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** Me encanta que me puedas descifrar con una sola mirada **
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Mientras curo a Itachi me es imposible no mirarlo. Se ve tan calmado, tan apacible...cuando lo veo es como...

< Como si mis demonios internos encontraran la paz>

— ¿ Qué es lo que sueles ver cuando utilizas tu memoria histórica ?— se decide a romper el silencio, pero manteniendo sus ojos cerrados.

— Mmm...diferentes cosas— hago una breve pausa—  veo guerras, miles de muertes, personas llorando, agonizando y deseando estar muertas, personas sacrificándose por otras y miles de discusiones insignificantes.

— El corazón de las personas cada vez se endureze más

— Si, quizás tengas razón...pero aún existen buenos corazones — le indico— También veo a personas enamoradas, miles de nacimientos, muestras de afecto, personas riendo y disfrutando con sus seres queridos. Veo a personas luchando por un futuro mejor.

— ¿ Te es difícil lidiar con todos esos recuerdos?

— Supongo que si — admito— Pero todas las personas tienen sus propias luchas internas, esta es la mía.

— ¿ Cómo cargas con ella?

— Atesorando los buenos momentos — le respondo sonriendo a pesar de que sé qué no me ve.

Después de unos segundos, noto que su ojo deja de sangrar.

— Ya he terminado— le aviso mientras saco mi mano de su ojo— ¿ Te sientes mejor?

Itachi abre sus ojos y pestañea un par de veces, luego nuestras miradas se encuentran.

Mi corazón se desestabiliza de ritmo.

— Si, gracias — dice sonando sincero. Es la primera vez que lo oigo agradecer, por lo que mi corazón se incha de alegría.

El grato silencio entre ambos vuelve a hacerse presente. La mirada de Itachi no se despega de la mía y hace que mi corazón bombee sangre más rápido. Casi puedo jurar que mis latidos retumban en la cueva.

— ¿ Qué fue exactamente lo que viste de esta cueva?— me pregunta con voz baja.

— Uhm... N-no tiene importancia— le explico. Es vergonzoso volver a recordar la escena de esa pareja besándose apasionadamente.

— Si no fuera importante— deduce— no te hubieras puesto tan nerviosa al igual que lo estás ahora.

< ¡¿ Qué?! ¿ Cómo es que se dio cuenta? >

— No estaba nerviosa, no sé de que hablas—salto a la defensiva.

— Cuando estas nerviosa empiezas a divagar, casi llegando a tartamudear— sentencia—  y tu cuerpo actúa como si retuviera las ganas de salir corriendo. Esquivas mirar directo a los ojos, generalmente desviando tu mirada hacia el lado izquierdo inferior.

< ¿ Es que acaso soy un libro abierto para él?>

Me sobresalta que sus palabras den justo en el blanco, me siento totalmente expuesta y frágil ante él.

—  ¿ Quieres que continúe o me vas a decir?

Lo miro con algo de sorpresa.

< ¿¡ Aún sabe más cosas de mi?! ¿¡ Qué tanto me ha estado observando o que tan predecible soy?! >

Amor Escarlata ( Itachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora