—¿Dónde vas? —Siguió al chico mientras este salía despreocupadamente por la puerta principal.
—Voy a una fiesta y tú te quedarás aquí —afirmó el otro, quien caminó hacia su auto sin cerrar por completo la puerta de la entrada.
YoonGi rápidamente lo seguió y se sentó en el asiento de copiloto al ver que el contrario se subió al auto. En seguida JiMin se volteó a verlo con las cejas fruncidas.
—Bájate.
—Iré contigo —confirmó y se puso el cinturón de seguridad.
—¿Irás conmigo con ese pelo y esas pintas? —interrogó burlón el pelianaranjado a la vez que le echaba una rápida mirada.
YoonGi se detuvo un momento a darle una veloz mirada al chico, quien portaba una chaqueta negra de cuero con unos jeans bastante casuales junto con una camiseta simple, casi vestido como solía hacerlo YoonGi antes de ese trabajo de mierda.
—Sí, iré así —concluyó y miró hacia el frente mientras ponía el rostro serio.
—Bájate del auto —ordenó JiMin.
—Te dije que iré.
—Y yo te dije que te bajaras. —El chico encendió el auto y luego le apuntó con la barbilla hacia afuera—. Bájate.
—Tengo que estar al pendiente de ti. —Se acomodó mejor sobre el asiento.
—Pues vigílame en otra ocasión. Hoy no quiero cuidar de ti. —JiMin puso las manos sobre el volante.
—No me moveré de aquí. —Cruzó los brazos sobre el pecho—. Si quieres anda, pero... —Para su asombro, el auto arrancó rápidamente, haciendo que tuviera que cambiar su posición de chico malo para afirmarse de la puerta del vehículo.
El transcurso concluyó en silencio, YoonGi de vez en cuando miró a JiMin para ver alguna reacción, pero el chico no hizo más que observar con seriedad hacia el frente. Apartó su mirada del contrario cuando vio una gran y brillante casa asomándose por su costado; varias personas estaban fuera de la construcción.
—No me hables —dijo JiMin al estacionar el vehículo y ambos saliendo de él.
—JiMin —llamó apenas se bajó del auto. Caminó hacia él mientras este ponía la alarma.
—Te dije que no me hablaras. —El contrario entró por la puerta de la casa después de sonreírle a algunas personas que estaban a su alrededor.
YoonGi lo siguió, sintiéndose un poco fuera de lugar. No quería estar en ese sitio lleno de chicos ricos que no hacían más que beber cerveza cara o meterse droga inaccesible.
Para su sorpresa, cuando entró nadie lo miró raro por el color de cabello o algo. Las personas que se trasladaban por la casa vestían como si en realidad no tuvieran dinero, cuando en realidad tenían bastante como para comprarse ropa decente.
Quedó prácticamente abandonado en la entrada, así que se dispuso a buscar algo para beber. Después de todo, tendría que estar ahí hasta que JiMin decidiera irse.
—¡Oye! —gritó alguien particularmente ebrio desde un costado. Al voltearse se percató que era un chico un poco más joven que él con piel blanca y cabello negro que parecía considerablemente inestable.
El desconocido le tomó sin cuidado por los hombros para luego moverlo de un lado a otro. Definitivamente estaba ebrio.
—¿Podrías parar? —interrogó entre dientes al ver que no detenía sus movimientos.
—Bésame —exigió, acerándose a él.
—¡¿Qué?! ¡Aléjate de mí! —exclamó al ver que el chico acercaba cada vez más la cara a la suya.
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Versus • || YoonMin ||
Fanfiction|•| Había que hacer lo necesario por dinero, ese era el punto. El que YoonGi tuviese que salir de los peores barrios de Seúl para meterse a la casa de un chico rico ya era un cambio, especialmente si ganaba grandes sumas de dinero solo por cuidarlo...