One Shots ▷ Pietro Maximoff

Entre padres, cumpleaños y novios

Título: Entre padres, cumpleaños y novios
Parte: 1 de 1

Como siempre para el mes de octubre ibas a visitar a tus padres, que vivían en Sydney, Australia; casi siempre llegabas unas cuantas semanas antes del cumpleaños de tu padre, pero ahora te habías retrasado, o alguien te había retrasado, alguien llamado Pietro, quien no te dejaba salir de casa —la torre de los vengadores—, siempre que tratabas de empacar algo el terminaba sacándolo, todos intentos fallidos; solo hasta faltar solo una semana para dar con el cumpleaños de tu padre ayuda de Wanda, Pietro te dejó ir.

A pesar de que tú y el sokoviano no eran nada más que amigos cada uno tenía claro que se sentían atraídos uno por el otro. Continuamente ustedes jugaban y se coqueteaban, pero nunca habían hablado seriamente al respecto.

Pietro se había encargado de llevarte al aeropuerto y aún que le habías insistido que no lo hiciera. Al momento de estar esperando tu avión te sentías observada, un sentimiento de inseguridad te inundaba, pero por más que voltearas rápidamente no lograbas ver a nadie; incluso creías haber escuchado a Pietro al momento de ir a comprar un café; me estoy volviendo loca, pensaste, ya hasta escucho su molesta voz.

Al momento de abordar el avión aún te sentías observada, algo definitivamente iba mal; habías tratado de dormir, pero eso había sido imposible, en ningún momento lograste conciliar el sueño, no con aquella persona que al parecer te observaba de lejos.

Al llegar Sydney tus padres te habían recibido en un cálido abrazo; al momento de abordar el auto de tu padre habías logrado distinguir una cabellera platinada entre la multitud, por un momento pensaste en el más grande de los Maximoff, pero negaste la idea, él no podía haberte seguido, ¿o sí?

Ya en el auto que se alejaba del estacionamiento de aquel lugar pudiste sentir al fin el alivio, pero algo te decía que no duraría mucho.

Al haber llegado a la casa de tus padres lo primero que hiciste después de haber desempacado fue dormir, dormir como bebé, puesto que el viaje había sido agotador, más sintiéndote observada, pero ahora que estabas en casa nada podía pasar, después de todo tu padre era el famoso Wolverine y él no dejaría que algo te ocurriese, no mientras él tuviese vida.

Despertaste justo a la hora de la cena, tu madre había ido a levantarte, le ayudaste a poner la mesa, y justo cuando ya se disponían a cenar el timbre sonó.

— Yo voy —gritaste levantándote de tu asiento.

Te dirigiste hacia la puerta, un mal sabor de boca, presentías que algo pasaría, y no sabias si eso te gustaría, todo podía pasar.

Lentamente giraste el picaporte y jalaste la puerta hacia ti; lo primero que viste fue la cabellera blanca, luego el rostro de aquella persona la cual tenía una gran sonrisa, después un ramo de flores y una maleta, y ahí estaba, parado frente a ti, el creador de tu incomodidad y malos presentimientos durante todo el viaje, no era nada más, ni nada menos que Pietro Maximoff; después de todo no me estaba volviendo loca, pensaste.

— ¿Qué diablos haces aquí Maximoff? —musitaste.

— Nada, sólo no quería que te divirtieras sin mi —sonrió con malicia.

— Serás idiota, no puedes venir así no mas, esta es la casa de mis padres, tienes que irte —dijiste.

— Oh vamos, acabó de llegar —suspiro.

Estabas apuntó de contestarle cuando escuchaste la voz de tu madre a tus espaldas— ¿Quién es cariño? —dijo cuando se asomaba por la puerta.

— No es nadie —respondiste— de hecho ya se va —dijiste empujando a Pietro mas sin embargo este fue más rápido y te esquivó.

— Soy Pietro Maximoff —dijo antes de verte— el novio de (T/n), es un gusto conocerla —añadió sonriente, mientras estrechaba su mano con la de tu madre.