Saving /Teen Wolf |running#2|

XIV

Stiles miraba levemente aterrorizado pero decidido a Eichen House, el sanatorio mental. Su padre, a su lado, no podía evitar preguntarse si acaso esa era la mejor decisión. A los pocos segundos, Scott llegó en su motocicleta.

—¿Por qué no me dijeron? Tuve que enterarme por Hannah.

—Porque queríamos evitar algo como esto –contestó el sheriff.

—Solo son 72 horas –dijo Stiles, intentando mantenerse seguro.

—Es el mismo lugar del que salió Barrow, el que tenía un tumor lleno de moscas. Aun no lo sabes todo –le dijo Scott al padre de Stiles.

—Sé lo suficiente: nogitsune, kitsune, Oni... cómo sea que se llamen.

—No, sorprendentemente todo es correcto –dijo Stiles.

—Scott, vi una resonancia magnética idéntica a la de mi esposa y eso en realidad me aterra. Iré a Los Ángeles mañana para hablar con un especialista.

—¿Por qué lo va a dejar aquí?

—No lo hará. Fue decisión mía –interrumpió Stiles.

—No puedo ayudarte si estás aquí.

—Y yo no puedo lastimarte, ni a Hannah.

—Deaton tiene algunas ideas, Argent va a traer gente, los padres de Hannah también están buscando algunas cosas... Encontraremos algo, y si no podemos...

—Si no pueden... si no pueden tendrás que hacer algo por mí, Scott. Iba a decírselo a Hannah, pero sé que ella no podría. Promete que no vas a dejar que salga.

—Vamos –dijo el Sheriff, llevando a Stiles adentro. Scott se quedó parado unos instantes, siendo sorprendido por la llegada de Hannah de la nada.

—¿Qué haces?

—Voy a internarme. Creo que puede ser bueno, ¿sabes? Estoy medio loca.

—Hannah, ni se te ocurra –le dijo Scott, a entre dientes.

—No puedo dejarlo ahí solo.

—Y yo no puedo hacer esto sin ti.

—Tienes que entender, Scott. Necesito cuidarlo de él mismo, no me pidas que elija entre quedarme a tu lado o ir con él.

—Haz lo que quieras.

—Scott...

—¡Haz lo que quieras, Hannah! –Hannah se estremeció, pero no dio vuelta atrás. Sabía que Scott se iba a molestar, pero no pensaba que tanto. Si Scott le hubiera ordenado que se quedara, se quedaría a su lado. Pero ahora, sabía que debía de estar con Stiles, incluso si eso significaba encerrarse en una institución mental. Hannah entró a Eichen House en silencio, aferrándose a las cosas que había traído. Siguió el olor de Stiles hasta donde asumía él se encontraba.

—Hola, chicos. Traje la almohada de Stiles y mi solicitud de admisión, ya llenada. Mi tutor legal la firmó.

—Usted debe de ser Hannah Hale –dijo la recepcionista, levantando una ceja ante la expresión de superioridad de Hannah al pasarle las hojas.

—Hannah, ¿qué haces aquí? –siseó Stiles, entre molesto y nervioso.

—Vine a admitirme.

—Dígame que no la va a admitir. Ella está completamente bien.

—Mi ex novio asesinó a mi hermana, luego me persiguió por todo el mundo y posteriormente me secuestró e intentó asesinar. Tengo en juicio mi salud mental, y estoy en todo mi derecho de admitirme.