Let's Pretend It's Love | h.s.

Capítulo 51.

  Miraste sus ojos sin responder. Él dejó de besarte para que pudieras responder.
Estabas debatiéndote si era un sueño o no, si era realmente real, si era realmente lo que querías.
No sabías que hacer, tus sentidos no reaccionaban. Tu estomago estaba revuelto, y comenzabas a temblar. Estabas nerviosa, y no querías estarlo.
Harry alejó tu mano de tu rostro, y soltó una risita. Al parecer pudo sentirte un estúpido, oh tal vez pretendió que iba muy rápido. Se volteó, y miró al lago, recargándose con sus ante brazos en el barandal.

Pensabas: Arruiné el momento, eso hice...

Podías ver su perfil, estabas perdidamente viéndolo. No te habías movido, esperaste tanto a ese momento que no sabías cómo responderle que sí. Tu voz no salía, estabas demasiado nerviosa y emocionada, por lo cual, colocaste tu mano en su mejilla y lo volteaste hacia a ti, besándolo de nuevo. Jamás lo habías besado tú... él siempre te había guiado a sus labios.
No supiste quitarte los nervios y tomar enserio el momento, pero quisiste arreglarlo besándolo. Él seguía en su posición, pero el momento se tomaba solo, dejó de besarte y luego se enderezó frente a ti, colocando sus mejillas en tus manos, y volviéndote a besar.
Ninguno de los dos sabía realmente que significaba ese silencio de ambos, tenían sentidos de todos lados.
Dejaste de besarlo, y lo abrazaste. No podías dejar de sonreír, aun creías que todo era un sueño, oh por lo menos no podías creer los riesgos que has aceptado...
Harry pudo entender si el beso era un sí, o un beso de despedida o qué. Por lo que se puso algo incómodo, no quería preguntarte si era un sí o un no y que creyeras que era un inexperto, oh lo juzgaras. Él sabía que jamás lo habías hecho; Juzgarlo. Pero nunca fue tarde para despertar ese miedo. Harry te llevó a caminar cerca de ése río, el aire ahí abajo era más helado que en el balcón. Él llevaba una gabardina en el auto, y fueron por él. Te lo colocó, ya que él no quisiste que él muriera de frío, quitándose su chaqueta. Te ayudó a colocártela, y le agradeciste.
Había unas bancas que estaban de espalda al lago, y ahí te sentaste un momento para relajar tu frío. Harry se veía incómodo, y a ti te incomodó igual.

Tu: Harry... -Lo mirabas, mientras él veía al suelo, recargándose con sus en sus rodillas.
Harry: ¿Sí? –Dijo al verte.
Tu: ¿Estás bien?
Harry: -Sonrió- claro.
Tu: Escucha... ya me sale la voz... -Dijiste más como para ti, que para él-
Harry: ¿Cómo? –preguntó, sin entender.
Tu: Es que hace unos momentos no... no podía hablar. Estaba... emocionada. No sé. –Sonreíste- bueno, es que... el caso es... que desde que me quedé callada estás así. Y... bueno... -Levantaste los hombros- No supe cómo decirte que sí, lamento arruinar el momento. Pero... sí, quiero ser tu novia. Bueno, solo quería que... lo supieras... -Estabas aun nerviosa.
Harry: -Soltó una risita- No sabía si eso era un sí o no sé... -rio- me daba temor preguntarte.
Tu: oh... ¿Por qué?
Harry: No lo sé, temía que te burlaras o algo. No sé... -Se enderezó, y colocó sus manos en sus bolsillos de su chaqueta.
Tu: No sabes nada... entonces. –Sonreíste-
Harry: Sé mucho, pero estaba algo nervioso.
Tu: Yo diría que mucho. –Decías molestándole.
Harry: Bueno sí, ¡Mucho!
Tu: Solo para aclárate... jamás podría burlarme de ti, a menos de que tú me lo permitas... no puedo juzgarte por nada, porque quiero ser quien conozca la historia, y estar ahí... ¿Sí me entiendes? –Le sonreíste-

Harry no te dijo nada, solo te miró a los ojos. No tardó ni dos minutos cuando ya estaba besándote de nuevo. Sacó las manos de sus bolsillos y las colocó en tus mejillas.
Dejaste de besarlo al sentir tu teléfono celular vibrar. Viste que tenías una llamada perdida de tu tía, pero decidiste no regresársela.

Harry: ¿Quieres regresar ya?
Tu: Sí, por favor...
Harry: Bien, -te sonrió- vamos.

Subieron al automóvil, y él tomó camino a casa.

Tu: Creo que deberíamos mantener esto... por el momento en secreto, ¿Sí? Necesito decirle a mi tía, pero es algo... dramática, y quiero ver cómo reacciona.
Harry: Ah... claro, está bien.
Tu: Sólo serán unos días, lo juro. No pasará más de una semana.
Harry: El tiempo que gustes... -Te sonrió.

No sabías cómo reaccionaría tu tía, ya que veía más televisión que tus mismos padres. De seguro pensará todo de Harry menos lo que realmente. Cuando llegaron a casa de Gustav, las luces estaban apagadas; no había nadie.
Harry salió del auto, y tú también. Él se recargó en la puerta, ya que daba la vista a casa de Gustav. Cruzó los brazos y te vio mientras te asomabas por las ventanas. No había nadie, definitivamente tendrías que esperar a que llegaran... te dirigiste frente a Harry y él tomó tu brazo y te llevó hacia él. Te besó, pero te dejó cerca de él. Estabas recargado de él, pecho contra pecho, mientras tus brazos rodeaban su cuello y él te rodeaba la cintura.

Harry: ¿No hay nadie, cierto?
Tu: Nope. –Dijiste mientras veías sus labios rosaditos.
Harry: ¿Esperamos aquí?
Tu: sí, ¿no? –Quitaste tus brazos de su cuello, y los flexionaste frente a tus pechos, pegado uno del otro y te recargabas del pecho de Harry.
Harry: ¿Tienes aún frío? –preguntó respecto a tu posición.
Tu: no, pero no tengo guantes. Por lo que así permanecen calientitas mis manos. –Sonreíste.
Harry: -Te sonrió- ¿Mañana que harás?
Tu: Para ti... nada. Para otros... trabajaré todo el día.
Harry: estaré viajando esta semana, ¿Te parece bien si mañana te visito unos minutos?
Tu: Sí, -Le diste un beso- puedes hacerlo...
Harry: y... me gustaría pasar por ti, en la noche. Quiero pasar tiempo contigo antes de irme.
Tu: Claro, pasa por mí. Pero no me lleves a ningún lado donde gastes dinero, ¿sí?
Harry: ¿Por qué?
Tu: No me gusta que gastes... en mí.
Harry: Ahora con más razón debo dé, y aparte quiero gastar dinero en ti. No te debería de molestar.
Tu: No me molesta, dije que no me gusta.
Harry: -Sonrió, soltando una risita- dime otra cosa más que no te guste.
Tu: ¿Para qué?
Harry: Para hacerlo más seguido. –Te sonrió.
Tu: -Reíste- no me gusta que me quieras... tampoco. –Seguías la broma.

Harry te besó, haciendo cumplir su dicho. Las luces de un automóvil hizo que te quitabas de su pecho y te alejaras de Harry, colocándote a un lado de él. Metiste tus manos en tus bolsillos y definitivamente no te sentiste tan tonta hasta ese momento, estaba...