Capítulo 16: De Nuevo En Casa

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Trajimos a Gerard hasta mi casa y lo dejamos descansando en mi cama, todos se alegraron al verlo y fueron corriendo hacia donde estábamos, sin duda estaban preocupados, rayos, debía agradecerle  a la señorita Blake ¿Será que nos regaló tanto dinero? No, debe haber un truco, quiero decir, estamos hablando de ella.

Tan pronto Gee despertó llamé a su mamá para que viniera por él, podíamos ir caminando como siempre pero no podía arriesgarme, a demás es muy probable que no tenga energía suficiente como para caminar aunque se trate sólo de un par de cuadras. Básicamente la señora Way comenzó a llorar tan pronto vio a su hijo y nos agradeció infinitamente que lo hayamos ayudado y junto con Mikey subieron de nuevo al auto para retirarse a su casa. Siendo sincero, es lo menos que podíamos hacer, lo secuestraron bajo nuestro cuidado y aunque se sabe que en realidad no fue culpa de nadie, definitivamente alguien debía hacer algo al respecto.

Después de semejante aventura y una vez que me cercioré de que Gerard llegó a su casa sano y salvo dejé caer mi cuerpo rendido en mi cama para dormir hasta el amanecer sin tomarle importancia a absolutamente nada. Se sintió como la mismísima gloria el simple hecho de estar acostado en mi cama, realmente estaba cansado.

Al despertar vi a mis amigos alistándose para ir al colegio, después de pasar tanto tiempo juntos bajo el mismo techo ya no me sorprende ver a David completamente desnudo saliéndose de bañar o a Raymond desayunando frente al televisor. El panorama con el que recibí el día de hoy me pareció una mañana de lo más normal y proseguí a cambiarme únicamente la blusa con la que dormí por una relativamente limpia, sólo me restaba ingerir un pan tostado o algo parecido y estaría listo para ir a la escuela.

Salimos de mi casa, llegamos al colegio, nos sentamos en nuestros respectivos asientos, todo muy rutinario hasta que una mano tomó mi hombro, era él.

-Gee -dije sonriendo volteándolo a ver.

Él no respondió y se sentó a un lado mío. Acomodó todas sus cosas sin siquiera sonreír, se veía como el mismo Gerard que conocí en el parque, el mismo chico autista al que invité a comer hace más de dos años. A decir verdad me desanimó no ver a mi pelinegro de siempre, pero también debía entender que después de todo lo que vivió, probablemente no sería el mismo.

En el receso fui a buscar a la señorita Blake, ella se estaba tomando un café sentada en una banca que se encontraba casi enfrente de las puertas para entrar a los baños.

-Profesora, ¿Qué hace aquí?

-Me gusta el olor a excusado -contestó tranquilamente dándole un sorbo a su café -es broma, debo cuidar que nada ocurra aquí, ya sabe, los baños se prestan para tener sexo o apuñalar a alguien -afirmó, soltando esas palabras con tanta naturalidad que las hacía ver como algo de todos los días.

-Entiendo... Oiga, sólo quería agradecerle por...

-De nada -me interrumpió -y no se preocupe por el dinero, el cheque no estaba firmado -sonrió.

-¿Y...?

-Un cheque que no está firmado no vale nada, Frank -volvió a beber un poco de café -y supe que no lo notarían porque Travis siempre tenía mal esa pregunta en sus exámenes.

-¿Usted cómo supo que fue Travis el que secuestró a Gerard?

-Donde usted va yo ya fui y vine tres veces, Frank. Simplemente yo estaba ahí aquel miércoles que supuestamente entregarían el dinero, me dio olor a mediocridad cuando pasó al lado mío y en el momento en el que se quitó el pasamontañas pude confirmar que se trataba de él. Por cierto, no te olvides de Oliver, él fue la mente maestra de todo esto y tampoco podría notar que le faltaba la firma porque su profesora de español tiene exactamente el mismo problema con él que el que tenía la profe de español de esta escuela con Baker.

