Capítulo cuatro

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Ya estabamos en tierra inglesa, el avión ya había aterrizado y para suerte mía aún siguía viva, ahora llamaremos un taxi para irnos al hotel dónde pasaremos la noche de hoy.
(...)

– Apaga ese maldito sonido –gruñío Sam mirandome enojada, me habia despertado hace diez minutos pero aún era temprano, y no existe nada mejor que Instagram para pasar el tiempo, pero sin querer había tocado la pantalla haciendo reproducir un video

–Perdón, no quería despertarte – me disculpé poniéndome de pie para ir a darme un baño antes de salir del hotel

– No te preocupes – me contestó frotándose sus ojos

– Me daré un baño – dijé, eran las las siete de la mañana con cincuenta y ocho minutos y para las nueve ya debiamos estar en el internado, que por suerte no queda muy lejos de nuestro hotel.

El baño de este lugar era bastante lujoso, la verdad, el hotel en sí era muy lujoso, es el hotel preferido de mi padre cuando viene de viajes de negocios a Inglaterra, fue él quién nos habia reservado una habitación para pasar la noche aquí.
(...)

Luego de tomar mi ducha creí que seria mejor que apresuraseme para poder tener tiempo de desayunar, abrí una de mis maletas y saqué de el un jean negro con el diseño de la bandera de Inglaterra en la pierna izquierda, una blusa blanca ajustada sin mangas con un suéter negro y unas botas negras que eran de mi mamá

–¿Ya estás? – me preguntó Sammy que se estaba acomodando el cabello,

– ¿No te ducharás? – pregunté mientras volvía a guardar todas mis cosas dentro de mi maleta, alguien llamó a la puerta y Sammy corrió a abrir

– Buenos Días – dijo al parecer un botones

– El llevará nuestras maletas al auto para ahorrar tiempo – Me explicó Sam.
(...)

–Quiero un café cortado con una tarta de fresa, por favor – dije al mozo entregándole la carta que el mismo nos había dado al llegar

– Yo quiero lo mismo que ella –contestó Sam.
(...)

– Llegó la hora de irnos – le dije a Sam una vez que ambas terminamos de desayunar.
Caminamos hasta el estacionamiento y nos subimos en un auto azul marino con el logo del hotel en las puertas, dentro del auto estaba un hombre calvo con bigote

– Abrochar cinturones – nos indicó y sonrio al escuchar su acento.

Sólo olvida todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora