Amor Escarlata ( Itachi)

16

** ¿ Se pueden ocultar y reprimir los sentimientos hasta que desaparezcan? **
--- • ---

Itachi

Kira se me adelanta para detener a esos sujetos. Esta llena de vitalidad para pelear, es como si estaba esperando tener un combate.

Cuando estoy a cierta distancia logro ver a los cuatro hombre arrodillados frente a Kira; y ella con rostro atormentado. Luego de unos segundos dice algo y sonríe. Los sujetos levantan su rostro del suelo y ella se acerca a ellos.

< No puedo creer que caiga en esa trampa>

Cuando ella esta frente a los sujetos uno de ellos saca una daga de su bolsillo trasero y la alza contra Kira que, sin alcanzar a defenderse, a penas alza sus brazos como escudo y grita.

En ese momento un impulso de protección nace en mi. Al  calcular que un ataque desde esta distancia no surtirá efecto, decido activar mi Mangekyo Sharingan.

<¡ Amaterasu!>

Kira

Los sujetos me prometen que jamás volverán a hacer lo que hacen. Que quieren volver a sus aldeas y cuidar de sus familias. Cuando nombran a sus familias no puedo negarme.

— Esta bien— digo sonriente mientras me acerco para estrechar las manos — es un trato.

Cuando ellos alzan sus cabezas...todo sucede tan rápido que apenas logro notar algo filoso y brillante dirigiéndose a mi y luego unas llamas negras que hacen arder a todos los hombres en el suelo.

< ¡¿ Qué es..

— Eres una ilusa— la voz de Itachi resuena frente a mi.

— ¿ Qué es eso?— pregunto haciendo referencia a las llamas negras que consumen loa cuerpos de los cazadores.

— Amaterasu— me explica — las llamas no se extinguirán hasta que estén muertos.

Jamás le había visto utilizar dicha habilidad antes. ¿La habrá adquirido dentro de todos los años qué ha estado fuera de Konoha?

— Vamos — dice dando media vuelta— no perdamos el tiempo aquí.

— Si— logró decir en medio de mi asombro. Antes de seguir a Itachi, me detengo a mirar los cuerpos consumidos y rezo por sus almas. Siempre he hecho eso en forma silenciosa, no sé si sirva de algo, pero al menos aquieta a mi propia alma.

El sol se ha escondido de nuestra vista, pero aún así Itachi sigue caminando delante mio.

— ¿ Estás buscando algo en especial? — decido preguntarle — tal vez si me dices pueda ayudarte.

— Una cueva, es mejor asegurarnos de que nadie nos vea cerca de aquí.

— ¿Y eso?

— Si nos ven merodeando cerca de la aldea sospecharán de nosotros.

— Ah, entiendo.

Luego de unos segundos noto  algo raro en  la superficie del cerro.

— ¿ Qué es esto?— camino hacia mi lado derecho y noto una superficie de tierra cubierta con algunas hojas secas.

Toco la malla de hojas y efectivamente es lo que esperaba. Tras la malla se extiende un pequeño agujero, pero lo suficientemente grande para albergar a dos personas.

— Es una cueva— le informo a Itachi sin percatarme de si me escucha o no. Mas me llama la atencion que al interior de la cueva hay utencilios de comida y algo de ropa esparramada por el suelo— parece que la ocuparon antes.

— ¿ Puedes utilizar memoria historia? — pregunta Itachi a mi espalda.

— S-si, claro — pongo ambas manos en la superficial rocosa de la cueva y me concentro al máximo. Cierro mis ojos y dejo que los hechos me invadan— Hace unos dos meses una joven y un muchacho se refugiaron de la lluvia aquí. Y...bueno...

Las imágenes de aquella pareja expresando su amor me producen vergüenza, asi que pongo fin a la técnica.

— ¿ Qué sucede? — inquiere Itachi.

— Nada...— divago— esta bien que nos queremos aquí. Nadie más que esos dos pasaron por aquí y no volverán.

— Bien.

Itachi se adentra a la cueva y yo le sigo. El enciende una pequeña fogata y nos sentamos frente a frente separados por ella. En ese momento me doy cuenta de que el ojo derecho de Itachi sangra, sangra demasiado.

— ¡ Dios mio!— exclamo alarmada mientras me levanto para observar mejor el ojo— Itachi-kun ¿ Qué te sucede? Estás herido ¿ Te duele?

— Descuida— pasa su mano para quitar la sangre, pero vuelve a fluir— nada importante.

— ¿¡ Cómo qué no!?— me siento cerca y frente a él — no deja de sangrar. ¿Cómo es que sucedió esto?

— Pasa de vez en cuando— me explica— al utilizar el Mangekio Sharingan.

Me abstengo de retarlo. Aunque ganas no me faltan de reprocharle que no debió utilizar su poder ocular si termina en esto.

— Deja que te cure— alzo mi mano derecha sin su consentimiento y la coloco suavemente sobre su párpado cerrado.

Antes de curarlo, decido utilizar primero mi técnica para absorber su dolor y como en un parpadeo un dolor casi intolerable se expande por mi ser. Es como un millón de pequeñas esquirlas que se incrustan en mi piel para luego explotar.

Ahogo un grito de dolor que me obliga a apretar mi otra mano en un puño como mecanismo de aplacar el sufrimiento.

Me pregunto como Itachi puede soportar esto cada vez que utiliza su poder ocular. Es horrible.

— Ya basta— él agarra mi mano derecha de la muñeca y la jala hasta su regazo— es suficiente.

Lo quedo mirando sorprendida.

— Aún no termino— le indico.

— Es suficiente — sostiene.

Mis ojos se quedan inspeccionando su rostro. Tratando de descubrir porqué este actuar.

— Itachi-kun, escucha...— le pido safandome de su agarre— yo jamás cuestionaré tus tácticas de ataque. Por lo mismo te pido que no cuestiones mis métodos de sanación, sé lo que hago.

—¿ Por qué? — me pregunta.

— Uh, porqué ¿ Qué? — le cuestiono confundida.

— ¿ Por qué te esmeras tanto en sanarme?

< Porque.... ¿ Por qué mi corazón ha brincado? ...¿ Qué me sucede?>

— No es necesario tener una razón para ayudar.

— Me estás mintiendo.

< ¿ Cómo lo sabe?>

— Bueno...es porque me importas— digo— ahora eres parte de mi equipo y es normal que me preocupe por tu bienestar. Si no ¿ Cómo lograría completar la misión?

Miento. La verdad es que lo que menos me importa es la misión. Ni siquiera entiendo mis razones para querer ayudar a Itachi. Quizás solo sea cariño o no... Mucho menos, tal vez un sentimiento de compasión...o simple convenencia.

— Ya veo— dice pensativo.

— Voy a tomar eso como un signo de consentimiento — vuelvo a poner mi mano en su ojo y esta vez utilizo chakra para que deje de sangrar.

Itachi cierra ambos ojos y espera a que yo termine.