-Vaya... -dije algo extrañado por sus afirmaciones -bueno, sólo pasaba a agradecerle, qué tenga un lindo día profesora.

-Igualmente, salúdeme a su gato -se despidió.

Yo no tengo gatos.

Después de eso fui a buscar a Gerard, él estaba sentado en uno de los lugares más apartados de la escuela, al parecer ni siquiera notó mi presencia, creo que lloraba. Me acerqué un poco más para confirmarlo, su boca un par de sollozos casi inaudibles y sus ojos dejaban salir lágrimas, eso último lo supe a pesar de que escondía su rostro en sus piernas y brazos; sentí cómo algo dentro de mí se rompía al presenciar esa escena pero debía ser fuerte, no podía simplemente unirme a su llanto así apreté mi puño y me senté a su lado.

Comencé a llamarlo por su nombre pero no contestaba, intenté rodearlo con mis brazos sin embargo él se hacía para un lado al sentir cómo otro ser humano hacía contacto con su cuerpo, supe que debía darle su espacio aunque jamás me hubiera perdonado el irme y dejarlo solo, así que permanecí a su lado hasta que debí volver a clases. Gerard continuó llorando probablemente sin notar que la campana había sonado, me alejé de ahí con el corazón dolido al no poder hacer nada por mi novio.

Después del colegio fuimos a casa de Raymond, los hermanos Way por su parte fueron a casa con su madre, hasta lo que supe el hermano mayor no dijo una sola palabra en todo lo que fue del día.

Pasaron los días y llegó el viernes, ni una sola palabra había salido de la boca de mi Gee, a veces dejaba que lo acompañara y que le contara cosas, él sólo asentía con la cabeza para darme a entender que me estaba escuchando, permanecía con la mirada ida y se la pasaba llorando casi todo el tiempo.

Cuando se animó a hablar fue el domingo en la mañana, me envió un mensaje al celular pidiéndome que fuera a verlo a su casa, sin pensarlo dos veces cogí mi suéter y salí corriendo a verlo. Al llegar noté que la puerta estaba abierta así que entré y saludé educadamente, choqué el puño con mi cuñado y estreché la mano con mi suegra, la cual me invitó a subir para ver a Gerard, ahí le informé que fue él quién pidió verme vía mensaje de texto. Sin más subí y él estaba ahí, acostado en su cama, le tomó un par de minutos notar mi presencia, sin embargo cuando lo hizo se acercó a mí y lentamente me dio un abrazo.

-Me duele Frankie -confesó entre sollozos, con el tono de voz en el que te hablaría cualquier autista llorando.

-Lo entiendo Gee, pero aquí estamos tus amigos para apoyarte.

-Gerard no quiere hablar, se siente mal y tiene pesadillas todo el tiempo, también dolor de cabeza, ellos fueron muy malos. Me gustas tú, y tus amigos también me agradan, también mi hermano y mamá, pero no quiero ver a nadie más, tengo miedo.

Permanecimos abrazados hasta que la mamá de Gerard le gritó para que fuera con el psicólogo. Era una suerte para mí que yo entrara a trabajar justo cuando Gee tiene su cita, bueno, originalmente debo llegar más temprano pero por el frío tengo tolerancia.

Después de esperar a que mi pelinegro saliera del baño ambos subimos al carro y nos dirigimos al consultorio de mi tío. Una vez ahí me dediqué a lo mío y mi novio entró a su sesión, finalmente mi tío me pidió que entrara con él y pidió una reseña respecto al estado de Gerard desde que lo rescatamos, traté de no omitir detalles y sobretodo de no romperme, ya que me rompía saber que él estaba roto. Ya que terminé de darle el reporte oral a mi tío proseguí a subir de nuevo al carro.

Decidí pasarme la tarde entera con mi novio, en este momento sobre todo no existía nada en mi mundo más importante que él.



Feliz año nuevo, consideren este capítulo 300 palabras más largo de lo normal como un regalo xd


La Cortina II: Miedo A La ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora