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** El corazón se endurece con el paso de los daños **
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A cinco kilómetros de distancia del Santuario Sur, me detengo. Afortunadamente el día es hermoso y soleado, lo que me sube el ánimo.

Me siento bajo la sombra de un árbol y saco un papel en el cual escribo : " infiltrada " para informarle a Lady Tsunade que fui aceptada en Akatsuki, pero luego me percato de que es una mala idea tener contacto con ella en estos momentos. La misma Konan me dijo que no confian tanto en mi y enviar un mensaje a Konoha solo arruinaría esa confianza.

Me pongo de pie y continuo con el viaje. Ya queda muy poco para saber la identidad de mi equipo.

Cuando por fin consigo llegar al Santuario, lo único que veo es un arco Torii de madera y tras él ruinas de lo que parece ser un Templo.

Miro a mi alrededor en busca de algún rastro de personas, pero nada. Quizás he llegado muy temprano, aunque según mis cálculos ya es mediodía.

Me tramo a esperar bajo el arco Torii que mis compañeros de equipo lleguen. Al cabo de unos minutos me quedo dormida.

***×***

No sé cuanto tiempo ha transcurrido desde que me quedé dormida, pero despierto con un brusco movimieto de mis hombros. Alguien me está sacudiendo.

— ¡Despierta!— grita un hombre que es más pez que hombre. Sus ojos son pequeños, tiene branquias en sus mejillas y su piel es azulada. En su frente veo el símbolo de la aldea de la Niebla tachado.

< Este debe ser Kisame, uno de los siete espadachines>

Me separo con brusquedad de él y me pongo de pie.

— ¿Tu eres Kira?

Asiento.

— Es una mala señal encontrarte dormida en este lugar. Indica que eres una ninja de bajo calibre. No puedo creer que te hayan aceptado en Akatsuki.

Sus palabras me hacen sentir agredida, así que reacciono.

— No soy una ninja de bajo calibre— hablo en tono amenazador— ¿ Quieres probar?

— No me vendría mal una batalla, pero no quiero matar a una niñita.

— Descuida, seré yo quien cazará tiburones.

Kisame reacciona de inmediato a mis aseveraciones y blande su espada. Se abalanza contra mi con toda su fuerza. Yo por mi parte utilizo un clon de sombra y esquivo su ataque.

Cuando él se da cuenta de mi táctica, yo ya tengo preparado mi siguiente ataque. Mis ojos están púrpura, listos para adentrarse en sus recuerdos y hacerlo sufrir.

Al momento de buscarme con la mirada una voz calmada y profunda lo detiene de seguir con la batalla y también de caer en mi Kekkei Genkai.

— Kisame, ya basta— dice la voz a mi espalda. Ni cuenta me había dado de su presencia. Aunque claro, era obvio que faltaba un integrante más— no le ganarás en este momento.

Kisame vuelve a colocar su espada tras su espalda de mala gana y camina en dirección a la persona que habló tras de mi.

Canalizo el chakra de mis ojos y estos vuelven a la normalidad, me volteo para descubrir al otro integrante y...

— ¿ I...tachi-kun?— digo sin esconder mi sorpresa.

Esta mucho más alto que antes y su cabello mas largo. Pero sin lugar a duda lo que más me impresiona es el cambio de su mirada. Antes solía ser distante, pero mantenía algo de calidez. En cambio ahora, solo veo frialdad en sus negros ojos.

— Oh, "¿ Itachi- kun?"— se burla Kisame— ¿ Acaso tienes una historia con esta chica, Itachi?

— No— le responde sin muestra de sentimientos y luego voltea para seguir caminando.

— ¿ Se conocen?— murmura Kisame para evitar que Itachi le escuche.

Lo miro dudosa, pero le respondo con la verdad.

— No lo creo— le digo siguiendo el camino de Itachi.

Quizás hubo un tiempo en el que fuimos compañeros de clases y compartimos una misión ANBU, pero jamás le conocí y mucho menos ahora que parecer ser una persona totalmente diferente.

Itachi camina en silencio delante de nosotros, mientras Kisame sigue con su interrogatorio.

— ¿ Y por qué el "kun"?

Lo miro con fastidio.

— El hecho de que sea criminal no quiere decir que pierda mis modales.

— A mi no me has llamado así.

— No pienso llamar así a alguien que no se concidera persona.

Y Kisame me deja en paz por unos segundos.

— Te arriesgas demasiado al tratarme asi.

— Ah, si...¿ A qué me arriesgo?

— A ser descuartizada mientras duermes y que Itachi no te pueda proteger de la batalla.

— En primer lugar: no le tengo miedo a los riesgos, me gustan— hago una pausa y activo mi Kekkei Genkai— y en segundo: no necesito de protección.

Centro mis ojos en los de Kisame y le doy una pequeña muestra del dolor que le puedo causar. Este se retuerce y deja de caminar, entonces dejo de provocarle dolor físico.

— No me subestimes— le pido con seriedad. Siempre he odiado que piensen que soy débil y que necesito de protección por el solo hecho de ser mujer.

Sigo el camino de Itachi sin atreverme a caminar a su lado. La verdad es que quiero evitar su mirada tan intensamente fría, es aterradora.

Es tan raro volver a encontrarme con él después de tanto tiempo. Ni si quiera sé muy bien como sentirme al respecto.

Nos adentramos en el bosque y no dejo de preguntarme que es lo que planean hacer. ¿ Qué se supone que hace un organización criminal cuando no están peleando o matando a personas? Es difícil imaginarme una respuesta que no me parezca fuera de lo común.

Las ganas de preguntar me carcomen el cerebro, pero aún así, prefiero ser cautelosa y esperar a que unos de los dos se digne a decirme algo.

No lo hacen.

Amor Escarlata ( Itachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora