Cuando Dos No Son Suficiente, Hay Que Hacer De Niñero.

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Éste capítulo tiene un poco de todo porque después de éste hay más Georg y más Bill. 

¡Escenitas! ¡Escenitas everywhere (solo al principio, en realidad...)!

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En un momento Tom se inclinó y me hizo lo mismo que yo le había hecho antes, solo que él sí se tomó su tiempo. No le bastaba con lamer la crema y darme esos besos que de seguro me dejarían marcas en la piel, además de todo había decidido meter una mano en mis panties. Me quejé, pero no porque eso me molestara, sino porque aquello no era parte del plan y Tom no estaba jugando limpio.

- ¡Tom! – Él no se inmutó a pesar de que yo me moví debajo de él.

En lugar de decir algo, se apartó de mi pecho por un segundo y me mandó a callar. En un momento Tom volvió a lo suyo – que era yo – . Y no me quedó nada más que apretar su brazo para que él supiera que tal iba su pequeña trampa.

- ¡Eres un tramposo! – Me quejé, pero ya no había nada que hacer.

Apenas me había dejado un pecho libre cuando se pasó al otro y sus dedos no dejaban ese sitio entre mis piernas en paz, simplemente era cuestión de tiempo antes de que me diera por vencida.

- Ah, ¿es que no te gusta que alguien sea mejor que tú en tu propio juego? – Tom me preguntó, alzando la cara, pero sin dejar de mover sus dedos entre mis piernas.

En ese momento hasta pareció moverlos más rápido, me hubiera molestado a no ser porque conocía los modos de Tom adentro y fuera de la cama, si le gustaba lo suficiente lo que veía, sacaría su mano de mi ropa interior y la reemplazaría con algo más...

- ¡Tom! – Esa vez no fue una queja, esa vez se le dibujo una sonrisa en el rostro.

- Dime. – Señaló.

Sin avisárselo, metí la mano en sus boxers, y le hice algo equivalente a lo que él me estaba haciendo a mí. Lo vi aguantar la respiración por un momento y luego exhalo con fuerza.

- Nada... tú sigue. – Le respondí en voz baja, haciéndome la loca.

Los dos intentamos continuar como si nada especial sucediera pero era obvio por la manera en que Tom respiraba contra mi piel que algo estaba sucediendo. Yo tampoco disimulaba nada bien, sabía que mi pecho subía y bajaba más rápido de lo normal, que cuando Tom alzaba la mirada hacia mí yo tenía los ojos cerrados y me mordía el labio para no dejarlo escuchar ni un murmullo de mi boca.

No nos tomó mucho más terminar con aquello; Tom se incorporó y cuando lo vi de pie frente a mí, se bajó los boxers en un movimiento rápido y llevándome una mano al pecho me di cuenta de que quedaba un poco de crema batida en mi cuerpo, pero la cantidad era mínima y no me importó si caía en las sábanas. Me incliné hacía adelante y me quité las panties de batman. Tom se inclinó sobre mí y enredó sus dedos entre mi cabello al darme un beso muy apresurado, con su otra mano hizo mi rodilla hacia un lado y me hizo caer de espaldas en la cama. Jugué con el cabello en su nuca y acaricié la suave piel de su espalda cuando se tumbó sobre mí; si puso o no demasiado peso sobre mí, eso no me importó, el calor que despedía su cuerpo era bien recibido. Nos separamos para respirar.

- Odio la crema batida. – Le dije suavemente, a lo que él sonrió.

- Te prefiero en las rocas. – Respondió igual de bajito, con los labios rozando los míos.

Enredé mis piernas alrededor de su cuerpo y Tom buscó besar mi cuello suavemente antes de hundir su cuerpo en el mío. Aquello que habíamos buscado toda la noche por fin sucedió, ninguno de los dos tuvimos más que decir, pero no por eso nos quedamos en completo silencio.

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now