Narra Isabel.
Llegue a mi casa aunque Denisse, Danna y Angie me insistieron mucho para quedarme pero no podía quedarme ahí, estaba destrozada no quería estar ahí.
Dicen que la primera vez que te engañan tonto el, la segunda tonta tú, pero que la tercera ya no lo perdones. Pero lo peor es que en las dos veces me sentí como una estúpida. Sentí que era tan fácil el hecho de lastimarme, como lo era quitarle un dulce a un bebé.
Como a diario al levantarme llamo a Alonso y espero el me conteste. Ahora la necesidad de hablar con el era mas, solo quería verlo decirle que lo amaba y que me he equivocado todo este tiempo desde que el no a estado. Solo quiero verlo abrazarlo y pedirle perdón por mis estupideces.
A la mañana siguiente me levante con dirección al sillón y como de costumbre intente llamar a Alonso, pero como también era costumbre suya, no me respondió. Me levante del sillón y fui a la cocina por un vaso con agua. Mi teléfono comenzó a sonar con una canción, la cual me indicaba una llamada. Fui hasta el para tomarlo y mirar la pantalla esperanzada en que Alonso regresara mi llamada. Pero mi esperanza se rompió al mira que el de la pantalla no era el, sino Danna.
-Hola?-dije yo para empezar a escuchar su voz.
-Hola nena, como amaneciste?-dijo Danna y yo solo talle mis ojos.
-Muy bien gracias, y tu?
-Pues muy bien gracias por preguntar. Las chicas y yo queríamos saber si arias algo hoy.
-No, no haré nada hoy.
-Que te parece si nos vemos hoy, estoy con las chicas y dicen que si salimos-dijo Danna y al otro lado de la linea se escuchaban los murmuros de las chicas.
-Danna no quiero ser mala onda con ustedes pero realmente me siento mal y apar...-callé ya que escuche que alguien tocaba en la puerta. Me levante del lugar donde estaba sentada. Y me dirigí hasta ella y abrí la puerta era Daniel.
-Isabel solo quiero hablar contigo-dijo el y se acerco un poco más, el vestía un pantalón de mezclilla, una camisa de botones que yo le había regalado hace no mucho, unos tenis negros y una chaqueta de cuero negra. Y mas aparte que portaba un ramo de flores que parecía ser de 24 rosas rojas.-No llame por que lo que te tengo que decir solo se puede decir en persona.
-Pues sea lo que sea que me quieras decir no me importa de acuerdo-dije intentando cerrar la puerta, cosa que falle ya que el se atravesó.
-Encerio necesito hablar contigo-dijo entrando al departamento. -Pues yo no quiero hacerlo, okey. Porque no vas con Karla,eh?. Ayer se veían muy cariñosos, incluyendote-dije y me diriji a otro lugar del departamento. No sabia ni a donde iba, ni lo que hacia. Pero lo que si sabia era que no quería estar con el. De reojo solo vi como dejo las flores en la mesa y me siguió interrumpiendo mi paso ya que tomo de mi muñeca y me hizo girar contra el. El sin soltarme se acercó a mi. Y lo olía, siempre olía tan bien y me miro con sus hermosos ojos azules y tristes.
-Isabel, solo escuchame por favor-dijo y yo forcejie un poco con sus manos.
-Que?!-grite exaltada un ya con indicios de lágrimas en mis ojos.-Que mas quieres de mi?
-Yo solo te tengo que decir que el embarazo es mentira-dijo Daniel soltandome. Un ruido en mi bolsillo hizo ruido, mire y era el celular decía llamada finalizada. Genial ahora las chicas saben de mis problemas con Daniel.
-Y eso que tiene que ver conmigo?-pregunte con lágrimas corrieron por mis mejillas a la vez que las humedecían.
-Solo dejame decirte una cosa-dijo acariciando mis mejillas a la misma vez que las secaba con la palma de sus grandes manos. Estas estaban calientes-Aun sigues sintiendo algo por mi?-dijo e inesperadamente mas lágrimas amenazaban en salir, y después así lo hicieron.
-Sabes...soy buena en muchas cosas-dije mirándolo a sus azules ojos y su piel de tez tan clara acompañando a su cabello negro-pero olvidarme de ti, fue la excepción. Al igual que matar mis sentimientos por ti del todo. El se acerco mas a mi y me abrazo hundiendo su nariz en mi cuello y yo en el suyo con el paso de los segundos me deje llevar también y pase ambos brazos alrededor de su cuello.
-Isabel-susurro en mi cuello.
-Si?-dije yo sin despegarme de el. -Heche a Karla de mi casa-dijo con un extraño alivio y gusto en su voz. Saque mi cabeza para poderlo mirar.
-Era una puta-dije entre risas aun en el abrazo, el tomaba de mis caderas y yo de su cuello.
-Lo se-dijo riendo y volviendo a la posición inicial.
-Espero no te vuelva a pasar algo así...con ninguna mujer-dije riendo.
-Mmmmm, no lo se-dijo Daniel susurrando en mi oído.
-Como?-dije yo y lo mire.
-No me molestaría que me eso me hubiese pasado contigo-dijo y yo solo sonreí y di un leve golpe en su cabeza.