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** Si alguien aprende a despedirse de la persona que más quiere en el mundo, será capaz de soportarlo todo **
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Al día siguiente me dirijo a la cocina para desayunar y me topo con un sujeto de máscara sentado en el borde de la mesa.

— Hola— le digo llamando su atención y en ese instante su postura pasa de ser sombría a una llena de energía.

— Oh, ¡Tu eres Kira-san!— exclama con voz animada y caminado en mi dirección.

No es nada parecido a los integrantes de esta organización. Todos parecen serios y mal humorados, pero él no.

Algo en su ser me recuerda a un pequeño niño travieso, así que decido bromear.

— ¡ Y tu debes ser Konan!— exajero— me habían dicho que eras rara, pero no creí que lucieras así.

— Tobi no es una chica— dice apagado.

—  Es una broma, no te molestes— le explico.

— A Tobi le agradan las personas bromistas — dice entre risas—  a Tobi le agrada Kira-san.

— Oye y ¿tu eres nuevo en esta organización?— pregunto curiosa.

— Si, están probando a Tobi— responde— aún no me aceptan.

— Oh, entonces...— extiendo mis brazos en señal de abrazo— ¡ bienvenido al grupo de los rezagados!

Tobi se acerca a mi como un niño pequeño para recibir un abrazo amistoso.

— Dejen sus muestras de afecto para después — se aparece Kizame deteniendo el abrazo — Kira, ven conmigo.

— Ahm...— miro a Tobi confundida y él alza sus hombros— Bueno, voy.

Sigo a Kizame por los pasillos en dirección al exterior.

— ¿ Qué sucede?— inquiero — ¿ Para qué te estoy siguiendo?

— Reunión de grupo.

— ¿¡ Hay una nueva misión!?— exclamo alarmada— ¿ de qué se trata?

— Eres como un dolor en el trasero.

— No sé de que trasero hablas

— ¿ Me ves el trasero?— pregunta sorprendido.

— ¿ Qué? ¡ No!— me defiendo — es solo una forma de decir.

Salimos de la cueva y veo a Itachi en el extremo donde el bosque empieza.

— Vámonos — dice sin más.

— ¿ A dónde vamos?— le pregunto, pero él se da la media vuelta sin responderme.

< ¿ Y ahora qué le pasa a este? >

— ¿ Kizame...?— recurro a él y nada.

Ambos siguen su camino por el medio del bosque y eso hace que me vea obligada a seguirlos.

Rodo mis ojos.

— ¿ Alguien de ustedes dos puede dignarse a dicirme a dónde vamos? — pregunto molesta— Yo también soy parte del grupo.

—  Tienes una misión diferente a nosotros — me dice Kizame.

— ¿ Y bien, de qué se trata?

— Debes hacer un sello con estos pergaminos — el peliazul me entrega cinco pergaminos — debes ponerlos muy lejos unos de otros.

— Si, ya lo he hecho antes— indico— pero...¿ qué debo sellar?

— Una cueva.

— Y ¿ Qué hay en la cueva?

— El Biiju de Una cola — me informa Kizame— debes encargarte de que nadie interrumpa su extracción.

Muerdo mi labio para esconder mis emociones, no puedo delatarme ante Kizame.

— ¿ Van a matar a Gaara?

— Si.

< No puede ser>

Si sólo estuviera con Itachi sin duda que le reclamaría, o algo. Pero ahora solo puedo guardar silencio y asentir. Si pretendo que no maten a diestras y siniestras, debo utilizar mis propios métodos.

Además, estoy segura de que si requieren de sellos es por que alguien va a venir. Y ese alguien vendrá con Kakashi.

— Entiendo— digo— ¿ Y dónde estarán ustedes?

— A mil kilómetros de ese lugar— responde Kizame— sí te demoras, nos iremos.

— Me encanta tu espíritu de compañerismo — hablo con sarcasmo— es increíble.

— Aquí nos separamos — indica Itachi luego de su prolongado silencio — debes llegar a dos mil metros  al norte. Ahí está la cueva.

— Entendido— le digo dando un leve asentimiento de cabeza.

Kizame y él me dan la espalda para seguir con su camino, mientras yo me quedo allí parada con muchas palabras atravesadas en la garganta.

— ¡ Itachi-kun! — grito sin poder contenerme.

Al oírme se detiene y da la media vuelta para mirarme. 

Itachi

Ella me mira con intensidad. Probablemente su cabeza tiene miles de palabras , pero a penas se atreve a decirlas.

< Debe estar furiosa>

— Hasta pronto...— dice finalmente.

Asiento y sigo con mi camino sin mirar atrás.

— Sonó como si le doliera no estar a tu lado— me dice Kizame— Esa chica es tan fácil de leer.

Entiendo a que se refiere. Las emociones de Kira se delatan en cada célula de su ser. Sus ojos son honestos, nunca intentan ocultar sus sentimientos.

— Te haz dado cuenta ¿no?— inquiere mi compañero— La forma en que te mira, es como si fueras tú quien la sostiene de caer al precipicio. Está estúpidamente enamorada de ti.

Claro que me he dado cuenta de eso y de como sonríe cuando está a mi lado, de como se preocupa e interesa por mi. Y sé que por eso seré el causante de sus lágrimas en un futuro próximo.

— ¿ No te interesa en lo más mínimo? — me pregunta Kizame al notar mi silencio.

— No tengo tiempo para pensar en eso— le recuerdo.

Él sabe perfectamente que mi enfermedad me tiene ante la muerte, y que si no muero en manos de mi hermano, será la enfermedad quién se encargue de mi.

No puedo permitirme pensar siquiera en un futuro. No tengo remedio.

— ¿Ella sabe de tu enfermedad?— me pregunta Kizame.

— No tiene porqué saberlo — le indico— No debe porqué importarle.

— Tu sabes que ella se dará cuenta, tarde o temprano— me aclara— y cuando lo haga vendrá a pedirte explicaciones... Eso si no se le hace demasiado tarde.

< Prefiero que sea tarde>

No quiero tener que explicarle todos los pecados que he cometido, ni las malas decisiones que he tomado. No quiero decirle la escasez de tiempo en la cual vivo, ni que no podré cumplir mi sueño de niño. No quiero contarle que lo único bueno que me puede ocurrir es morir.

No quiero verla llorar de impotencia porque no podrá hacer nada para salvarme.

No quiero asumir que he sido un egoísta con ella. La he mantenido a mi lado para que me reconstruya y en el proceso estoy consumiendo su alma.

Amor Escarlata ( Itachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora