Amor Escarlata ( Itachi)

18

** A la tristeza le encanta andar disfrazándose de enojo **
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A la mañana siguiente me despierto antes que Itachi. Me quedo unos segundos mirándolo para ver si despierta solo, pero no lo hace, así que me acerco hacia él y le hablo con voz firme y suave.

— Itachi-kun, despierta.

Nada.

— Itachi-kun, debemos irnos.

Nada.

< Y ahora ¿ qué hago?>

Itachi

— Itachi-kun, despierta — siento a alguien que me llama con voz dulce. Suena lejana.

< ¿ Quién me esta llamando?>

Quiero abrir mis ojos, pero el sueño se hace más pesado. Sin lugar a dudas el efecto de mi enfermedad se hace cada vez mas presente.

— Itachi-kun, debemos irnos— vuelve a insistir.

< ¿ Izumi? >

— Itachi-kun, tienes que estar a mi lado en esta misión ¿ lo olvidas?— junto con esas palabras viene un suave toque en el centro de mi frente, el mismo que yo le daba a mi hermano menor.

Abro mis ojos despertando al fin de mi pesado sueño y me encuentro con la cálida y vibrante sonrisa de Kira, quien está frente a mi observándome con cierta dulzura.

— Al fin despiertas— dice extrañada— ¿ Estás muy cansado?

— No.

— Que bueno— me vuelve a sonreír y luego me mira como si quisiera decirme algo, pero no se atreve.

— ¿ Algún problema?

— N-no, todo bien...— mira avergonzada hacia un costado y habla con voz baja —es solo que...

— ¿ Qué ?

Kira

¿Como le iba a decir a Itachi que lo quería más de lo debido?. Es decir, él no es la clase de chicos que parece interesarse en cosas del amor, es mas bien... solitario. Él mismo me había mencionado que no le interesaban estas cosas.

Ayer estaba tan ilusionada con aceptar que Itachi sea mi primer amor que quería gritarlo a los cuatro vientos, pero ahora me doy cuenta que la realidad es diferente: no puedo simplemente decircelo porque temo y siento que su respuesta no es la que quiero oír.

Es más difícil de lo que esperaba. No puedo ser sincera y tampoco sé cuanto tiempo podré ocultar mis sentimientos, eso, si es que no se ha dado cuenta ya.

Yamato y Kakashi me solían decir que no les costaba leer mis sentimientos porque era como si estuvieran escritos en mi rostro, por ende creo que para Itachi tampoco es difícil leerme; se demorará poco en darse cuenta que lo amo.

— Debemos irnos a la aldea— le digo poniéndome de pie y sonando animada — ¿ Vamos?

— Claro.

Él se pone de pie y sale de la cueva antes que yo que lo sigo detrás por unos dos pasos de distancia.

— Estas muy callada— me comenta él sin siquiera voltearse a verme.

— Suerte que no puedes leerme la mente— digo con algo de diversión— Solo estoy pensando demasiado las cosas.

— ¿ Qué cosas?