Protect me.

Capítulo 30.

—Mi madre me matará— murmuré—. Debí haber cargado el celular.

—Madison también—me recordó—, a menos de que enserio se hayan olvidado de ti.

— ¿Y si en serio se olvidaron de mí? —pregunté algo angustiado—, tal vez pensaron que no quería estar con ellos y ni se gastaron en buscarme.

—Hey, estaba bromeando. Es obvio que no se olvidaron de ti.

Movía las manos del osito que Zayn me había regalado, estaba nervioso por lo que mi madre me diría. Si la suerte estaba de mi lado mamá había leído el mensaje que le mande y ahora se encontraría durmiendo creyendo que yo ya estoy en casa, acostado para mañana ir al colegio.

Recordé lo que había pasado hoy en mi habitación, había tomado la decisión de contárselo a Zayn pero no creo que pueda. Tendría que darle un montón de detalles sobre cosas que él no tiene ni idea. Pero por otro lado sabía que me haría bien contárselo, me sacaría un gran peso de encima y me sentiría menos culpable de lo que me siento.

— ¿Te ocurre algo? —preguntó luego de un largo tiempo de silencio.

— ¿Puedo contarte algo? —esquivé su pregunta.

—Claro.

—Me han... —no sabía cómo decírselo— Este último mes... alguien me ha estado mandando amenazas.

— ¿Amenazas? —preguntó con tranquilidad— ¿Qué tipo de amenazas?

—Amenazas. ¿Cuantos tipos de amenazas pueden haber? —pregunté resignado— Estoy seguro de que se trata de la misma persona que las mandaba cuando estaba en Iranlda.

— ¿Qué dicen concretamente?

-—Que ya no estoy a salvo, que debo ir despidiéndome de las personas que quiero—una lagrima salió mientras recordaba—, que falta poco para mi muerte.

Zayn suspiró, me miró y volvió la vista a la carretera. Necesitaba que dijera algo, no era así como imaginé que reaccionaría.

—Todo estará bien—me aseguró—. No dejes que esas cosas te preocupen, quédate tranquilo.

—Es que no puedo—dije con desesperación—. Entran a mi habitación y dejan esas notas todo el tiempo. ¿Cómo quieres que me quede tranquilo?

— ¿Tu madre lo sabe?

—No, es por eso que te lo estoy contando a ti—admití—, siento que si se lo digo a mi madre su vida se arruinara de nuevo y no quiero que eso pase.

— ¿Quieres decir que solo tú y yo sabemos esto? —preguntó— ¿Madison, Harry?

—Solo tu—dije con un hilo de voz.

— ¿Piensas decírselo a alguien más?

—No, tampoco pensaba decírtelo a ti—le advertí—, pero me siento presionado, tenía que contárselo a alguien.

—Está bien, no te culpo.

—Gracias—dije con sinceridad.

— ¿Gracias? ¿Por qué? —preguntó incrédulo.

—Por escucharme.

—De nada, por cierto ¿Sigues guardando las notas? —dijo con curiosidad, yo asentí— ¿Podría verlas?

—Sí.

El resto del viaje lo pasé escuchando la radio, no había ninguna emisora buena a las doce y media de la noche. Me preguntaba cuántas llamadas y mensajes tendría en el celular cuando prendiera. Zayn estacionó el coche frente a casa, se quedó esperando bajo la ventana de mi habitación para que le avise cuando pudiera subir.