IX

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Hannah lo notó todo lo que quedaba del trayecto, algo en Stiles estaba diferente. No dejaba de golpear su pie contra el piso del coche (el chico había dejado a Hannah conducir su Jeep), de tamborilear sus dedos contra su pierna. Hannah alcanzó su mano y entrelazó sus dedos.

—Todo va a estar bien –Stiles quiso creerle más que nada. Hannah fue por café para Melissa a la cafetería de enfrente, pues sabía que odiaba el café del hospital y cuando llegó a donde estaban ella y Stiles pudo escuchar un retazo de la conversación.

—El doctor Garner llegará hasta la siguiente semana, ¿quieres intentar esperar a un doctor de urgencias o...?

—¿Stiles? –dijo Hannah, apresurando para llegar a su lado al notar como Stiles parecía estar perdiendo la cordura, con lágrimas en sus ojos.

—¿Estás bien? –preguntó Melissa. Hannah dejó cuidadosamente el café sobre el escritorio.

—No... no lo sé –fue lo único que dijo el chico –Creo que no.

La madre de Scott y Hannah compartieron una mirada, comunicándose silenciosamente.

—Vengan conmigo, ¿sí? –Hannah pasó su brazo por la cintura de Stiles y lo apretó a ella mientras caminaban detrás de Melissa. Dentro de una habitación, ella empezó a hacer las preguntas que te hacen típicamente al ingresar al hospital. A Hannah se le hizo un nudo en la garganta al escuchar a Stiles, no sabía que el chico estaba tan mal.

—Pierdo la noción, pero no mucho tiempo. Y sonambulismo, eso me pasaba de niño. También tengo mucha ansiedad.

—¿Ataques de pánico?

—Sí, un poco –el agarre de Hannah a la mano de Stiles se incrementó. Éste volteó a verla, como si se hubiera olvidado un segundo de su presencia –Y perdí temporalmente la habilidad para leer, pero eso podría relacionarse con el gigantesco árbol mágico y el asunto de los sacrificios humanos.

—Lo recuerdo vagamente, sí. ¿Cuántas horas estás durmiendo?

—Ocho.

—¿Cada noche?

—Los últimos tres días –Stiles estiró la mano de Hannah y empezó silenciosamente a contar los dedos de ella, una manía que era más frecuente de lo que a Hannah le gustaría o le pareciera normal.

—¿Te sientes irritable?

—Sí, hasta el punto de querer matar.

—Básicamente como yo, todo el tiempo –susurró Hannah solo para Stiles. El chico sonrió un poco.

—¿Inhabilidad para concentrarte?

—En realidad estoy descontrolado.

—¿Comportamiento impulsivo?

—Más de lo normal, difícil saber.

—¿Sueños vividos ante las horas del día?

—Básicamente todo eso me pasa. ¿Sabe que es esto?

—Eso creo.

—¿Qué es eso? –preguntó Stiles, señalando la jeringa que había estado preparando Melissa.

—¿Confías en mí?

—Cuando no sostiene agujas -La madre de Scott entonces procedió a inyectarlo. 

—Es Midazolam. Es un sedante.

—¿Por qué me puso un sedante? –Hannah se paró al instante, tomando asiento en una silla al lado de la camilla.

Saving /Teen Wolf |running#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora