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** La esperanza es lo último que muere porque es el verdadero asesino**
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Una vez en el extremo Norte de la aldea, Itachi rompe el silencio.

— Nos enfrentaremos a los subordinados de Okita.

— ¿ Quién es Okita?

— Samurai de las tierras del fuego— me explica— tiene la intención de atacar esta aldea. Nos han contratado para detenerlos.

— ¿ Por qué quiere atacar esta aldea?

— Venganza.

— ¿ De qué?

— Durante la guerra murieron miles de sus subordinados.

— Entiendo...pero entonces ¿ Por qué Kizame fue a encontrarlo?

— Vienen dos tropas en camino.

Asiento.

— Esperaremos aquí.

Nos detenemos en un lugar apartado de la entrada de la aldea, como a unos mil kilometros, y nos escondemos sobre las ramas de un árbol esperando que llegue la primera tropa.

Al cabo de unos cinco minutos, siento la presencia de las tropas. Alrededor de mil samurais.

— ¿ Lista?— me pregunta Itachi.

— Si— asiento.

Bajamos del árbol al claro y nos paramos frente a la tropa de samurais que se muestran sorprendidos ante nuestra presencia.

— Ja, ja, ja— se ríe uno de ellos. Al parecer, el comandante— ¿ Esta es la defensa de la aldea? Me ofenden.

— Somos suficientes para detenerlos— alzo mi ceja— No nos subestime.

Una risa sádica y burlesca sale de su boca.

— No me hagas perder el tiempo, niña.

Rodo mis ojos < ¡ De nuevo con lo mismo!>

— Esta niña puede hacerte llorar de dolor— advierto.

Activo mi Kekkei Genkai y fijo mis ojos en lo de él. Inmediatamente el dolor invade su cuerpo.

— ¡ Aahg, maldita!— exclama cayendo al suelo— ¡ A- ataquen!

Y a su orden, los demás samuráis corren a nosotros. Yo dejo de utilizar mi poder ocular y me centro en los atacantes.

Saco mis kunais y los lanzo en dirección a los adversarios. Diez caen al suelo. Los kunais dieron justo en el centro de su corazón. Una muerte instantánea.

Itachi por su parte, utiliza el Sharingan y los confunde haciendo que se maten entre ellos. Veinte muertos.

Treinta hombres nos rodean formando un círculo. Itachi y yo nos ponemos en posición de ataque y juntamos nuestras espaldas.

Desenvaino mi katana y corro hacia el sujeto frente a mi. El golpe da directo en su corazón. Esquivo el ataque de dos samurais saltando hacia atrás y luego corto el cuello de ambos.

Veinte muertos en total bajo mi katana. Itachi mata a los otros diez.

Van 60.

Al parecer Itachi se cansa del combate con Kunais y utiliza el jutsu de fuego para rostisar a cincuenta de ellos. Es impresionante el alcanze de su ataque.

Yo no me quedo atrás. Me divierte el combate cuerpo a cuerpo, pero al ver a Itachi tan apresurado en matarlos a todos, decido utilizar mi elemento: viento.

Activo mi Kekkei Genkai y concentro mi mirada en un radio de 500 metros cuadrados. De a poco las partículas de aire se hacen más pesadas e imposibles de respirar. En el radio de 500 metros, unas cien personas mueren de una asfixiante agonía.

Una, dos, tres. Trescientos samuráis muertos con nuestros ataques. Unos quemados, otros asfixiados, unos con espadas y otros confundidos en un Genjutsu. Afortunadamente Itachi y yo sin ninguna herida grave, sólo uno que otro rasguño, pero por sobre todo, cansancio.

Esta es la batalla más larga que he tenido en mucho tiempo. Y es agotadora.

— I...Itachi-kun_ le llamo con las respiración agitada— creo que es tiempo de acabar con esto rápido.

Hace años atrás, cuando fuimos compañeros en ANBU. Estábamos en una situación de riesgo, una emboscada.

Como último recurso y en completa supervivencia, mezclamos nuestros dos elementos. Él utilizo su técnica bola de fuego y yo una ráfaga de viento. No sabíamos si resultaría o sería un completo fracaso, pero lo que sucedió fue sorprendente. El fuego de Itachi fue moldeado mediante mi control del viento y tomó la forma de un dragón. El resultado: todos lo enemigos muertos.

Y hacer eso era absolutamente complicado para dos personas que apenas hablaban. Para esa técnica se debe tener una sincronía total entre el tiempo y la cantidad de chakra a utilizar. Supongo que fue un simple milagro que nos resultara.

Luego de eso nunca lo volvimos a intentar, nunca lo comentamos. Fue como si nunca hubiese sucedido.

— Bien— me dice dándome a entender que ha captado mi idea.

Hace los sellos de fuego con sus manos y yo me preparo para controlarlo.

Cuando el fuego sale de su boca, yo tomo el control, y el resultado: un dragón que consume a todos los samurais que quedaban vivos. Los gritos de dolor cesan con rapidez.

Una vez que no veo cuerpos vivos, dejo de controlar el viento y este se desvanece.

Miro a Itachi y lo único que puedo hacer es sonreírle. Él me devuelve la sonrisa. A pesar del cansancio me invade un profundo sentimiento de plenitud.

Corro hasta él y no contengo mis ganas de abrazarlo.

— ¡ Eso fue increíble!— exclamo cuando estoy en sus brazos. Pero rápidamente me separo. No quiero hacerlo sentir incomodo— Esto fue mejor que aque...

Por el rabillo de mi ojo veo como un samurai, en su último aliento, alza su espada directo al cuerpo de Itachi. Sin siquiera pensarlo, me interpongo como escudo y un dolor punzante atraviesa mi pecho junto a un sabor amargo  que invade mi boca. Sangre.

De un momento a otro, todo se vuelve silencioso y solo capto imágenes en cámara lenta.

En un intento de saber qué sucede y el porqué de tanto dolor, dirijo mi vista hacia abajo y veo la punta de una espada salir de mi pecho.

Las fuerzas de mis piernas se esfuman y siento el choque de mis rodillas al caer contra el suelo. Pero alguien me sostiene y evita que siga cayendo.

— ¡ Kira!— la voz de Itachi inunda el anterior silencio. Cada vez se hace más lejana— Maldicion ¡ Kira!

Con la poca fuerza que me queda. Alzo mi vista para ver el rostro de Itachi.

< No me gusta verlo triste>

Luego, todo se pone negro. Los constantes llamados de Itachi se vuelven cada vez más dificiles de oir, más distantes, hasta que todo se queda en silencio.

Nota de autora: ¡Feliz cumpleaños Héroe! ¡ Feliz cumpleaños Itachi! 🎂

Amor Escarlata ( Itachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora