Capítulo 3.

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Madison siguió contándome sobre su enamoramiento por Harry por largo rato. Al parecer ella no tenía muchas amigas aquí ya que, por lo que me contó, Courtney había puesto a la gran mayoría en su contra. Me alegraba saber que por lo menos ella y yo teníamos bastantes cosas en común.

—En el receso te presentaré a una amiga— ofreció amistosamente. —Se llama Ava. No te preocupes si al principio parece distante, ella es bastante tímida.

Asentí y acompañé a Madison hasta su casillero. Tenía que dejar mis cosas en la mía pero no quería dejarla sola porque no sabía si la volvería a encontrar por los pasillos. Odiaba no conocer nada de esta escuela, si daba un paso estaba seguro de que me perdería.

— ¿Tienes que ir a tu casillero? —preguntó como si leyera mi mente, mientras sacaba algunas cosas del suyo. —Si quieres ve, tengo que esperar a Ava aquí y creo que va a tardar un poco.

—Si... Creo que iré, se me hará tarde para la siguiente clase ¿Tú que tienes luego? —rogué internamente para que me tocara la misma clase que a ella. Madison sacó su horario y lo examinó unos segundos.

—Uhm, matemáticas ¿Y tú?

— ¡También!—contesté aliviado. —Entonces nos vemos en salón 6 ¿Si? Espero no perderme por el camino—agregué bromeando, aunque en el fondo sabía que esa no era una opción tan lejana.

—Mira, tienes que seguir derecho hasta que veas un pasillo que sale a la izquierda que queda cerca de los baños, ahí doblas y reconocerás de inmediato el camino porque ahí está tu casillero—dijo, realmente me sirvió de mucho su indicación.

—Oh gracias—le sonreí. —Bueno, nos vemos en algunos minutos—dije y me fui corriendo, ya se me hacía tarde.

Aferré los libros a mi pecho y empecé a caminar entre los montones de estudiantes que se abalanzaban en el pasillo. Me habrán pisado y golpeado mínimo cinco veces pero por suerte ya estaba cerca. Cuando encontré el pasillo que daba a la izquierda giré, ahora si sabía por dónde estaba. Madison tenía razón.

Puse la clave en mi casillero y no abrió. Intenté una, dos... tres veces y no había caso. Ya me estaba desesperando. El receso estaba por terminar y tenía que guardar y sacar mis cosas para la siguiente clase.

— ¿Qué haces intentando abrir mi casillero? —se oyó una voz a mis espaldas.

Me giré rápidamente para ver quién era. Me sorprendí al ver que era Zayn quien estaba detrás de mí. Del susto golpee mi espalda contra los casilleros.

—Uhm y-yo, uhm, este es mi casillero—dije nerviosamente, le temía a este chico sin siquiera conocerlo. Zayn rió frío y me miró.

—Este es el casillero 182, por si no te das cuenta—dijo engreído, su respuesta me puso aún más nervioso de lo que estaba.

Quité la mirada de él y me giré nuevamente. Tenía razón, por eso no abría, este no era mi casillero. Y ¿Ahora que le decía? Quedaría como un estúpido.

—Oh...—dije moviéndome para dejarle el lugar a Zayn. —Disculpa, pensé que...pensé que era el mío.

Traté de abrir mi casillero rápidamente para poder esconder mi cara de tras de la puerta. Saqué mis libros de matemáticas y los coloqué debajo de mi hombro.

— ¿Matemáticas? —preguntó Zayn detenidamente. —Yo también—continuó.

— ¿Sabes dónde queda el salón? —no le había preguntado a Madison y realmente no tenía idea de cómo llegar.

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