cambies después de ducharte.

JiMin frunció el ceño a pesar de que la venda le cubría los ojos.

—¿Eres el chico de antes? —preguntó el otro después de girar la cabeza en su dirección, quizás siguiendo su voz.

—Sí. Te sacaré la venda, ¿bien?

El chico asintió frenéticamente. YoonGi se acercó y se puso detrás de JiMin para sacarle la venda. El contrario en respuesta suspiró con alivio y agachó la cabeza. Luego YoonGi se puso delante de él para sacarle los amarres de la muñeca y después soltó la cuerda que se amarraba en sus tobillos. Cuando el chico estuvo listo lo afirmó con cuidado por el brazo para ayudarlo a levantarse a la vez que tomaba las cosas necesarias para que se duchara. Lo hizo caminar descalzo hacia la puerta que daba al baño.

—Tendré que quedarme aquí —murmuró y dejó las cosas en una repisa al lado de la ducha.

—Está bien —dijo el otro y le dio una pequeña sonrisa que YoonGi no correspondió.

Le dio la espalda al chico y a la ducha. Esperó pacientemente en esa esquina hasta que la lluvia artificial paró y JiMin se cambió de ropa.

YoonGi estaba nervioso. Siempre podía estar al límite de que lo descubriera, de que se acercara a él y le sacara la venda. Y, conociendo el temperamento de JiMin, le extrañaría que no saltara sobre él para golpearlo o algo.

—Ya estoy listo.

Se volteó para mirar al otro, lo tomó de la muñeca y lo llevó hasta el colchón. El chico dejó su ropa bien doblada a un lado mientras acercaba sus manos para que YoonGi las amarrara. Cuando se acercó para hacer tal acto JiMin lo tomó con fuerza de las manos y le sacó el gorro junto con la mascarilla. Se miraron por unos segundos en los que ninguno dijo nada. Luego JiMin abrió la boca, como queriendo decir algo, pero nada salió de entre sus labios hasta unos segundos después.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el pelianaranjado con la voz entrecortada.

—Yo... De verdad no quería...

—¿No querías? —interrogó el otro con el ceño fruncido, apenado—. ¿Acaso sabías de esto desde un principio? ¿Por eso te fuiste de un momento a otro?

—JiMin... Yo...

—Eres una maldita basura —articuló el menor con los labio fruncidos—. Sácame de aquí de inmediato.

—No puedo —murmuró y el chico elevó las dos cejas.

—Te golpearé. Sácame de aquí —exigió y, al no recibir respuesta, se levantó.

De inmediato YoonGi lo detuvo y lo tiró sobre el colchón para ponerse sobre él. Afirmó sus muñecas con fuerza al sentir que el chico forcejó.

—YoonGi —murmuró el otro en un quejido cuando enrolló la cuerda en torno a sus muñecas.

—Lo siento, JiMin. De verdad lo siento —musitó apenado y apretó con fuerza el agarre para luego dirigirse hacia sus pies y repetir el mismo proceso.

El chico gritó y pataleó dentro de lo permitido de las cuerdas, así que esa vez no puso el trapo negro en torno a sus sienes, sino que lo envolvió para tapar su boca.

Suspiró agitado por el esfuerzo y se sentó a la orilla del colchón para llevarse las manos a la cabeza y tirarse el pelo. No podía evitar escuchar cómo el chico forcejaba y se movía detrás de él. Con rapidez se levantó y salió de ahí, encontrándose con Aaron sentado en la mesa.

Versus • || YoonMin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora