Capítulo 13: Limones, Bolsas De Supermercado Y Algo Más

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Mis amigos y yo cargábamos con un costal de limones, una cubeta con agua y jabón, un par de lápices y una cartera donde guardábamos el dinero que íbamos recibiendo en el transcurso del día. No teníamos ni la mitad y a decir verdad estábamos algo cansados, a pesar de que sólo habían pasado cuatro días desde que comenzamos a trabajar.


Tenemos 437 dólares juntados. Logramos vender una cantidad considerable de limones en la cafetería y nuestro querido cerebrito de los rulos está haciendo la tarea de algunos chicos mediocres, ese tipo de flojos que se tienen que ver a diario en los colegios; cobraba dos dólares por página, nada mal supongo. A demás por las tardes empaquetamos cosas en el supermercado mientras Niko lava carros en el estacionamiento de dicho lugar.


Casi no estamos en nuestras casas y cuando vamos a alguna de ellas es todos juntos. Por su parte la mamá de Gerard tuvo que salir de viaje con su hijo menor, ya que lo llamaron para una competencia de Tae Kwon Do. El premio del primer lugar consiste en 400 dólares en efectivo por lo que en este momento nos encontramos cruzando los dedos para que Mikey gane, yo confío en él porque parece que tiene aptitudes para las artes marciales, a demás vivir en las calles le debió haber enseñado algo de pelea. Siendo sincero me alegra que ahora utilice ese potencial en algún deporte.


Me encontraba en el supermercado empacando un litro de leche, 7 naranjas, 400kg de jamón y una llanta de motocicleta cuando los quejidos de una de esas típicas viejas cuarentonas y amargadas retumbaron en mis oídos.


-¡¿Cómo que no hay limones?! Mi hijita tiene un proyecto de química y necesita esos limones ¿va a dejar que le pongan un 0 a mi hija por culpa de su incompetencia?

-Señora, el hombre que se acaba de retirar hace unos momentos se llevó los últimos, lo siento, no podemos hacer nada, si gusta visitar otra de nuestras sucursales o ir a buscarlos en otro lado, que tenga un lindo día.

-Bola de hipócritas, primero me mienta la madre y luego me desea un lindo día.

-La que está mentando la madre es otra -pensé para mí mismo.

-Disculpe si la molesto señorita pero yo podría venderle un par de limones -se acercó Pierre con la cuarentona.

-¿De veras mi'jo?

-Claro, si me permitiera hablarle a mi compañero, él y yo cargamos con un costal completo siempre para vender.

-Pues deme el costal completo-sacó un billete de 100 dólares.


Mi corazón se paró por un minuto y jalé a David, el cual se encontraba descansando, para que fuera a buscar el costal de limones. Corrió lo más rápido que pudo y al cabo de unos instantes él y el costal ya se encontraban con nosotros.


-Aquí tiene, que tenga un muy bonito día, señorita -sonrió Pierre.

-Gracias mi'jito -apretó sus mejillas.


Vaya persona, aunque al menos nos dejó cien dólares los cuales nos serían de gran ayuda. Por otro lado creo que debería hablarle a Raymond para que vaya a cortar más limones al árbol de Pierre. Seguí empacando y mis amigos hicieron lo mismo. De pronto un hombre se acercó a pagar. Llevaba varias botellas de licor y un par de bolsas de frituras, quizá tendría una fiesta o sólo está triste porque su pareja lo abandonó, en realidad no lo sé ni me importa. Levanté un poco la mirada una vez que terminé de empacar para recibir mi propina y lo que vi a continuación me dejó con la boca abierta.


Era él.


Oliver me miró con una sonrisa malvada y golpeó mi estómago mientras decía las palabras "tu propina". Mi ser se inundó de furia y comencé a atacarlo, jamás creí que fuera tan hábil; esquivó todos y cada uno de mis golpes, me dio una cachetada y dejé de pelear. Él me miró a los ojos por dos milésimas de segundos y se dignó a hablar.


-Quieres a tu Gerard ¿Cierto? -Me miró con cierta malicia en su rostro y yo asentí levemente -entonces tómalo, ya no me sirve.

-¿Dónde está?

-Le diré a Bob que lo traiga... ¡Bryar! -gritó.


Apareció aquel chico rubio que me acompañó durante mi estadía en prisión, ese ser donde la palabra amable sólo lo describe en un contexto sarcástico se dirigía hacia mí, tenía a Gerard agarrado del cuello de su blusa y lo lanzó hacia mí.


-¡Gerard! -Grité de gusto.

-Frank... Frank...

-Gerard...

-Ya despierta Frankie...


La puta que me parió.

Era sólo un sueño.


-Oye Frank, despierta amigo, ya es viernes pero de todas formas debemos ir a la escuela, vamos ¡Tú puedes!

-¿Uh? -Le respondí a David aún medio dormido


Al final no tuve opción más que vestirme muy rápido y alistarme para ir a la escuela, mientras caminábamos me enteré que repetía el nombre de Gerard mientras dormía, no me sorprende, soñé con él. Realmente lo extraño. Les conté mi sueño y sin lugar a duda el más furioso fue Nicolás ya que él también los conocía. No me sorprendería que Bob fuera el cómplice de Oliver, par de malparidos.


Me comenzó a doler la espalda por cargar los limones. Lo de la señora sí pasó, sólo que mi mente decidió hacerlo parte de mi sueño, en fin.


Escuché que un grupo de "chistosos" dentro de la escuela comenzaron a decirnos a mis amigos y a mí "Los traficantes de limones", qué original y sí, va con mucho sarcasmo. En realidad no le tomé importancia, les daré la libertad de reírse de nuestro negocio, total, no nos afecta y en lo que fue del día de hoy ganamos 72 dólares en puros limones y otros 15 por las tareas que hizo Raymond escondido en el baño.


La rutina se repitió, al final de nuestro turno ayudamos a Nicolás a lavar un par de carros más y notamos que al final del día teníamos 255 dólares más, dejándonos un total de 692 en la bolsa.


Poco a poco creo que sí lograremos juntar el dinero, sólo hay que echarle ganas.



¡FELIZ NAVIDAD! Se los quería publicar ayer pero pues el ocio me llevó a hacer otras cosas xD pero aquí les traigo su regalito de navidad :3 Espero que esté bien redactado. L@s quiero c:



La Cortina II: Miedo A La ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora