Había faltado a los últimos cinco juegos del campeonato (que se jugaban constantemente a veces hasta dos días de seguido) sólo porque Marc me lo había pedido según él mi presencia lo ponía nervioso. Esta semana se juega uno de los tres partidos más importantes, si ganan podrán jugar contra otro equipo para tener un lugar en el campeonato nacional estudiantil donde varios institutos cómo el England compiten para saber quién es el mejor. Los Halcones siempre estuvieron bien posicionados en campeonatos como este, el año pasado perdieron la final contra los pumas del West High, pero este año tienen la suficiente confianza para saber que serán los próximos campeones
- ¿Cómo es que estás en primer año y ya eres capitán? - pregunté metiendo un puñado de palomitas de maíz a su boca
- Desde la primaria jugué en el equipo y desde siempre me tuvieron el la mira supongo que solo quisieron aprovechar mi talento
- O, eres el hijo consentido de papá - bromeé y él sonrió
- Mi papá no tiene poder para nada que involucre al entrenador, ni a algún deporte
- ¿A qué te refieres? - pregunté curiosa
- Simplemente que si no jugará bien, ni por más que mi padre pagará al entrenador él no me dejaría jugar es muy cuidadoso con su equipo, simplemente quiere ser el mejor
- ¿Qué opinan los de último año al respecto de que tú seas el capitán?
- Están felices, de todos modos somos un equipo, no es gran cosa en la que yo me diferencio del resto sólo en que soy el más odiado, claro - me miró a los ojos y al ver mi confusión aclaró: - Si perdemos un partido creen que soy el responsable, en cierta manera sí, pero el culpable fue el equipo, él rendimiento del equipo, yo puedo jugar bien pero mientras el arquero no logre atajar la pelota estamos fritos
- Esa es tu responsabilidad como capitán - dije poniendo en pausa la estúpida película que estábamos viendo - Asegurarse del buen rendimiento del equipo
- No quiero hablar de esto - susurró besando mi frente para luego descender por mi nariz hasta llegar a mis labios
- Aguarda - lo separé - ¿Me dejarás ir a tu siguiente partido, cierto?
- No - negó con la cabeza - Si gano este partido te dejaré ir al siguiente
- Pero, ¿porqué? - pregunté haciendo pucheros
- Sólo haz lo que te pido - ahora era él quién hacía pucheros - Hazlo por mí - nuevamente besó mis labios y posicionó sus manos en mi cadera, mi blusa se había subido un poco así que solo sentía el tacto de su mano contra mi piel desnuda, mis manos acariciaban y despeinaban aún más su cabello oscuro mientras nuestras respiraciones se volvían cada vez más agitadas
- Lamento haber llegado en un mal momento - alguien hablaba a lo lejos pero la verdad no tenía ninguna intención de parar para ver quién era - ¡CHICOS! - gritó y entonces fue ahí dónde vi a Chad parado en la puerta
- ¿No querías ser más oportuno? - bromeó Marc
- Caray - susurró Chad - Yo sólo quería mis libros
- Creo que es hora de que me vaya - susurré poniéndome de pie pero Marc me sujetó de la muñeca
- ¿Han visto mis libros? Los dejé sobre mi cama - habló Chad
- Los acomodé en el librero - contesté - No sé para qué tienes uno si no lo vas a usar
- Soy hombre - me recordó
- Pues eres un hombre muy desordenado - bromeé
- Por lo menos yo no dejo olvidado mis bóxers en la ducha, como algunas personas - dijo señalando a Marc quién lo fulminó con la mirada
- Déjame en paz, Chad - amenazó él
- ¿O qué? - respondió
- O te daré una paliza - Marc se puso de pie y tiró a su amigo al piso donde ambos se empezaron a pegar en chiste, pero bastante duro. Aproveché el momento y lentamente me acerqué a la puerta susurré un -Adiós- y me alejé bastante rápido de la habitación antes de que Marc me detenga y no me deje ir hasta la medianoche, ya lo había hecho antes y no era divertido.Lunes, perfecto y aburrido, lunes.
Mi día había arrancado con el pie derecho, un baño relajante antes de iniciar una semana con exámenes, un rico desayuno del carrito de comidas y un beso sabor a mi enjuage bucal.
- Hace tiempo no hacemos algo juntos - habló de camino a clases
- No sé si no te acuerdas pero ayer vimos películas toda la tarde - le recordé
- Me refiero a algo como más... Especial - susurró
- ¿Tienes algo en mente? - pregunté
- ¿Vamos a cenar hoy?
- Imposible, mañana tengo examen - contesté - ¿Qué te parece mañana?
- De ninguna manera, tengo partido el miércoles
- ¿Almorzamos mañana? - propuse
- Claro, en la cafetería como todos los días - habló sin ganas
- No me refiero a eso, Marc - susurré
- No te entiendo - respondió con otro susurro
- Tengo ganas de almorzar en algún lugar especial
- ¿Te refieres a escaparnos? - el tono que había utilizado era neutral y de sorpresa, asentí levemente con la cabeza - Sabes que no puedo hacer eso, no ahora, si me descubren no podré jugar en lo que queda del campeonato, te amo, pero sabes que...
- Lo habia olvidado - lo interrumpí y el sonrió pensativo
- No puedo escaparme del instituto porque me arriesgo a ser atrapado - susurró - Pero nadie dijo nada de no poder saltarme algunas clases
- ¿Qué propones capitán? - susurré sobre sus labios
- Te espero en tu habitación mañana en la hora del almuerzo - se separó de mi rápidamente cuando un maestro de último año caminaba cerca - Sé que tienes examen a última hora así que no podremos tardar tanto
- Te veo luego - me despedí al oír la campana
- No lo creo, tengo práctica toda la tarde y te apuesto lo que fuera a que terminaré muerto
- No te preocupes - susurré.
Era un poco triste que Marc casi no tenga tiempo para estar juntos pero lo entendía después de todo cuando él puede yo no.
Muchas chicas se acercaron a mi a lo largo del día y me preguntaban diferentes cosas pero sobre el mismo tema Mi relación con Marc, yo siempre respondía con lo mismo: "Estamos más que bien cuando cortemos, si lo hacemos, serán las primeras en saber". Y era más que cierto.
De camino a mi edificio cuando por fin las clases ya habían acabado por el día de hoy una rubia sonriente acompañada de su escuadrón caminó en dirección a mi haciéndome frenar mi caminata
- ¿Sí? - pregunté cruzándome de brazos
- ¿Que opinas de todo lo sucedido con Shanon? - la ignoré y dirigí mi vista a la chica morena quién lucía bastante inquieta
- ¿De verdad amas a Marc? - prosiguió la rubia, la miré incrédula y sonrió
- Es mi novio, claro que lo amo
- Entonces estás feliz con lo que le ocurrió a Shanon - Y la volvió a nombrar. Ese era un asunto del cual no me gustaba hablar mucho y sí digo que ya me lo habían preguntado más de quinientas veces créanme, no miento
- Cada uno tiene lo que se merece - contesté y sin volver a mirar a ninguna de las mujeres seguí mi camino.
Mi habitación no parecía mi habitación, el silencio era tanto que era imposible que fuera real, las tres, Wendy, Ann y yo teníamos una semana llena de exámenes y cada minuto desperdiciado contaba así que habíamos hecho un trato, nadie hablaría mientras alguna de nosotras tuviera un libro en sus manos y hasta ahora el pacto se cumplía.
- ¡¿Porqué demonios tenemos que estudiar cosas que ocurrieron hace siglos!? - gruñó Ann desde el piso alfombrado donde estaba acostada rodea de libros y cuadernos
- ¡Cállate! - le respondió Wendy leyendo como loca una y otra vez algún tipo de pancarta, mientras yo intentaba entender un odioso problema matemático.
Sin darme cuenta ya eran las dos de la madrugada, mi vista ya estaba tan cansada que prácticamente me forzaba muchísimo mantener mis ojos abiertos, Ann se había dormido sobre el piso en una malísima posición pero era tanto mi cansancio que antes de poder despertarla y hacerla acostar en su cama caí en un profundo sueño sobre mis libros.
Fue horrible soñar toda la noche sobre problemas matemáticos y la Segunda Guerra Mundial, recuerdo solo pequeños fragmentos de mi sueño al estar despierta, ahora mismo por ejemplo sólo recuerdo como un número seis me perseguía con una metralleta, sí, super casual.
Tenía ojeras tras una noche de mal sueño y ni siquiera quiero hablar acerca de mi humor. Al estar lista y mis compañeras no, noté que aún tenía bastante tiempo para descansar o estudiar un poco más antes de salir de nuestra habitación, opté por la relajación antes que el estudio así que solo me senté en el borde de la cama de Ann y dejé caer mi cuerpo hacia atrás con los pies tocando el piso, hice respiraciones profundas por varios segundos y luego sólo me dediqué a escuchar mis latidos además de todo el ruido que hacían mis amigas mientras se preparaban como el secador de Ann o la música rara que Wendy escuchaba mientras tomaba una ducha, el carrito de desayuno había llegado así que fui la responsable de elegir el desayuno para todas, para ser sinceros sólo tomé lo primero que vi y eso significa que agarré bizcochos de canela sin pensar en que Wendy es alérgica y que Ann lo odia.
No había visto a Marc en todo el tiempo que estuve dentro del edificio B antes de que la campanilla suene, quizá se había quedado dormido, para asegurarme de que eso no había pasado y para que no se pierda clases lo marqué dos veces a su celular pero nadie contestaba, a la tercera vez contestó y habló desde el otro lado de la línea
- No puedo hablar - susurró y pude oír a alguien hablando bastante enojado en el fondo
- Marc - lo llamé - ¿Sucede algo? - como respuesta me colgó el teléfono. Que lindo. - Espero que no hayas olvidado nuestro almuerzo - gruñí aunque era más que obvio que no lo había escuchado.
- ¿Haz hablado con Matt? - me preguntó Wendy en la segunda hora: Literatura, teníamos un trabajo grupal y ella estaba en mi grupo así que podíamos hablar sin que el profesor nos regañara
- No me ha llamado desde que se fue, escribimos unas cuantas veces y me dijo que está bien, ya ha comenzado su tratamiento - comenté resaltando unas frases en una fotocopia que nos habían entregado al entrar a la sala
- ¿Aún no sabe si volverá? - preguntó Ann
- No hablamos de eso, creo que aún no lo sabe - contesté.
La campanilla sonó y todos los estudiantes se levantaron de sus asientos más rápido que un rayo, era hora del almuerzo. Sin ganas y sin estar segura de si Marc me estaría esperando para almorzar caminé hacia mi casillero para dejar mis libros y encontré una nota pegada a él "Te veo en tu habitación -M" suspiré y guarde la nota dentro de mi bolso, miré por todos lados para asegurarme de que no habían maestros cerca y literalmente comencé a correr.
- Hola preciosa - susurró al verme entrar a mi habitación, odiaba cuando se ponía en su faceta soy sexy y lo sé. Simplemente era odioso.
- Hola - saludé con ánimos, deje mi cartera sobre la cama de Ann y pude ver todo lo que había preparado para nuestro almuerzo - ¿Tu hiciste todo esto?
- No, yo sólo entré a tu habitación y ya lo encontré todo así - lo miré de mal humor al darme cuenta de su sarcasmo
- Me refiero a si tu lo preparaste - aclaré
- Si y Matt me ayudó
- Oye, puedes dejar de hacer lo que haces, me molesta. - susurré y noté que traía puesta su ropa de entrenamiento, últimamente nunca se lo quita, es raro verlo siempre vestido así.
- ¿Y yo qué hago? - preguntó inocente llevando a su boca una fresa con chocolate
- Ser sarcástico o lo que sea que estés siendo
- Bien, ya, ven, siéntate aquí - caminé hacia él y me senté sobre el suelo
- ¿Qué sucedió esta mañana? Me colgaste el teléfono sin decir nada me preocupaste - Marc sonrió con tristeza y suspiró
- Mi madre vendrá a vivir aquí, se mudará a Inglaterra y eso a mi padre lo tiene como loco
- ¿Qué? ¿Vendrá a vivir aquí? ¿Porqué? ¿Qué no trabajaba en Nueva York con mi padre?
- Al parecer ya no más.
- Debo llamar a mi padre - reaccioné agarrando mi móvil
- No lo hagas - me quito el teléfono de las manos - Al parecer fue decisión de mi madre
- Pero...
- Dejémoslo así, bien - me interrumpió - Para mi no es un problema que venga a vivir aquí si así ella lo quiere, por algo será. Sólo olvida el tema - tomó con sus manos otra fresa pero esta vez no la comió sino que sólo la observó curiosamente
- Esta bien. ¿Podemos almorzar ya? Tengo un examen en exactamente cuarenta y siete minutos
- Come lo que quieras, lo compré en un restaurante por internet, no sabía que eso era posible, al parecer es realmente un buen servicio ya que en menos de quince minutos luego de ordenarlo ya me lo habían traído - comentó sonriendo.
Cuando todo parecía ir bien en nuestro almuerzo el móvil de Marc había empezado a sonar
- Bien Harrison, estaré ahí en menos de cinco sólo encárgate de que Clinton no mueva mucho la pierna - habló acelerado
- ¿Qué? - pregunté sorprendida
- Los siento, nos vemos luego, problemas con el equipo
- Oye estamos almorzando ¿recuerdas? Nuestro "momento especial" - hice comillas con los dedos y pude ver como Marc tomó una postura diferente a la de siempre
- Las cosas son así, bien - el tono que había utilizado era como si estuviera frustrado y cansado - Necesito estar para el equipo a todas horas
- Osea, haces planes y luego me dejas plantada
- No seas exagerada - habló - Ya estuvimos juntos por un rato eso era lo que querías ¿no? Mi equipo me necesita
- ¿Lo que YO quería? Oye idiota fuiste tú el que quiso un "momento especial" "Compartir conmigo"
- Ya hemos compartido bastante por hoy...
- ¿Quince minutos te parece bastante? ¿Quién demonios eres? - pregunté y él sólo suspiro
- Mi equipo me necesita, Helen, por el amor a Dios - repitió, pude notar que había empezado a perder la paciencia
- ¿Ah y yo no?
- ¡Deja de hacerte la víctima! ¡Esto tampoco es fácil para mí! ¡Duermo cuatro malditas horas al día, entre estudios y entrenamientos debo encontrar tiempo para ti y para los malditos problemas que hay con mis padres!
- ¡Tampoco es fácil para mí acostumbrarme a verte solo quince minutos al día! El domingo vimos una película de una hora y media en cuatro malditas horas porque la pusimos en pausa más de cien veces para que tú vayas al campo y arregles problemas de tu equipo
- ¡NECESITO A ALGUIEN QUE ME APOYE Y QUE ENTIENDA LA SITUACIÓN EN LA QUE ESTOY NO QUE ME RECLAME Y ME EXIJA AÚN MÁS COSAS!
Era la maldita primera vez en la que nos estábamos gritando y sentía una fuertes ganas de darle un golpe
- Vete Marc - susurré - Tu equipo, el único equipo que te interesa te necesita.
Sólo para dejar todo en claro, él fue el que había empezado a gritar. En tan pocos minutos me había dejado tan en claro que era una distracción para él, pues adivinen qué; ya no lo sería por más tiempo.
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Sólo olvida todo.
Ficção AdolescenteEl primer amor tal vez no sea siempre el indicado, ¿o sí? Novela registrada en Safe Creative Código: #1502213301381 Todos los derechos reservados.