One Shots ▷ Pietro Maximoff

Hold my hand

Título: Hold my hand
Parte: 1 de 1

Después de la muerte de Pietro habías sido encerrada un cuarto especial, algo más parecido a una celda, no era como si importara, después de todo no es como si estuvieras ahí, bueno tu cuerpo permanecía ahí, pero tu mente viajaba en el tiempo, lo cual era un poco peligroso, sabiendo que podías perder la vida, el no meterte en tu cuerpo del pasado, creando una especie de fantasma.

Volviendo a revivir aquellos momentos, desde que se habían conocido en la sala de experimentos de Hydra, todas la noches en las que se habían quedado despiertos hablando entre las paredes, aquellos miedos experimentados al entrar en la sala, el miedo de no poder sobrevivir una noche más, el miedo de temer hacerle daño a alguien al no poder controlar sus poderes.

Todos, absolutamente todos los días, desde el momento que le conociste hasta el día en que le perdiste.

De vez en cuando despertabas de aquel sueño —así era como le llamaban los demás— a veces pasaban semanas para que despertaras; Wanda todo los días iba y te dejaba una bandeja con comida, algunos días solía hablarte, a pesar de que no obtenía ninguna respuesta, ni la obtendría ella lo hacía, te levantabas de tu lugar y comías, mirabas a los alrededores, recordabas porque estabas ahí, ya no podías salir de ese lugar, te habían encerrado, era por el bien de la humanidad; cuando Pietro murió perdiste el control, tratando de cambiar el tiempo, retrocediendo, tratando arreglar las cosas, sin saber que podías acabar con toda la vida, te detuvieron, caíste, lloraste, y poco a poco te desvanecías.

Habías estado viviendo en el pasado alrededor de tres años, tres años en los que solo observabas escenas, tres años en los que no te permitiste cambiar el futuro, tres años en los que sufriste, tres años en los que tu cerebro iba debilitándose, deteriorándose, tres años extrañando a Pietro, podían pasar siglos y tu aun no superarías su muerte.

Pero como dicen todos, al final de la lluvia llega el arcoíris; esperando despertar en el día final, el ultimo día que le viste, cuando lo hiciste sentiste algo diferente, miraste a tus alrededores, te acercaste a tu antiguo yo, ella te traspaso, y cuando lo hizo volteo atrás, pudo haberte sentido, agito la cabeza, y volvió a mirar, dejaste de respirar, ella no podía haberte visto, o mejor dicho no podías haberte visto, te calmaste cuando escuchaste la voz del sokoviano detrás de ti, viste su reencuentro, las lagrimas empezaron a salir, ese día lo perderías, lo volverías a ver morir, le verías partir, y esta vez por alguna razón sentías que sufrirías más.

Al principio pensaba que podía vivir sin ti, pero sabía que eso no sería una vida, recordaste, esas fueron tus últimas palabras antes de que cerraran el ataúd de Pietro.

Tu vista estuvo borrosa todo el día, llorando lagrimas invisibles, sollozando, gritando en el silencio, más aun cuando el platinado pronuncio sus últimas palabras, ¿acaso no lo viste venir?, todo se volvió blanco, dejaste de sentir tus extremidades, parpadeaste un par de veces tratando de acostumbrarte a la luz, empezaste a ver una sombra borrosa, hasta lograr verlo completamente, ahí estaba él parado frente a ti.

— Creo que ya es hora de volver; —sonrió; parpadeaste, creyendo que aquello era imposible— vamos, toma mi mano, esta vez me asegurare de no dejarte sola —tomaste su mano, te levantaste, te estrecho contra sus brazos, lloraste en su pecho,— ¿estás lista? —susurro en tu oído dulcemente.

Le miraste, limpio tus lagrimas, asentiste,— pero antes quisiera hacer algo, Wanda irá a dejarme de comer en unos minutos, quisiera despedirme de ella —le miraste asentir.

— Dile que lo siento, que lamento haberlas dejado solas —

— Se lo diré —dijiste antes de dejarle de ver.

Wanda acaba de dejarte de comer, había ido a verte, te había encontrado tendida en la cama como siempre, solo que esta vez más pálida, que cualquiera de los días anteriores, estaba apunto de salir de la habitación cuando escucho tu voz llamándole, hacia tanto tiempo que no te había escuchado, había esperado tanto para encontrarte despierta, corrió en tu encuentro, sin esperar lo que estaba por venir.

— (T/n), —susurro— no sabes cuánto me alegro que estés despierta— vio como tratabas de levantarte y sentarte, fracasaste,— ¿estás bien? —Dijo preocupada ayudándote a que te sentaras,— ¿quieres que te traiga algo?, iré por Bruce —dijo levantándose; tomaste su brazo y le miraste, negaste con la cabeza, y le señalaste un espacio en la cama para que se sentara.

— Wanda, he venido a despedirme —dijiste débilmente.

— A despedirte, ¿a que te refieres? —soltó preocupada.

— Pietro ha venido por mi, —sonreíste— él dice que lo lamenta, no quería dejarnos solas, y yo también lo lamento, no quiero dejarte aquí, pero sabes que esto ha sido un infierno para mí; —la viste como lloraba, te abrazo,— Wanda, por favor se feliz —dijiste antes de perder el conocimiento.

Grito, pidió ayuda, todos corrieron a aquella habitación, la vieron abrazándote, llorando y supieron que habías muerto; unos pequeños fragmentos brillantes se deprendieron de tu cuerpo sin vida, uno de ellos toco a Wanda en la frente, y los pudo ver, sonrientes, tomados de la mano y despidiéndose de ella mientras caminaban a una luz blanquecina.

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Años después, cuando Wanda estaba rodeada de algunos de sus seres queridos, enferma, podía aquel día ser el último, cerro sus ojos y los vio, parados frente a ella tendiéndole las manos, corrió hacia ustedes y les abrazo, sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo.

— ¿Estas lista? —asintió, y pasó la gran bruja escarlata murió, y se reunió con dos de sus seres más queridos.

N/a:

Hola, hoy les traigo otro OS triste, últimamente me está surgiendo inspiración para este tipo de escritos, jajaja, en fin espero que no les haya roto el corazón, bueno tal vez si, pero no tanto; ¿les ha gustado?, espero que si, nos leemos luego.