No me dejes

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Título: No me dejes
Parte: 1 de 1

Después de los eventos sucedidos en la batalla contra Ultron, con el miedo de perder a la persona querida; Pietro había estado en una habitación blanca, recostado en una camilla, inmóvil, en estado vegetal, nadie tenía idea de cuándo despertaría, ni si quiera sabían si lo haría.

Pero cuando después de que toda esperanza estaba perdida, él por fin consiguió abrir los ojos, al enterarte corriste a sus brazos, te acurrucaste junto a él tratando de no lastimarle, te apretujo contra su pecho, acaricio tu cabello y te dijo cuánto te amaba, lloraste en su hombro y él limpio cada una de tus lágrimas.

—Hey tranquila nena, ya estoy aquí, —susurro en tus cabellos, acunaste tu mejilla en su cuello aspirando su aroma, tomo tu rostro en sus manos y te obligo a que le mirases,— nunca me voy a separar de ti, te amo, no me volveré a ir, no te dejare sola de nuevo —pego su frente contra la tuya, corto los centímetros que les separaban, besó tus labios, para después dejar pequeños besos en todo tu rostro.

Cuando Pietro pudo volver a sus actividades normales no podías dejar de vigilarle, lo cual le solía molestar un poco, sabía que querías cuidarle, pero esto estaba siendo demasiado, si le mandaban a una misión tu hacías lo posible por ir con él.

Al principio no le molestaba pero después de algunos meses, empezó a enfurecer, no quería discutir, pero no encontraba otra forma de volver a tener su deseada libertad otra vez, te amaba y no quería terminar las cosas que habían entre ustedes, pero a veces era más fácil solo decir las cosas, podría que arruinara su relación, podía que no, no lo sabría hasta intentarlo.

Pietro había esperado en su habitación, habías salido hace unas horas lo cual parecía muy raro, puesto que los últimos meses no habías querido que el sokoviano se separase de ti, pero ese día le insististe que se quedara en casa; ya habían pasado al rededor de unas cinco hora, ninguna señal de vida por parte tuya; ya se estaba cansando de esperar, raramente se estaba quedando dormido, y de milagro escucho tu voz a fuera de la habitación, se enderezó sobre la cama y espero que entraras por la puerta.

— Pietro he traído tus dulces favoritos; —dijiste mientras entrabas a su habitación, los dejaste en el escritorio y volteaste sonriente, viste su semblante serio, tu sonrisa desapareció— ¿qué pasa? —dijiste acariciando su mejilla; lo que te sorprendió mucho que él apartara tu mano de su rostro, no lo viste venir, te sentaste a su lado, lo suficientemente lejos como para poderle ver bien, miraba sus manos, tenía la mirada perdida, y no pronunciaba ninguna palabra.

Suspiró— (T/n) —susurro— creo que necesitamos darnos un tiempo —levanto tu cabeza y te observo, los primeros segundos no dijiste nada, después las lágrimas estaban cayendo a mares de tus mejillas, enterraste tu rostro en tus manos, tratando de que las lágrimas cesarán, le rompió el corazón aquella acción, no quería verte llorar, sabía que sería difícil, pero ahora no sabía qué decir,— tú no haz hecho nada, —dudó— bueno realmente no haz hecho nada malo, es solo que necesito mi espacio sabes, sé que quieres protegerme, pero no puedo más con esto —

Limpiaste tus lágrimas, y le miraste,— está bien, supongo que he sido muy sobre protectora, es mi culpa, —sonreíste, las lágrimas volvieron a caer— pero sabes, yo solo no quería perderte, no podría soportar otra vez aquello, yo solo no quería que me dejes —verte de esa manera hizo que se le estrujara el corazón, incapaz de decir algo, solo te atrajo a su pecho, te abrazo como si no hubiera un mañana, solo así, sin decir nada, podrían pasar minutos, horas, días, y nunca se canaria de tenerte entre sus brazos.

Después de que te hubieras calmado, retomaron su conversación anterior— podemos volver a intentarlo, te amo (T/n), quiero entiendas que esto no lo hago porque tenga alguien más en mi vida, no, tú eres la única para la que tengo ojos, necesito tener mi libertad, y tú necesitas aprender a vivir sin mí, solo será un tiempo —accediste así sin más, no había nada más que decir, él tenía razón, y no protestarías; claro, separarse de Pietro significaban muchos cambios, la habitación en la que residían ustedes era la tuya, él había ofrecido cambiarse, pero te habían negado, no podrías volver a esa habitación, no después de aquello.

Pietro te ayudo a mover tus cosas, todos se sorprendieron por su repentina separación, pero no dijeron nada, les dieron su espacio, incluso Tony, que nunca podía dejar de bromear en cualquier situación, cerró la boca.

Al momento de llegar la noche, recostada en tu cama, observando el techo, dando vueltas en la cama, abrazando las almohadas, faltaba alguien, y sabías perfectamente quién era; pasaron horas y aún no podías dormir, saliste de tu habitación y te dirigiste a la cocina, buscaste un poco de agua y te sentaste a ver por las ventanas; unos pasos te sacaron de tus pensamientos, Pietro se encontraba parado en el marco de la puerta observándote.

— ¿No puedes dormir? —pregunto acercándose, asentiste observando cada uno de sus movimientos, tomó asiento frente a ti,— yo tampoco; no pensé que esto fuera a ser tan difícil; no suelo dormir mucho, pero no puedo ni cerrar los ojos, —no obtuvo respuesta, cerraste los ojos y suspiraste, cuando los abriste Pietro ya no estaba, volteaste a la puerta, pero alguien te impidió que la vieras, retrocediste unos centímetros, tenias a Pietro frente a ti, te miraba, te examinaba, desviste la mirada, tomo tu rostro y lo volteó hacia él, vio tus labios, luego tus ojos, acaricio tus mejillas, te ruborizaste, volvió sus ojos a tus labios y los beso; si pudieras describir aquel beso dirías que fue como su primer beso, como si el mundo solo fuera una imagen abstracta, nada se sentía además de sus dulces labios, encajando perfectamente como siempre, ninguno de los dos era perfecto, claro, tenían sus defectos, pero a la hora, eso no importaba, porque se amaban así tal cual, sin fallos; el aire se acabó y se separaron; Pietro suspiro en tus labios— supongo que podríamos intentarlo desde este momento —le sonreíste, te cargo como si fueras una princesa y te llevo a su habitación, ya dentro de esta, se metieron dentro de de las sabanas, te acurrucaste en su pecho, te tomo de la cintura y beso tu cabello, te empezaste a quedar dormida, — Te amo —susurro antes de que pudieses quedarte dormida.

N/a:

I'm back! Hola, ¿cómo están?; les traigo este OS, me ha quedado corto, pero es más largo de lo que esperaba escribir, no he tenido mucha inspiración para escribir, porque suelo empezar bien, pero luego no sé cómo terminar, y a veces no tengo algo que me inspire, yo suelo escuchar música cuando escribo, así que si quieren dejarme alguna canción que ustedes crean que pueda servir para una temática de un OS ya saben, sus sugerencias son bien recibidas; y bueno ya no tengo nada que decir así que nos leemos luego.

One Shots ▷ Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora