Capítulo 85*

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- ¡Sueltame cabrón! - grito pataleando, Marc me tenia colgada por su hombro derecho como si yo fuera una toalla, sin mencionar que aún estabamos en el centro comercial lleno de personas

- Veamos - dice poniendo de vuelta mis pies en la tierra (literalmente) - ¿Me haz cambiado por Willy Wonka?

- ¿Te molesta que halla salido a comer con él? - gruño

- Ponte en mi lugar - gruñe

- Somos primos - recuerdo

- ¿Y eso que? No aguanto verte con otra persona

- Somos primos - repito - Es momento de superar todo esto - ¿Qué carajos estoy haciendo?

- Muy bien, entonces seamos sólo amigos - responde, lo miro sorprendida, esa no era la respuesta que esperaba

- Perfecto - susurro y veo como una chica pasa a nuestro lado con un vestido bastante escotado

- - dice Marc llamando la atención de aquella mujer - ¿Salimos a cenar hoy? - ¿QUÉ?

- Claro guapo - ¿QUÉ?

- Nos encontramos en el restaurante chino de la esquina - ¿QUÉ, QUÉ?

- Nos vemos está noche - la chica da media vuelta y se va caminando intentado no caer al suelo con esos zapatos tacos veinte

- ¿Disculpa? - pregunto mirando atentamente a Marc quien tiene una sonrisa plasmada en la cara

- Sólo somos amigos, ahora, acompañame a mi casa, necesito que alguien me ayude a elegir que usar esta noche para mi cita

- ¿Quieres jugar? - pregunto en tono desafiante - Juguemos cariño.

(...)

No sé como es que acepte venir a la casa de Marc

- ¿Vives aquí? - pregunto sorprendida, vivía en un edificio a dos cuadras de mi casa que conozco desde toda la vida, cuando salía a correr por las mañanas siempre pasaba por enfrente Así es, en algún momento de la vida Helen Collins hacía ejercicio, pero eso fue antes de conocer algo denominado "flojera". Miro al asiento a mi lado y ya nadie estaba junto a mí

- ¿Te bajas o no? - oigo preguntar a Marc desde fuera del vehículo, abro la puerta a regañadientes y camino hasta quedar a su lado

- Eres un idiota - bufo

- Gracias - contesta poniendo los ojos en blanco

- No, es en serio - insisto y el sonríe

- Te estoy pagando con la misma moneda - dice llamando al elevador

- Yo te pagaré con billetes - gruño y el ríe. Momento incómodo en el elevador, debí suponerlo

- Estamos solos - susurra Marc

- Podemos hacer lo que queramos - susurro yo y Marc sonríe con picardía

- Así es - dice presionando un botón y deteniendo el movimiento del elevador

- Genial - chillo quitando mi móvil de mi bolsillo - ¡Sonríe! - vuelvo a chillar apuntando el lente de mi cámara hacia una de las paredes del elevador que era de espejo

- ¿Qué se supone que estás haciendo? - me pregunta mientras posa para mis fotos

- Siempre quise fotos en un elevador - sonrío volviendo a guardar mi móvil, Marc se cubría el rostro con las manos - Tu pensaste que yo quería... - de un momento a otro estallo en risas

Sólo olvida todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora