Capítulo 83*

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Éste era el perfecto momento para cambiar mi nombre por Anastasia Harrinton, comprar un pasaje de ida a Japón sin retorno y comenzar una vida como profesora de inglés. Ruego porque mi tía no haya visto aquel beso entre Marc y yo, ¡Entre su hijo y su prima!

- ¿Qué haces aquí Helen? - me pregunta, miro unos segundos a Marc y éste sigue inmovilizado ¡Tragame tierra!

- He venido de compras - respondo, creo que ahora sólo quedan dos cosas por hacer: 1) Olvidar para siempre a Marc 2) Largarme de aquí lo más rápido posible - ¿Y ustedes? - pregunto intentando sonar lo más natural posible, el nudo en mi garganta y mis náuseas no se irían mientras que estuviera aquí

- Marc me dijo que tenía que presentarme a alguien muy importante para él - Oh mierda, no lo hagas más difícil

- Olvídalo mamá no vendrá, olvidate del porqué estamos aquí - susurra Marc y lo veo por el rabillo del ojo está serio y sus mejillas están rojas

- ¿Sucedió algo cariño? - pregunta su madre y con dificultad tomo una bocanada de aire

- Lo siento, debo ir a... - ni siquiera sé que decir - Mi padre me necesita en casa, nos vemos tía - me despido y me siento aún más débil al mencionar aquella palabra

- Hablaré con tú padre para pasar la navidad juntos, así Marc y tu podrán conocerse mejor - Conocerse mejor repito dentro de mi cabeza

- No tienes idea de lo bien que nos conocemos - dice Marc y lo fulmino con la mirada

- Creo que eso sería, genial - miento y doy media vuelta - Nos vemos - empiezo a alejarme lo más rápido posible, No mires atrás me digo a mi misma y al estar lo suficientemente alejada de aquella mesa dónde prácticamente lo que quedaba de mi vida se arruinó, empiezo a correr chocando con algunas personas. Definitivamente volver a Nueva York fue una de las peores cosas que he hecho.
(...)

NARRA MARC:
El vuelo a sido tranquilo, la mayoría del tiempo me la pasé pensando en como sorprender a Helen y contarle que pasaremos juntos las fiestas, pero antes debía presentarla a mi madre quién se escuchó muy emocionada al escuchar la noticia de que su hijo por fin se había enamorado de verdad. Sam había sido mi compañera de asiento durante el vuelo y no fue molestia ya que se la pasó durmiendo.
Ahí estaba ella, Emily Collins, parada firmemente con una agenda en sus manos, no la veo desde aproximadamente un año y cada vez que llego a la puerta del aeropuerto por dónde desciendo de mi avión está ella esperándome con una enorme sonrisa

- ¡No puedo creer que estés aquí! - grita cuando por fin me ve

- Aquí estoy - digo sonriendo y abriendo mis brazos pidiendo un abrazo

- ¿Dónde está? - pregunta ansiosa - ¿Dónde está ella? - sonrío instantáneamente

- Ella ya está aquí - anuncio y mi madre parece no entender - Llegó ayer y ella no sabe que estoy aquí - susurro y mi madre sonríe

- Entonces debemos sorprenderla - Me contesta en volviéndome en otro abrazo

- Nos vemos Marc - se despide Sam acercándose a nosotros y dándome un golpe en la cabeza

- Estamos en contacto Sam - contesto viéndola alejarse, ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de mi madre

- ¿Quién es? - me pregunta la mujer a mi lado

- Una amiga - respondo cargando mis maletas - Creo que mejor nos vamos.

(...)

Sólo olvida todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora